Elena era una princesa, más conocida como la hija de la Reina Elsa.
Educada, gentil, amable y con un gran corazón, ¿eso podría cambiar cuando conozca a un pirata malvado, arrogante y odioso?
Lo único que podemos decir, es que del odio al amor, sólo...
HAY UN CAPÍTULO ACTUALIZADO ANTES QUE ESTE!!!! Hoy actualice dos, no se olviden leer el anterior Por que no comentan<\3 me quitan las ganas de escribir xd
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El fin
HARRY suspiro con pesadez. Miraba atentamente las flores que adornaban la tumba. Eran flores de todo color, rojo, amarillo y hasta había rosas verdes. El no sabía que existía rosas de ese color. Claramente, en la Isla jamás había visto rosas normales, ni siquiera florecían. Cuando llego a Auradon, fue la primera vez que pudo conocer rosas, margaritas, girasoles, y todo tipo de flores existentes. La primera vez que vio flores; se vio feliz, <<como una lombriz>>, pero en estos momentos, ver las flores solo era un recordatorio de que la persona que alguna vez había estado ahí con el, ya no estaba más.
Se sentía extraño. El jamás había sentido ese sentimiento de <<pena>> o <<tristeza>> sin embargo en ese instante lo sentía. Añoraba volver al pasado. Harry sentía que era capaz de dejar su orgullo y pedirle a Mal un hechizo para volver al pasado y despedirse correctamente.
Pero no podía.
Lo hecho, hecho estaba.
Y la muerte lo había alcanzado.
Hades, seguramente tenía su alma.
Vaya vida.
Días antes. Continuando.
"—Supongo que si quiero ganar, tengo que hacerlo en persona.
Elena escuchó detrás de ella a alguien susurrar "no puede ser" y otra susurro "¿no que estaba muerte?" ¿Quien era esa mujer y por que todos al parecer estaban sorprendidos?
—Elena —Su nombre resonó en la boca de la mujer. —Espere mucho tiempo para poder conocerte.
Y cuando la miro a los ojos, fue como si una lluvia de imágenes llegara a su mente al punto que se asustó pensando que eran los recuerdos de otra persona. Pero no fue así, eran sus recuerdos.
—Supongo que tendría que decirte "mamá".
—Supones bien.
—Toda está gente teme de ti. Pero no se quien eres.
—Oh querida. Claro que lo sabes, está no es la primera vez que hablamos.