Ella lo dejo, el se deprimió
Isolde y Viego rompieron; por desgracia Viego no lo tomó bien ya que con eso todo lo que construyeron juntos se acabó, dejando solo su proyecto de algo llamado Cat Coffe, donde adoptaron unos gatos y tenían una cafetería...
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Como era temporada de lluvias, esa mañana había pequeñas gotas cayendo del cielo, el ambiente era fresco y olía a humedad.
Viego todavía no abría los ojos, sólo escuchaba el agua gotear, el viento soplas y sentía una presencia pequeña sobre la cama que lo estaba mirando fijamente.
Al abrir sus ojos lentamente pudo ver a Cheshire con un ave entre sus colmillo mientras movía su cola de lado a lado esperándolo.
Salto del susto por un momento y frotó sus ojos para despertarse, el gato se veía contento esperando a que Viego tomará el obsequio.
- Lo que me preocupa es como abriste la ventana si siempre la cierro.. – se giro a ver la ventana y está estaba cerrada, confundiendo al chico más. - Uh.. Y está cerrada..
Se giro a ver de nuevo al felino y este dejo caer la ave muerta en su cama.
- Gracias.. Supongo – Viego levantó la ave con sus dos dedos y el minino se frotó contra su brazo, esperando caricias.
Mientras que el gato se frotaba contra su pecho, levantó sus orejas y sus pupilas se volvieron pequeñas al escuchar la puerta de las escaleras abrirse y ver a otro gato, que era hembra y era blanca.
- Oh, despertarse temprano Bianca. – esa gata sólo llevaba unos meses que había sido rescatada de la calle y le tenía un amor incondicional al chico.
La gatita maullo y se subió a la cama donde estaba Viego y Cheshire, quien se le estaba herizando el Pelaje.
Antes de que la gata se frotara contra el brazo del muchacho, el gato de ojos azules le dio un zarpazo en la cara asustandola y después pegarle con las patas traseras tirándola de la cama.
- ¡Hey! ¿¡Que te sucede!? – exclamó Viego a Cheshire mientras que la minina Bianca se fue asustada por la puerta.
El gato que atacó a Bianca primero miró a Viego con miedo y después desvío su mirada para lamerse su patita con la que le había golpeado.
Este gato era muy extraño, no le bastaba con traer animales muertos, comer alimentos humanos, ser más sigiloso que el gato promedio o pelear con las gatas.. Eso lo hacía dudar si eso era un gato.
Viego suspiró y se levantó para cambiarse, el gato lo veía fijamente mientras que Viego buscaba en su armario y se desvestía.
Al encontrar la ropa apropiada se dio la vuelta para ver a Cheshire y noto que este no le quitaba la mirada para nada pero aparte, logró ver que aunque se viera bien cuidado, no lo había llevado al veterinario.
- Hmm.. ¿Sabes que? Haremos una visita especial ¿te parece? – el joven ojiverde miraba al felino quien se veía confiado haciendo que este se pusiera a su lado para seguirlo.
