INDELEBLE

38 ME ACEPTARON

-¿Nerd? ¿Es enserio? ¿Cuántos años tienes?- Noah vuelve a pararse frente a mi, me mira fijamente.

-¿Prefieres pasar el rato con el y no conmigo?- enmarca una ceja

-Disculpa, estaba hablando con el. No puedes meterte en mis conversaciones y decidir por mi, eso no se hace Noah- intento alejarlo un poco de mi pero el ni se percata de ello

-¿Que tiene el que no tenga yo? Dime, porque no lo entiendo

-Para empezar no coquetea con la primera chica que ve

-Estas celosa- afirma cruzándose de brazos

-No, Noah. No todo ronda sobre ti- acomodo mi mochila a mi espalda

-¿Ah y sobre el si, no?-

-Ya déjalo, ¿Puedes dejarme tranquila?- estaba comenzando a perder la paciencia, y el dolor en mi cabeza hacia presencia.

-Bien, nos vemos en la noche- saluda alejándose

-Te dije que no iré- intento decir en voz alta pero el no alcanza a escucharme y sigue su camino.

Narra Noah:

·Miércoles 12 de Marzo·

Había estado esperando fuera del teatro hace una hora, la lluvia seguía cayendo torrencialmente. Truenos y relámpagos se hacían presentes en el cielo oscuro. Olivia no me había llamado, sabia que no lo haría, decidí venir por mi propia cuenta. Los demás estaban en la casa de Dante, avise que no iría. Los mensajes no llegaban a Olivia. "Tengo a otras personas a quien llamar" recordar aquello me acobardó. ¿Y si era verdad? Estaba seguro que no podría contenerme si viese salir a Olivia del teatro y un chico se acercara a besarla, saldría hecho una furia a encarar al pobre chico que seguramente no entendería nada. Me carcomía de celos el ver la intención de Andrew hacia ella. Y ella, ella llena mi cabeza de ideas locas cada vez que la veo. Encendí la radio de la camioneta mientras veía por la ventanilla esperando por aquella rubia.

Vale, son las 21:30 de la noche en la cuidad de Londres...

Un bip se escucho en el auto. Saque mi teléfono del bolsillo para ver de quien se trataba, un mensaje de Ayla.

-¿Estas ocupado, Noah?- preguntaba, respondí inmediatamente que no -Atiéndeme entonces- en ese momento cayeron en la pantalla de mi teléfono cinco llamadas perdidas de Ayla. Antes de que pudiera siquiera contestar con un okey a su mensaje la foto de mi hermana apareció en toda la pantalla.

-¿Que es lo que quieres?- pregunto al atender

-¿No estas manejando, verdad? Ya sabes que no debes usar el celular cuando manejas- espeta

-No lo hago, Ayla- respondo con la paciencia que me sobraba

-¿Te pones el cinturón?

-¿Acaso llamaste para hacerme un interrogatorio de como conduzco? Ya te pareces a mamá- volteo los ojos

-Sobre eso quería hablarte, mamá esta aquí- frunzo el ceño arrugando la nariz

-¿Mamá esta en el garaje de Dante?

-No Bruto, esta tarde mamá llego a casa- haciendo memoria recordé rápidamente cuando me lo había dicho papá

-Lo había olvidado, ¿Te pregunto por mi?

-¿Lo sabias?

-Claro, tu y papá me lo dijeron. Intenta recordarlo Ayla- dije pasivo, Ayla solía olvidar ciertas cosas con facilidad. Ella hizo silencio del otro lado -Vale, no te preocupes si. A mi también se me olvido.