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Harumi subió la cobija hasta sus hombros.

Se escuchaba un sonido extraño afuera, no lograba reconocerlo, pero le llamaba la atención, le parecía relajante.

Finalmente, se dio la vuelta y observo a través de la ventana, estaba cayendo algo, era de color transparente, tal vez blanco, eso le parecía.

Se levantó de la cama como pudo, le cansaba dar unos pocos pasos, pero de verdad quería tocar esa cosa que caía del cielo.

Se sostuvo de la pared tan bien como pudo, cuando logró llegar afuera, a penas logró dar algunos pasos bajo la lluvia antes de caer al suelo.

Sonrió y metió las manos en aquella cosa marrón, casi líquida, alzó la mirada, no pudo evitar soltar un sonido de molestia cuando una gota le cayó directamente en el ojo.

Abrió la boca, se percató de que era agua, simple, maravillosa y pura agua.

—Maravilloso...

En medio del barro comenzaron a surgir pequeñas plantas, alrededor de la albina el césped que antes era poco, cambió, el verde de las plantas comenzó a ser más visible, incluso las pequeñas enredaderas que yacían en las paredes blancas del hospital se expandieron un poco más.

—¡Haru!

La albina volteo y vio a Sai correr hacia ella con un objeto extraño que evitaba que se mojara, lo recordaba, pero no sabía su nombre.

—¿Que haces aquí afuera? Está lloviendo y puedes enfermarte.

—Lloviendo... —observo sus manos sucias—¿Que es esto?

—Se llama barro, es la mezcla que resulta del agua y la tierra— se acuclillo al lado de la albina.

—¿Y lo que cae?

—Lluvia.

Bueno, después de todo, leer libros no era lo mismo que experimentarlo.

—¿Que traes en la mano?

—Sombrilla.

—Esto es... Me gusta mucho estar-

Soltó un estornudo, puso una cara de sorpresa, en los dos años que había estado despierta jamás había estornudado.

—¿Esto...?

—Un estornudo, anda, vamos— paso su brazo por debajo de las axilas de la chica y la alzó.

El azabache no pudo evitar sonreír con diversión, parecía una niña pequeña que había escapado solo para jugar en el lodo.

—Pero... Quería quedarme un rato aquí...

—Tal vez otro día, podría darte un resfriado.

Harumi había leído algunos libros de medicina y otros sobre geografía, no sabía mucho, pero conocía un resfriado, si Sai la ayudaba, estaba segura de que lograría adaptarse.

Volteo hacía atrás y le dio una última mirada a la lluvia.

Entraron y de inmediato se sintió el cambio, dentro era mucho más cálido.

—Sai, quiero que me enseñes más cosas.

—Lo haré.

Sai recordó como Naruto y Sakura le habían enseñado sobre el compañerismo y la amistad, había aprendido bien, así que estaba seguro de que podría enseñarle a esa chica.

—Cuando vuelva...

—Gracias, Sai...





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L O V E - 愛 || Sai x Fem Reader!Where stories live. Discover now