—Daphne —una cuarta voz llamó la atención del grupo.

—¿Qué pasa? —le preguntó la susodicha a una niña que se había acercado a ellos. Tenía el cabello negro y la piel demasiado pálida. Su contextura era pequeña y daba la sensación de delicadeza con solo mirarla.

Albus la reconoció de inmediato, y no pudo evitar tomar la mano de Scorpius por debajo de la mesa en cuanto lo notó tensarse a su lado.

—Tu cursaste el primer año de Runas Antiguas, ¿verdad? No logro comprender uno de los temas.

—Lo siento, Tori, pero no recuerdo absolutamente nada de Runas, la dejé porque tampoco entendía mucho y decidí continuar con Aritmancia. ¿Por qué no pones un anuncio en el tablero de la sala común? En Slytherin nos ayudamos entre todos, quizás alguien lo lea y pueda explicarte.

—Sí lo pensé, pero todos están estudiando para sus exámenes y no quiero molestar. Supongo que solo me queda implorar suerte y poder aprobar el examen con un Aceptable.

—Yo podría explicarte, si quieres —ofreció Scorpius bastante nervioso.

—¿De verdad? —preguntó con una sonrisa de alivio en el rostro.

—Me vendría bien conocer cuales son los temas que ven ustedes en su primer año de Runas Antiguas para saber que preguntas esperar en mi examen de T.I.M.O —respondió —. Solo dame tu horario, y yo te avisaré que días nos quedan cómodos a los dos.

—¡Oh, muchas gracias! ¡De verdad! —agradeció, sacando de su bolso un pedazo de papel y entregándoselo a Scorpius, quién evitaba a toda costa que sus ojos se volvieran acuosos.

—Te buscaré más tarde en la sala común, después de la cena.

—De acuerdo. Soy Astoria Greengrass, por cierto —extendió esta vez su mano.

—Scorpius Black —contestó, estrechando la mano de quien, en un futuro, sería su madre.

—¿Scorp? ¿Te encuentras bien? —le preguntó momentos más tarde Albus, cuando se encontraban solos por los pasillos camino al séptimo piso, donde se encontrarían con Hermione y Rose

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—¿Scorp? ¿Te encuentras bien? —le preguntó momentos más tarde Albus, cuando se encontraban solos por los pasillos camino al séptimo piso, donde se encontrarían con Hermione y Rose.

—No lo sé, es... raro. Sé que es ella, pero no siento que lo sea, ¿tiene algún sentido?

—Todo el sentido del mundo.

Continuaron el camino en silencio, Albus sabía más que nadie que a veces estar en silencio, pero sentirse acompañado ayudaba más que las palabras.

—¡¿En donde estaban?! —el grito de Rose los recibió —. Se supone que nos encontraríamos aquí hace quince minutos.

—Lo sentimos, estábamos haciendo la tarea de pociones. Nos demoramos buscando información —contestó Albus.

—¿Pudieron terminarla? —Hermione se acercó a ellos —. Con los chicos solo conseguimos lo suficiente para escribir la mitad.

—Podemos decirles que libros hemos utilizado —Scorpius sugirió.

Un regalo del destino [Actualizaciones lentas]Where stories live. Discover now