De niña siempre le tuve miedo alas armas. Mi padrastro era Mafioso, yo vivía en una casa que el, Serafín Mendoza, le compro ami mama, ahí vivía yo con mi abuela y mi mama. El nunca estaba en la casa, su trabajo era muy arriesgado y no quería ponernos en peligro. Solo nos visitaba los fines de semana.
Un sábado del 2009 estábamos desayunando con Serafín cuando entro un comando armado en la casa, los vimos por la ventana, Serafín nos ordeno que bajáramos al sótano. Bajamos y en segundos se escucharon ráfagas de disparos. Todas estábamos asustadas. Estuvimos ahí por lo menos 3 horas, de pronto se abrió la puerta del sótano esperaba ver a Serafín, pero era un militar. Muchos hombres avían muerto en el enfrentamiento, había cuerpos y sangre por todos lados. Los soldados no sabían nada de Serafín.
Mi abuela decidió que Culiacan no era un lugar seguro para mi, nos fuimos con una hermana de ella para Michoacan. Mi mama decidió no acompañarnos, ella estaba segura de que Serafín estaba vivo y que iba a volver.
Pasaron unos meses y Serafín volvió. Mi mama se quedo cuidando a Serafín. Meses después nos llego la noticia de que ella y Serafín murieron en manos de un comando.
Empeze a estudia, cuando entre ala secundaria conocí a un muchacho llamado Everardo. Everardo no era muy guapo pero era muy Buena persona siempre ayudaba a los necesitados, no tomaba ni se drogaba. Mi abuela lo conoció y le cayo muy bien. Cuando mi abuela murió Everardo era la única persona que estuvo conmigo. Desde ese momento no tenia familia la única que conocí fue mi abuela, mi madre, y mi padrastro, pero ya no tenia familia.
Con el tiempo me fui enamorando de Everardo, yo no sabia a que se dedicaba, el me dicia que trabajaba en una pescadería en el centro de la ciudad. Con el tiempo me fui dando cuenta de lo que así, alo que se dedicaba, el era sicario, de los caballeros templarios.
