Espiritismo Entre Amigos (historia)

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Un grupo de cinco chicos deciden alquilar una cabaña para pasar unos días pues era un verano muy caluroso, con ellos llevan un pequeño perro de compañía.

Pasados unos primeros días iniciales la monotonía del campo empieza a cansarles, así que uno de ellos sacando un pequeño libro de su maleta les propone hacer una sesión de espiritismo. Sin nada mejor que hacer y no creyendo ninguno de ellos en fantasmas, espíritus, ni nada similar, deciden invocar a un espíritu para el cual había un ritual más elaborado que el resto.

Siguiendo los pasos descritos en el libro pusieron en línea tres mesas y colocaron una velas tal y como exigía el ritual, rodearon la mesa del centro con sus manos unidas y despejaron su mente para que la invocación funcionara.

Todos sintieron una especie de escalofrío recorriendo su nuca, pero la atribuyeron a alguna corriente pues esa noche parecía especialmente agitada, sin importarles, comenzaron su ritual:

¡¡María Begoña no creo en ti!!, ¡¡Maria Begoña no creo en ti!!, ¡¡Maria Begoña no creo en ti!!

El perro empezó a ladrar nerviosamente, uno de los chicos dijo en voz alta -Maria Begoña no creo en ti, muéstrate en mi perro y demuestra que estas aquí...- Silencio, solamente silencio.

Decidieron dejarlo pues no obtuvieron ningún resultado, entre risas comentaron la cara de asustados de los demás, se hacían los machitos y la carencia de resultado de su sesión no hizo más que exaltar su “valentía”.

Sin embargo no todo era tan fácil…

Al haber un viento tan fuerte esa noche ni siquiera pudieron dar su paseo nocturno habitual, así que todos regresaron a sus sacos de dormir antes que de costumbre, la cabaña era muy pequeña y se solían turnar para dormir en la única cama de matrimonio que había, extendieron unas mantas en el suelo a modo de colchón y se metieron en sus sacos.

A la mañana siguiente uno de ellos despertó con una sensación de frescor en la cara, posiblemente el pequeño y cariñoso perro le había lamido mientras dormía, abrió lentamente los ojos y observó que la manta que le servía de colchón estaba completamente empapada… ¡Era sangre!

Giró lentamente y pudo observar como la garganta del dueño del perro estaba totalmente desgarrada, había muerto desangrado por la noche y nadie había oído nada, a menos de 2 metros se encontraba el pequeño can tumbado y observándole con la boca totalmente manchada de sangre y un tono rojizo en sus ojos…

𝕁𝕦𝕖𝕘𝕠𝕤 𝕪 𝕣𝕚𝕥𝕦𝕒𝕝𝕖𝕤 𝕡𝕒𝕣𝕒𝕟𝕠𝕣𝕞𝕒𝕝𝕖𝕤 [2° ᒪIᗷᖇO] Onde histórias criam vida. Descubra agora