Prólogo: Carta De Un Corazón Roto.

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Bueno

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Bueno.. Supongo que al final si sabe lo que es el dolor y la soledad aunque lo negara, aunque dijera que esta bien, el caballero de cabello blanco, ojos verde esmeralda, dueño de un café minino que siempre vestía de negro, ahora también se veía muy triste todos los días.

"En esta gran ciudad que nos unió fue la misma en donde te despediste de mi, me diste las gracias y me pediste que te olvidara, cosa que; por más que lo intente me pone triste.

No solo eso, aunque suene tonto nuestro café lleno de mininos tampoco es el mismo desde que no estas; tampoco tenía pensado echar los gatos a la calle, no tengo el valor.

¿Por qué me dejaste? ¿Que? No, no me contestes, me lo dijiste ese día pero mi corazón no lo entiende y te sigue buscando, yo sabia que esto no era para siempre pero no lo quiero aceptar.

Por favor no pienses que lo nuestro a sido una coincidencia, algo sin sentido o un amor fallido, porque para mí no se siente así.

Pero.. Sinceramente olvidé que el amor implica amar y ser amado pero también puedes convertirte en un extraño.

En fin.. Esta carta también se irá por la ventana en tres.. Dos.. Uno.."

Era una tarde de domingo nublada y lluviosa en la cual, Viego; un joven de 21 años estaba pasando por una ruptura amorosa de su querida Isolde.

El ojiverde le escribía cartas que jamás entregaría en su vida ya que, aunque la ciudad fuera grande temía encontrarsela por casualidad.

Planeaba tirar la carta por la ventana como siempre, de no ser porque cuando abrió la cortina vio un gato extraño.. Tenía un pelaje oscuro peculiar tocando los tonos morados ligeramente mientras que sus ojos eras azules como el cielo, estaba rascando la ventana con una de sus patitas, se veía tranquilo a pesar de estar bajo la lluvia.

El chico se extraño al ver a un gato en el segundo piso de su casa justo en el techo ya que no eran parte de los del café que por cierto estaban abajo.. Si, técnicamente el muchacho vivía arriba del café, no le parecía molesto, es más incluso se le hacía cómodo.

Viego le tenía cierto respeto y amor a los gatos así que dejó un momento la carta de lado en su mesa y abrió la ventana para ver si el gato quería entrar.

Al abrir la ventana, pudo ver más claro que portaba un collar extraño que no había visto en ninguna tienda de mascotas de la ciudad.

En vez de placa con nombre, tenía colgando una clase de esfera pequeña que tenía algo como dientes y unos pequeños cuernos dorados.

El gato misterioso entró por un momento y se sentó en la mesa en donde estaba escribiendo Viego, quien sentía curiosidad por ese gato tan peculiar que le recordaba al gato Cheshire.

– ¿Tienes nombre pequeño? – preguntó Viego, como si el gato le fuera a contestar mientras le acaricia atrás de las orejas, el gato ronroneaba y movía su cola lentamente. – Supongo que te escapaste de tu casa.

El gato se bajó de la mesa y empezó a pasear por la habitación como si fuera su casa, Viego estaba intrigado ante la personalidad del felino, si de por si; su pelaje, su collar y sus ojos le parecían extraños, su personalidad no hacía más que intrigarlo más.

El gato volvió a subir a la mesa y está vez se le quedó viendo a Viego por mucho tiempo mientras que este se puso pensativo, el felino veía al chico como esperando algo.

– Eres un callejero supongo.. Te diré Cheshire.

El gato soltó un bufido abriendo su boca totalmente mientras expulsaba aire de forma brusca al escuchar el nombre que menciono el chico, quien soltó una pequeña risa.

– Lo lamento, pero me recuerdas mucho al gato del cuento de Alicia. – sonreía ligeramente mientras acariciaba al gato quien parecía estar molesto pues soltaba latigazos con su cola sobre la mesa.

De pronto, Viego noto que el gato escucho algo afuera, pues sus orejas se levantaron, su cola estaba elevada ligeramente y sin aviso salió por la ventana como persiguiendo algo.

Por alguna razón, el gato tomó con sus dientes la carta que escribió y salió por la ventana como si persiguiera algo.

Viego se sorprendió al ver como el felino tomó el pedazo de papel para hecharse a correr tras algo.

Antes de que el chico viera a donde fue el minino, este se había ido y desaparecido.

En fin.. Los gatos son un enigma y una de las cosas que lo animan así que espera volver a ver a ese gato que ahora era llamado Cheshire por el.

Cerro su ventana y la cortina también, mientras iba a la cocina para ver que cenar, pensaba en Isolde y ese gato azul purpura extraño tan peculiar que lo dejó pensando el resto del día..

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𝓔𝓵 𝓰𝓪𝓽𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓶𝓮 𝓿𝓲𝓼𝓲𝓽𝓪  🧶  ~Viego x Thresh~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora