La Leyenda de Denh

Capítulo 7: ¿Qué pasa leoncito tienes miedo?

Era 31 de octubre y faltaban solo 6 días para la esperada batalla entre el bien y el mal. En el Cielo ya había pasado un año y todos disfrutaban de grandes avances con sus habilidades: Herb ahora solo leía la mente si él quería. Sab estaba más fuerte y musculoso; Aboem ya controlaba los estados de su poder, Becht manipulaba a su antojo el polvo de estrella. Pero Junsev se había dedicado todo ese año a vivir y disfrutar del lugar donde estaba con su nuevo amigo Chester. Ese día iban a tener una reunión para festejar el año transcurrido allí.

—Chester es tiempo de seguir mi camino, necesito encontrar dentro de mí la fuerza para tener habilidades como los demás, así que debo estar solo.

Lo acarició y se dio la vuelta para marcharse, entonces Chester habló.

—Has sido un buen humano.

Jun sorprendido se dio la vuelta al escuchar a su amigo hablar.

—Mi nombre no importa, soy un ancestral, el guardián del Edén. Cuido estas tierras desde el principio de los días, misión que he desempeñado con valentía y honor. El día que vi a tu amigo pensé que era algún espectro, demonio o ente del mal; tengo milenios expulsándolos de aquí pues este lugar es sagrado, por eso lo iba a atacar y apareciste de la nada llamándome con cariño y tranquilidad, en ese momento me di cuenta que eran solo humanos. Me hizo sentir bien estar contigo por eso me quedé, sin descuidar las fronteras de este Paraíso, por tu valor al no temer cuando me viste y por tu trato hacia mí. Te premiaré con mis habilidades, acércate.

Jun se acercó con algo de intriga en la mirada, en su semblante se dejaba notar  un poco de nerviosismo. Chester rugió muy fuerte hacia él, luego puso una pata en su cabeza y pasó su poder, en el ambiente se veía un aura de color amarrilla salir del ancestral con dirección hacia Jun entrando en su cuerpo. Luego de unos minutos el proceso culminó.

—Listo, ahora tienes todos mis poderes de ancestral ve a probarlos, serás invulnerable a los demonios y todo poder maligno, tendrás fuerza sobrenatural, podrás volar y correr a velocidades infinitas, tienes acceso al fuego ancestral que estará en tu interior si alguna batalla se te complica solo manifiéstalo, esas y otras destrezas que descubrirás tú solo.

Junsev le dio las gracias y prometió que volvería pronto para seguir contándole sobre la vida en la Tierra.

—Ve muchacho, te esperaré para oír tus vivencias.

Entonces Jun desapareció a súper velocidad, Chester se acostó pues estaba débil por la cantidad de poder que le había dado a Jun, pero su descanso no iba a durar pues sintió una presencia maligna y fue a ver que era, al llegar estaba entrando por un portal el demonio del miedo Agramon.

—Vete de aquí, este lugar es santo.

Agramon soltó una carcajada y dijo.

—Así que tú eres el famoso guardián del Edén, invulnerable, fuerte, temible, veamos si es cierto lo que cuentan las historias.

Chester sabía que aún estaba débil, pero decidió enfrentarse con él y pelear, corrió hacia el gigante Agramon y lo rasguño, el demonio se cubrió como pudo y le lanzó un golpe que lo envío lejos, Chester era ágil y se paró enseguida, pero se sorprendió, puesto que un demonio había logrado pegarle.

—¿Qué sucede leoncito estas preguntándote cómo es qué un insignificante demonio te ha causado daño? —preguntó en tono irónico mientras volaba hacia él.

Chester atacó rápidamente rasguñando en repetidas ocasiones a Agramon que tras cada golpe sonreía a pesar de que estos le desfiguraban el rostro y cuerpo.

—Ja, ja, ja, ya eres mío y no te has dado cuenta aún... —decía Agramon y se lo sacó de encima con un manotón.

El ancestral estaba desconcertado no podía creer que eso estuviera pasando, que clase de demonio era este al cual no podía hacerle daño se preguntaba. Entonces no vio a su contrincante que apareció por debajo de él clavándole sus cuernos incrustándose uno en el corazón, con un movimiento de su cabeza se lo quitó de encima y Chester cayó al suelo.