Capítulo 3: El Arcángel Miguel aparece

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Cuando abrió los ojos el Elegido estaba en el reino de los muertos, junto a miles de espíritus que reposaban esperando el juicio final. Entonces se puso en pie, recordó la explosión nuclear y su efecto desastroso, al darse cuenta que la magnitud iba a ser monumental decidió transportarse a un lugar donde no se pudiera destruir nada. Por eso estaba allí, no porque haya muerto, su cuerpo resistió la explosión sin un rasguño. Recorriendo el lugar, el cual estaba desolado, es decir; que no había nadie con vida, solo esencias descansando, divisó a lo lejos movimiento y pensó.

—«Iré a ver qué pasa allá, pero esta vez no quiero enfrentarme con nada ni nadie».

Entonces se hizo invisible y fue hacia allá, al llegar vio un ser infernal conocido como Agramon el demonio del miedo. El cual es muy lúcido en saber cómo son los demás con verlos, esa habilidad ayuda a llevar a cabo su destreza, pues es idóneo en dominar lo que aterra a casi cualquier persona.

Su aspecto era aún peor que sus habilidades, medía cerca de 3 metros, tenía patas y manos monstruosas con 3 dedos afilados. Su piel era muy gruesa de tono café, en la cabeza sobresalían cuatro cuernos dos laterales largos y anchos y dos superiores puntiagudos.

Al ver semejante monstruo tuvo miedo quizás provocado por las habilidades del demonio. Pero la pregunta que volaba en el aire era: ¿Qué estaba haciendo Agramon allí?, ¿quizás buscaba a Denh, habrá sentido su presencia? Por si fuera poco no andaba solo, lo acompañaba un ángel caído llamado Barakiel, del cual no sabía mucho, puesto que solo se mencionaba eso en los libros que leyó.

Barakiel era de estatura normal, tenía aspecto humano, usaba ropas de batalla, llevaba un casco de plata con un cuerno en la parte superior y cargaba una lanza tipo hacha se veía muy fuerte, parecía un gran guerrero.

—Sé que estás aquí humano insignificante, no seas cobarde y muéstrate, puedo sentir el miedo que tienes es... Exquisito —dijo Agramon mientras se echaba hacia atrás como saboreando el aroma del lugar.

—¿Qué vas a hacer mortal? —gritó Barakiel.

—No soporto más son dos contra uno, que injusticia, es momento de interceder por el humano. —Entonces cayó como un relámpago y apareció allí el arcángel Miguel.

Su nombre significa el que es como Dios. Se considera el más grande de todos los ángeles. Miguel es el ángel incorrupto e incorruptible, es el preferido del Creador y el más poderoso. Se dice que es él quien ha de bajar del Cielo en el juicio final con la llave del abismo sin fondo, donde encerrará a Satanás durante mil años.

El arcángel era alto, esbelto, de cabellera rubia hasta los hombros, ojos azules, tenía unas alas maravillosas muy largas y blancas, su ropa era de guerra con una espada de luz y el escudo que meses atrás había servido a Denh para protegerse del fuego del demonio Junos.

Cuando lo vio allí Denh se alegró y tomó confianza para aparecer frente a los demonios.

—Dejen al humano en paz o sentirán la ira de Dios —advirtió Miguel con voz de autoridad.

Pero Barakiel no entendía qué estaba haciendo Miguel allí y dijo.

—¿Qué haces aquí Miguel? Este no es tu problema.

Denh se sorprendió al escuchar eso.

—Vete de aquí antes que te lastimemos a ti también —señaló Agramon sonriendo.

Miguel iba a hablar...

—Sabes perfectamente que no puedes interceder en asuntos de los humanos. ¿Acaso ahora no obedeces a tu Creador? —interrumpió Barakiel mientras sonreía.

La Leyenda de DenhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora