𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 6

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POV Narradora

Al día siguiente nuestro pelirrojo sin perder el tiempo sacó su celular y llamó a sus mejores amigos, con la intención de contar su hermosa tarde. Ahora los tres chicos se encontraban sentados en el sillón oyendo su historia.

-Hermano, eso es genial. –Opinó cierto azabache mientras se colgaba de él pasando un brazo tras su cabeza.

-Lo sé, ojalá pueda ser su amigo. –Comentó con un brillo especial en sus ojos, cosa que para nada pasó desapercibida por sus casi hermanos.

-¿Amigos? Hombre si se nota a kilómetros lo enamorado que estás de él. –Dijo cierto rubio que no sabían cómo es que seguía vivo luego que en su infancia le cayeran dos rayos... tal vez nunca sabrían la respuesta a eso.

-¿Qué? No, no es eso en verdad.

-No trates de engañarnos, puede que estos dos sean unos distraídos pero a mí no me vas a engañar, se nota que mueres por él.

-No, chicos en serio nosotros no podemos ser nada de eso. No han visto su casa, es un castillo justo como para un príncipe, tiene muchísimos sirvientes y es súper fino, no, ese no es mi mundo y no veo como podría encajar allí.

El bello brillo de sus ojos se apagó como si fueran una vela frente a una fuerte corriente de aire, su sonrisa dejó se expresar felicidad y dio paso a una dura realidad en la cual no se había parado a pensar, la emoción que lo embargaba no lo había dejado reflexionar bien. Ese no era su mundo.

-Hey Kiri, no digas eso. Dijiste que era una buena persona, seguro que es así, tú tienes esa habilidad de saber quién es bueno y quién no lo es. De seguro a él no le importa.

-Yo... yo debo terminar la pintura nos vemos luego.

A base de unos cuentos empujones y palabras de despedida los chicos abandonaron el departamento y estudio de Kirishima dejándolo solo.

Frente a él estaban ambas pinturas, la primera que aún no estaba terminada, le causaba un sentimiento amargo al verla. La pintura transmitía un aura muy diferente a lo que deseaba, desprendía poder pero a base de miedo, transmitía egoísmo una imagen que no podría ser admirada por mucho tiempo antes de querer apartar tu mirada por incomodidad o molestia sin importar que él chico en ella parecía sacado de un cuento de príncipes y guerreros.

La segunda demostraba a un chico duro a la vista pero en sus ojos se podía apreciar un bello brillo, una mirada cálida, transmitía fuerza pero a la vez y contrario a ello una fuerza que brindaba tranquilidad, las mariposas incluso parecían estar revoloteando haciendo que te pierdas en cada pincelada con el único fin de admirar a la persona plasmada en ese lienzo.

Con un suspiro involuntario a la vez que las lágrimas acumuladas en sus ojos carmesí salían el chico se dejó caer lentamente apretando su camisa como si fuera su corazón adolorido.

-¿Por qué tenía que ser alguien fuera de mi alcance?

Siempre había deseado conocer el amor del cual todos hablaban pero no quería sentirlo más, no así.

Luego de unas duras horas decidió ponerse manos a la obra, el cumpleaños estaba cerca y debía terminar a tiempo, Juntando sus fuerzas tomó una manta blanca y tapó aquel retrato que hizo con tanto esmero y lo dejó en una esquina del lugar.

Sus manos emperezaron a trabajar sin descanso combinando distintas técnicas de pintura queriendo cambiar esa odiosa paleta que había escogido en un principio pero realmente no lo lograba haciendo que su frustración solo fuera en aumento.

Los días siguientes fueron igual, nunca estaba satisfecho con el resultado obtenido causándole dolores de cabeza y dolor en los hombros a causa del estrés.

Pero el día al fin había llegado, la pintura estaba lista cubierta por una manta blanca para cuándo llegarán por ella.

Ese día el chico por fin decidió dejar de comerse la cabeza por eso, sus amigos le habían dicho que la pintura estaba espectacular y que le gustaría a todos, así que con eso en mente y un poco más de seguridad en su trabajo se dispuso en arreglarse, teniendo que pintar sus raíces negras que empezaban a molestarle.

En medio de su coloración los trabajadores llegaron por el cuadro.

-¡Es la que está cubierta por un amanta blanca! –Alcanzó a gritar desde su habitación con vergüenza de salir en pijama y con el cabello lleno de tinte. A causa de esto mismo el tiempo a penas y le alcanzó así que emprendió carrera hacia la mansión Bakugo.

Fuera de mi alcanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora