—Tú no sabes lo que yo siento, Klaus —Soltó enojada. —Tu puedes tener otra oportunidad, se te ha permitido una y otra vez, pero en cambio tú te aferras a alguien que ni siquiera sabes si desea volver.

—Que conversación tan acalorada. —La voz de una mujer se escuchó, para Gea fue el cantico de los mismos dioses, a pesar claro de todo lo ocurrido. El cuerpo de la mate del rey alfa le dio el frente a la persona.

—Necesito de tu ayuda. —Hablo esta, con evidente urgencia.

—Es notable, te puedes ir a la mierda si yo no lo hago. —Quinn miro a Gea con burla, la tenía en sus manos, podría hacer lo que quisiese en ese momento si así se lo proponía.

—¿Quién es ella? —Pregunto Klaus.

—Una de las mejores guerreras de la manada. —Respondió antes que ella Gea, tenía el presentimiento de que si dejaba que hablara su lengua soltaría puro veneno y en ese momento no estaba lista para ello.

—Veo que nuestra reina tiene un nuevo juguete. —Se carcajeo Quinn en referencia al arco que estaba en sus manos y las flechas en su espalda.

—¿Quieres ver como tu reina usa su juguete con otro juguete? —Las palabras tenían su doble sentido, el cual para las tres personas se entendió, grave error.

—¡Guardias! —El grito de Quinn alerto a Gea la cual espero todo menos eso.

Klaus pensó rápido y llamo a Gea bajito, esta lo miro.

—¿Quieres ver el extra de mi maldición? —La chica lo miro con duda, pero asintió.

El cuerpo de Klaus había empezado a tomar otra forma, cosa la cual hizo que Gea se asustara, pero no del todo y que Quinn se pusiese en posición de ataque. Una gran serpiente tomo el lugar de Klaus, parecía ser una mamba la cual había puesto su atención en Quinn.

—No sé porque siento que estas en problemas. —La voz de ella era burlona y se sentía bien, no sentía nada de culpa por lo que podía pasar en ese momento.

El cuerpo de ella se transformó, una hermosa loba capto la atención de ella.

—¿Dónde están? —Pregunto Gea, no le hablaría, era evidente, pero las señales servían. Quinn se negaba a cooperar, no estaba dispuesta a hablar, pero al ver como Gea tomaba una de sus flechas y la posicionaba en su arco hizo que se asustara —¿Están en el calabozo? —La loba asintió y una sonrisa de desplazó por sus labios. Miro a Klaus —Mátala.

No se quedó a ver, dio la vuelta. A pesar de ello los quejidos y aullidos de dolor de la loba no pasaron desapercibidos por ella. Camino más rápido tratando de evitar el sonido y a medida que se alejaba eran un poco más fuerte. —¡Ey! —Alguien grito, ella volteo y gano la mirada de uno de los que luchaban al frente. Joder, que desastre.

—¿Si? —Pregunto con una sonrisa en sus labios, estaba siendo simpática, sino lo hacía era probable que fuese llevada con Isa y era lo menos que deseaba en ese momento.

—¿Es usted Gea? —No, era Jesucristo. Claro que era ella.

—Su hermana gemela señor. —Sonrió mirando al hombre, este no se sentía confiado por lo que se acercó un poco más.

—No, eres tú, la mate del alfa —La sonrisa en sus labios se borraron rápidamente.

—Que no, que soy su hermana gemela. —Se mostró enojada, el hombre no le creía nada.

—No crea que la entregaré con Isa, le soy fiel a la sangre Fores. —Soltó el aire reprimido cosa lo cual hizo que el hombre estuviese seguro de lo que había dicho. —Pero no le soy fiel a esta generación. —El mensaje había sido recibido.

Gea: por siempre el deseo del Alfa Eros. [Aeterna 1]Where stories live. Discover now