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¿Estoy llegando al cielo?, No lo sé, pero puedo jurar que estoy escuchando el coro de los angeles.

Las sensaciones que dejan sus manos en mí piel me hacen perder lentamente el juicio, cada roce, vada caricias en mí piel, hacen que me arquee de placer.

La noche es perfecta y lluviosa, el aire frío entra sin permiso por la ventana que se encuentra entreabierta y acaricia suavemente nuestros cuerpos mezclándose con el delicioso calor que ellos emanan.

Una vez mas nos estamos entregando mutuamente, consumiendo el fuego que recorre nuestras venas, sonrió al escucharlo tatarear la canción que se escucha suavemente al fondo, una canción romántica y excitante, la melodía perfecta para describirnos a ambos.

Sus manos recorren mí espalda y ejercen una leve presión en mis caderas, es como sí quisiera grabar cada parte de mí cuerpo en su memoria, pero sus astutas manos ya reconocen hasta el más íntimo lugar, así que se abren paso fácilmente por cada curva de mí cuerpo.

Mí piel arde contra su tacto y cada milímetros de ella pide a gritos que sus manos no dejen de tocarme.

Aun de espaldas a él, me empuja suavemente hacía adelante y gimo de deseo cuando lo siento rozar mí entrepierna.

- ¿Ya te he dicho lo hermosa que te vez así, sedienta de placer? - susurra en mí oído para luego morder levemente mí cuello dejando un pequeño dolor en la zona que lo único que hace es que lo desee cada vez mas.

- Por favor - susurro al borde del desespero.

Siento claramente como una sonrisa de satisfacción se expande por sus labios y de una sola estocada se abre paso en mí interior.

Mí cuerpo siente alivio cuando por fin lo siento a él, llenando cada parte de mí ser y moviéndose de manera astuta y profesional, tocando justo donde se debe y susurrando hermosas palabras que se quedan entrecortadas gracias a sus jadeos.

En un movimiento ambos quedamos acostados en su cama, aun sigo de espaldas a él, pero él sigue con sus movimientos, mostrándome todo lo que es capaz de hacer, es como si me estuviera diciendo que aun no conocía mucho de él, pero también me aseguraba que quería mostrarme con mucho gusto cada detalle de eso.

Los minutos pasaban lentamente y lo único que quiero es detenerlos para poder mantenernos así por toda una eternidad, aprendiendo cosas nuevas, sintiendo sensación que aún no conocía, jadeando y gimiendo su nombre una y otra vez hasta perder la cuenta.

Sus manos vuelven a recorrer mí cuerpo, como las de un músico al tocar su instrumento, quería que todo fuera así por el resto de mí vida, quería poder entregarme a nuevas experiencias junto a él, quería que me mostrara cada faceta del placer, quería ser su aprendiz y que él fuera el mejor de los maestros al ejercer la práctica, sus movimientos se volvieron mas lentos, su boca estaba entreabierta y como sí él pudiera leer mí mente susurró en mí oído.

- Quedate conmigo, para siempre -.

Y créeme que de verdad quería quedarme ahí.

El clímax nos abrazó a ambos llevándonos una vez mas al borde de la locura, una deliciosa y placentera locura que nos hizo entregarnos a nuevas experiencias, una y otra vez por el resto de la noche.

DOLCE PECCATO +18Where stories live. Discover now