-Gracias- había alejado al tipo con mucho glamur.

-Tengo una idea- dijo de repente- hagamos un juego, si consigues tomarte diez fotos con chicos en menos de media hora te doy mis botas grises.

Mis ojos se iluminaron.

-¿Y si pierdo?

-Bueno pues...iremos a tu ya sabes dónde- esa idea no me gustó mucho pero acepté.

-Hecho, nos vemos en media hora aquí mismo- ella asintió y se fue por el lado contrario de mí.

-Haber, busquemos una víctima- hablé para mí misma y un anciano que pasaba por allí se me quedó mirando raro.

-¿Qué mira?- le pregunté con cinismo, él musitó algo que a mi parecer fue: La juventud de ahora.

No le hice caso y seguí con mi camino, un chico con rastas en verdad bonito estaba apoyado en el barandal de la escalera, me puse a su lado para llamarle la atención pero no me miró.

-Hola- mi voz salió tan dulce como caramelo.

-Tú no eres para mí y yo no soy para ti, nuestro amor sería imposible- su voz era arrastrada, y parecía  la de esos hippies de Los Simpson.

¡¿Qué?!

-Oye, oye, no te hagas una telenovela- respondí algo turbada.

-Las cosas son así mi rockera.

De todos los tipos que pude encontrarme ¿por qué con él?

-Yo solo quería una foto contigo- me di la vuelta para irme y huir de este loco atontado de polvo de unicornio pero me detuvo.

-Sí...sería wow...una foto con una rockera, sí- le iba a corregir su error ya que yo no era ninguna rockera pero lo dejé, saqué mi teléfono y nos tomamos la selfie, mi cara salía algo rara pero a él le gustó, se la pasé y me despedí aunque claro me dio su número y diciendo que podríamos ser amigos ya que nuestro amor sería imposible, me alejé algo confundida y busqué al siguiente.

Un chico estaba sentado en una banca más allá, me senté a su lado y saqué mi teléfono para entretenerme.

-Hola- dijo él con timidez.

-Hola ¿te puedes tomar una foto conmigo?- sí, ya sé, soy algo apresurada pero ya habían pasado diez minutos y no tenía tiempo para hacer amigos por muy guapos que sean, es más, esto del coqueteo no es lo mío.

-Um, claro pero me dirás para qué- estaba claro que esto le divertía pues cómo no, no todos los días una loca le pide una foto.

-Es una apuesta- sonreí para la foto y él también, me quedé embobada con sus lindos hoyuelos, aunque no se parecían a los de Bryze.

¡Simplemente no te me acerques!Where stories live. Discover now