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Las vacaciones de verano estaban a solo unas horas de empezar y Seungmin no podía esperar un segundo más.

Comenzaba a desesperarse, las clases, para colmo iban más lento de lo que pudo haber deseado alguna vez. 

Literalmente Kim observaba el reloj que se encontraba sobre el pizarrón, sin perderlo de vista ni un segundo, viendo como las manecillas giraban habiendo eco en el aula. 

Para la última clase, seungmin se encontraba mucho más concentrado viendo la hora mientras la profesora Lee no dejaba de hablar sobre quién sabe qué, aburriendo a los alumnos quienes sólo deseaban salir de aquel infierno. 

Pronto, la chicharra comenzó a sonar. Dando finalizada la clase y con ella, el comienzo de vacaciones. Los alumnos son decir más, tomaron sus cosas y comenzaron a salir del aula, alegres de que otro ciclo escolar haya finalizado.

Seungmin salió junto a sus amigos del salón, platicando animadamente. 

―¿Van a hacer planes en las vacaciones?―inquirió Chan. 

Luego de pensarlo un poco, los demás chicos negaron mirando al pelirrojo, sabían que alto planeaba. 

―¿Qué tienes en mente? ―preguntó ahora Minho, mirándolo expectante. 

Bang sonrió de oreja a oreja. 

―Unos amigos Irán a la playa, ¿Quieren ir? 

Seungmin amaba a los amigos de Chan, pues haría algo divertido en el verano a pesar de que seguro solo irían un par de días. 

Todos asintieron y comenzaron a planear todo. Se irían el sábado por la madrugada para llegar más temprano y regresarían más o menos el lunes o martes. 

Incluso iban a invitar a los novios de sus amigos, por lo que Seungmin no se quedó atrás, diciendo que invitaría a su amigo.

Kim se dirigió a casa solo, pues ya no había encontrado al de oscuros cabellos. Por lo que supuse que se había ido a casa o estaba con sus amigos. 

Al llegar, saludó a su mamá y subió escaleras arriba, dejando su mochila en la cama. Para después acostarse boca abajo. 

Estaba feliz, ya que al fin se había librado de tareas, proyectos y exámenes escolares que pudiesen estresarlo. 

𖡎

Changbin se encontraba en su habitación con su portátil cuando escuchó su móvil sonar con un sonido diferente al de los demás contactos. En seguida supo de quién se trataba, así que lo tomó en sus manos y abrió el chat que tenía con el menor. 

Minnie<3 

Hey 

¿Tienes planes para este fin de semana? 

Binnie 

¿Por? 

¿Tienes algo pensado? 

Y tengo el mensaje para después seguir concentrado en su computadora. La respuesta de Kim no tardó mucho en llegar. 

Minnie<3

¿Quieres ir a la playa? 

Los amigos de Chan lo invitaron, así que nosotros vamos a ir también, ¿Qué dices? 

El pelinegro hizo una mueca. La última vez que salieron con los amigos de Chan no terminó bien. No le traía buenos recuerdos. Y como si el peligris le leyera la mente, volvió a enviar otro mensaje: 

Minnie<3 

¿Por mi? :(( 

Seo suspiro pesado, agradecido que su amigo no pudiese verlo en ese momento, por lo que terminó accediendo. Y sin pensarlo dos veces, comenzó a empacar. No estaba seguro cuando iban a volver así que terminó guardando ropa de más. 

Al caer la noche, el pelinegro cayó rendido en los brazos de morfeo. 

Cuando despertó debido al molesto sonido de la alarma, la apagó y talló sus ojos con ambas manos hechas puños,  para después levantarse de mala gana, dirigiéndose al sanitario y así asearse. 

Algunos minutos después, salió y comenzó a vestirse. Se puso unos vaqueros rasgados, una camisa negra, un buzo del mismo color y tenis blancos. 

Tomó su valija, su móvil, las llaves y fue escaleras abajo, donde esperaría a los demás chicos. 

Al salir, cerró la puerta detrás de él cauteloso, evitando despertar a su padre. 

No supo cuánto tiempo estuvo sentado en la acera, sin embargo, al cabo de un rato, llegó una furgoneta donde vio bajar a su alto amigo.

―¿Listo? ―hablo en menor cuando llego enfrente de él pelinegro y le dio un pequeño beso. 

Changbin se quedó atónito y asintió una vez se había recuperado de esto. Sentía las mejillas rojas.

―Nos van a ver ―se quejó en un susurro. 

Seungmin no pudo evitar reír leve y tomó las cosas de Seo, llevándolas a la cajuela del auto. 

―Ya nos han visto, no tienes de qué preocuparte ―contestó como si no fuera la gran cosa, sonriendo de lado y le guiño un ojo. 

"¿Qué? ¿Visto, ellos? ¿Cuando?" Se preguntaba Changbin. 

Fue una clase de consolación pero Seo comenzaba a pensar que era todo lo contrario, que Seungmin intentaba burlarse de él. 

Sin decir más, se adentraron al auto y cuando estuvieron listos, emprendieron camino.

El carro iba en un silencio incómodo, o eso pensaba Changbin que, aunque la radio estuviera prendida, tenía volumen bajo, que sencillamente podía escuchar su corazón acelerarse tanto que no le extrañaría que alguien lo escuchara. 

La razón era sencilla,  debido a que la furgoneta no era tan grande para que los ocho jóvenes se pudieran sentar libremente, Seo se encontraba ahora en el regazo de Seungmin. 

Mientras más lo pensaba, sabía que no debía estar nervioso, pues ya se había sentado sobre el menor anteriormente, pero de alguna forma se sentía como si fuese la primera vez. 

Incluso no apoyaba todo su cuerpo, pues tampoco quería lastimarlo al menor peso.

Pronto, sintió unas manos sobre su cintura que le acercaban el pecho del peligris, sus ojos se abrieron de par en par. 

―No te ves muy cómodo. ―susurro el menor cerca de su oído. 

Seo sintió una corriente pasar por su espina dorsal. 

―Estoy bien. ―hablo en un susurro también. Intentó hacerse hacia el frente de nuevo pero el agarre en su cintura se intensificó.  

―No pesas nada, binnie ―intentó tranquilizar al aludido, quien suspiro pesado y asintió rendido. 

Changbin odiaba sentirse tan débil cuando se trataba de Kim. 

―No quiero lastimarte, Min. ―se excuso.

―No te preocupes por mi, me importas tú. —dijo y colocó su mandíbula sobre el hombro del menor. 

El día apenas comenzaba pero, en menos de una hora, se había sonrojado dos veces y ambas eran debido a su amigo de cabellos grises que se encontraba abrazándolo. 

Iba a ser un viaje largo. 

Kiss Me  ִֶָ  𝗦𝗲𝘂𝗻𝗴𝗯𝗶𝗻 Onde as histórias ganham vida. Descobre agora