Transformación

11.1K 114 18
                                    

Extraños Susurros aparecieron en mi mente, siento mí cuerpo flotar en un manto suave, me siento como débil, adormecido sobre una cama con sábanas de satén color rosa, una voz, si, otra vez la misma voz, mis piernas se sentían livianas. Un sonido algo tubular, como hipnótico, y otra vez esa voz, esa voz masculina diciéndome "ven preciosa", estoy en un bosque a oscuras, no logro visualizar bien, era muy oscuro, pero algo me apreta la cintura, las piernas las siento envueltas en algo que parecían medias, medias algo largas, hasta por arriba de la rodilla, y camino con mucha dificultad debido a mis zapatillas, no veía lo que tenía puesto, caminaba sin rumbo, el bosque estaba tenebroso, otra vez esa voz masculina"ven princesa, ven a mí", persigo esa voz, como de forma inconciente, estaba seguro de su voz.
Otra voz aparece en escena, una voz femenina, " te sientes bien, te sientes a salvo, te sientes muy mujercita". Diviso a lo lejos una luz, y la voz masculina es más presente, más clara, más potente "ven preciosa, ven conmigo, soy tu hombre". Siento pasos viniendo hacía mí, algo me persigue, algo empieza a perseguirme. Mí andar empieza a marchar más rápido, me siento suave, ese sonido tubular es cada vez más agudo, otra vez esa voz femenina "está bien que te vistas como mujer" "sos cada vez más mujercita", algo apresiona mí cuerpo, el bosque está más claro, entre mis piernas recorre un leve viento  que me hacía poner algo extraño, no traigo pantalones, la claridad empieza a ser mas notoria mientras camino de forma ligera hacía esa luz, hacía su voz que me invitaba estar a salvo "- vamos princesa, ven, yo soy tu hombre-" esa voz atenuándose aún más, y empiezo a sentir escalofríos de placer, algo apresiona mí entrepierna, algo se cola entre mí cola. Otra vez esa voz se acentúa en mis convicciones personales; "-está bien que seas la mujercita de un hombre de verdad-".

Un espejo aparece, y veo una chica en falda y medias largas, la veo de reojo, sigo mí andar, algo me persigue.
Otro espejo se me presenta a mí andar, la misma mujer, la misma chica adolescente, su minifalda, su rostro me resulta familiar, mí andar se hace más lento, pero sigo, no quiero parar. "Te sientes muy mujercita, y está bien que seas muy mujercita". Otro espejo refleja a una chica en minifalda, "te gusta ser mujercita" otra vez esa voz con firmeza, sigo hacía esa claridad, noto la chica observándome mientras acelero el paso, sigo mis pasos, aunque su rostro me resulta familiar, sigo mí andar, "tu ser femenina es cada día más fuerte a cada paso", esa voz femenina reafirma mi andar. "Ven a mí, sos mí mujercita" esa voz masculina me llama, voy a su encuentro. Un espejo se pone delante mío, una chica morocha en minifalda, sexy, sensual, maquillada, es hermosa, me acerco más a su reflejo. Me veo, soy ella, soy esa chica, me gusta, soy yo, soy mujer, me veo, me toco, me acaricio, estoy suave, estoy muy femenina, estoy con unos finos zapatitos de tacón alto, la minifalda me queda hermosa, las medias realzan mis piernas depiladas y suaves, el espejo se vuelve puerta, una puerta, alguien se acerca por detrás mío, me asusto, siento escalofríos. "Pronto hermosa, te estoy esperando, soy tu hombre", esa voz masculina me llama, a su lado siento voy a estar seguro, abro rápido esa gran puerta. La cierro urgente, sus manos me abrazan, su cuerpo varonil me apresiona, su cuerpo está ardiendo, sus pectorales y hombros pegándose a mí delicado cuerpo, si, un hombre me salva. Es él, lo miro, me sonríe, su aliento, un espejo, me veo, tengo una minifalda, estoy maquillado, me veo, mí sonrisa me delata, estoy feliz, es él. Es Carlos. Tengo medias altas y me gustan, mis labios los siento suaves y brillantes, sonrío, me siento Feliz, Carlos me toma con sus brazos fuertes del cuello, y se acerca, su aliento me  hipnotiza, su boca se acerca a la mia, "está bien que te gusten los hombres, porque sos una mujer" su boca a punto de estallar junto a la mía. Un sonido, una alarma, el reloj marcó un nuevo día, desperté.

- Fué un sueño bastante loco-. Me dije a mí mismo. - pero que rayos estoy soñando?.

Creo que estaba bastante confundido, el reloj apenas marcaba las 7 de la mañana,

No sé que estaba pasando, una especie de extraña voluntad de mí parte, de forma inconciente, me sentí en la obligación de tomar mí celular, y en ese estado, me dispuse a ver ropa, ropa de mujer. Un rato largo, hasta que una vez más, caí desvanecido del sueño.

Golpean la puerta, tocan el timbre, ya eran las 10 de la mañana, los sábados dormía hasta el mediodía siempre, no me quedo más remedio que ir a saber quién era a esa hora y un sábado, no esperaba a nadie.
Por la ventana veo un cartero y cajas.


Gaby
- Hola, buen día..?-. Preguntando, de seguro se habrán equivocado
Cartero
- Supongo, se habrán equivocado otra vez, discúlpame, dice Gabriel el destinatario, necesito que firme acá..!

No entendí su analogía, pero firmé sin entender mucho, supongo que el cansancio me jugó una mala pasada, pero si me desperté sorprendido cuando se fué el cartero.

Cartero
- Bueno, muchas gracias Señorita.

A lo que quedé algo atónito al escucharlo y decirme "señorita" . Por qué me dijo así..? Por qué supuso que yo era una mujercita? Tengo cara de nena? (Esto, no está resultando) me decía a mí mismo.

Tenia dos cajas grandes en mí poder, pero que hay adentro..?
No tuve más remedio que abrirla, la sorpresa fue aún mayor cuando de ella no paraba de sacar vestidos, minifaldas, lencería y sobre todo sexy y muy femenina, leggings, había un montón de cosas.

No sé de dónde salió todo eso, debía de ser un error, aunque en el destinatario estaba mí nombre y el remitente decía el nombre de la tienda. A la cual me propuse llamar para saber de dónde salió todo eso. La sorpresa de todas maneras fue más aterrador ya que de la tienda me dijeron que no había error, que fui yo quien había comprado todo eso con mí tarjeta de crédito a la madrugada y que no tenía devolución alguna.

Ahi viendo los vestidos, la lencería, toda esa cantidad de ropa que estaba hermosa, no sabía que hacer, estaba totalmente en desconcierto, si bien era sábado le mandé un mensaje a Claudia quien me estaba tratando mí problema sobre mí micro pene. Le mandé un mensaje contándole todo lo sucedido, no la quería llamar visto que era sábado y no quería molestarla.
No recibí ninguna respuesta de ella en esos momentos, pero al cabo de unas horas ahí después de haberme duchado y a pronto desayunar, Claudia me llama.

Gaby
- Hola Claudia
Claudia
- Hola Gaby primor, me alegra mucho cariño lo que te está pasando, estoy en la Clínica, ven urgente y traé todo.

No hice otra cosa que desayunar algo rápido y tomar las pastillas que me había recetado Daniela, la endocrinóloga, a si que tome toda la ropa y partí rumbo a la clínica a ver a Claudia.

Al llegar estaba la secretaria, y diciéndole que Claudia me esperaba, me invitó a la recepción a esperarla, que ya en breves me iba a llamar. Ahí fui a sentarme, note que había muchas personas, solo note dos asientos vacíos separados del resto, a si que me senté a esperar.
De repente, alguien se para del otro lado y hace contacto visual conmigo, era él, Carlos que me devuelve una sonrisa acercándose a mí paso a paso. En ese momento vestía un jeans algo ajustado, haciendo notar sus piernas grandes y arriba una camisa también ajustada que le hacían marcar sus pectorales, hombros y bíceps marcados.

Carlos
- Y como me veo Gaby?
Yo ahí en una extraña voluntad y con cierto grado de exitación al verlo, en ese instante cruce mis piernas, y con absoluta conciencia le dije:

Gaby
- Hola Carlos, estás lindo, me gusta como te queda esa camisa, estás cambiado.
Carlos
- Si, Claudia está haciendo un muy buen trabajo conmigo, me siento con más autoestima, me acerqué a vos para que lo veas.
Gaby
- Ja,... estás cambiado, y lindo
Carlos
- Y a ti como te está llendo..?
Gaby
- Bien Carlos, creo que bien, me estoy medicando, y creo que mí cuerpo está cambiando. Me siento bien.
Carlos
- Si, también lo noto, me gusta como te queda ese jeans y esa camiseta.

En ese instante no se que me hizo reaccionar, pero en cuanto me dijo eso note un hormigueo en mis piernas, en mí cola, luego en mis brazos y hasta en mis pechos, algo está pasando, hasta que en un momento dado le dije a Carlos que debía ir al baño.
Al entrar me vi al espejo, y mí rostro lo sentía muy femenino, mis cejas, mis pómulos, mí cintura, mí cola, mis piernas. -dios mío, que me está pasando- que soy?. - que soy?. Me decía a mí mismo. El jeans que tenía puesto me quedaba súper apretado, de echo no sé por qué me lo puse, era un jeans de mujer y me quedaba lindo, ajustado, y en qué me momento me lo puse..? No estaba entendiendo que pasaba.  Ya la gente se debió de dar cuenta, por qué nadie me dijo nada? O alguien ni siquiera me miraba de como estaba vestido..? O acaso se pensaron que yo era una...mujer? Y esa pregunta me paralizó, ahí mirándome fijamente al espejo del baño, escucho mí nombre en un alto parlante, "Gaby".
Y con la mirada fija al piso, salí. Con la mente confundida, ahí, el rostro se me paralizó al ver a Carlos dirigiéndome hacía mí con la caja en su poder.

Carlos
- Gaby, ésto es tuyo, te  está llamando Claudia.
Gaby
- Si, escuché, gracias Carlos
Carlos
- Esos vestidos, de seguro te deben de quedar lindos.
Gaby
- Bueno gracias Carlos, aún no me los probé.- pero que dije..?

Y en ese instante Claudia aparece en escena.

Claudia
- Gaby cariño, te estoy llamando, veo que conocistes a Carlos.
Gaby
- Hola Claudia, si, si, nos conocimos acá.
Claudia
- Bueno, Carlos después sigo con vos...ven Gaby.

Caminando hacia su consultorio, con la caja llena de prendas femeninas, ahí mirando a Claudia fijamente, como obedeciendo a sus pasos ella me mira y me dice:

Claudia
- Bueno, Gaby, veo que tu cambio está dando resultandos positivos.
Gaby
- Si..? Mí pene apenas se ve y Lo único que creció fue mí cola, me arden los pechos, y mí cintura es muy delgada.
Claudia
- Magnífico, está todo andando como lo había planeado entonces.
Gaby
- Pero, Claudia, estoy hasta vistiendo como una mujer, Estos jeans tan ajustados me marcan tanto la cola, que todos creen que soy una chica. Y encima no se por que compré mucha ropa de mujer.
Claudia
- Lo estás haciendo de maravillas entonces, mejor de lo que imaginé.
Gaby
- No entiendo nada Claudia.
Claudia
- Que no entiendes..? Si estás echa una nena es por qué a eso viniste, me dijiste que querías ser una persona que disfrute la compañía de alguien, y eso estoy haciendo.
Gaby
- Pero Claudia, yo creí que ibas a ser crecer mí pene...?

Y en ese instante Claudia pego cierta risa, carcajadas, ahí yo mirándola como desahuciado, y algo de pena.

Claudia
- Hay cariño, lo siento mucho, eso ya no crece más, se va a quedar ahí, como algo indiferente de lo minúsculo que es.
Gaby
- Pero ahora que hago...?

Claudia quedó ahí observandome detenidamente, y de su cajón del escritorio, saca la misma fotografía de esa pareja que se veían felices en una playa.

Claudia
- Gaby, cuando te mostré ésta fotografía, te mostré el cambio de ella, ella era como vos, tenía tu mismo problema, pero le hice entender que no tenía nada malo, solo que tenía que aceptarse tal cual es. Hasta que entendió que su camino era ser una mujer, al principio no le gustó la idea, pero de a poco iba dándose cuenta de su realidad.
Gaby, tu estás haciendo las cosas mucho mejor que ella, tu cambio se está dando más rápido. Y estás echa una linda mujercita.

Quedé sin decir una sola palabra, ahí sentado, con las piernas cruzadas como una mujer, noté al ver mis pies, mí corazón latió con más adrenalina cuando me di cuenta que también estaba usando zapatos de tacón, tenía puestos unos zapatitos rosa pastel y no me había dado cuenta, hasta las uñas las tenía pintadas de rosa, quedé en un shock emocional al verme.

Claudia
- Gaby, primor, no te asustes, esto es lo que realmente sos, una mujer. Y hasta el corpiño de encaje que llevas puesto te queda lindo.
Gaby
- Que tengo que..? -. Quedé observandome y si, tenía hasta lencería femenina, tenía un conjunto de lencería femenina sexy de encaje color blanco, lo cual resaltaban mis pechos, tenía pechos, si, tenía senos de mujer, no eran grandes, pero ahí estában.
El espejo de la oficina de Claudia me devolvió la imagen de una mujer.


La Cura: Ser MujercitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora