Una venda más

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La enfermera entró, despacio, soñando, esperando...

Y yo, estaba muerta en la cama, mirándola a los ojos, con la boca entubada y el pecho desinflado por la presión, que hiciste al explotar mi corazón de golpe.

— ¿Y mi mamá? — pregunté, de golpe, fría — ¿Todavía no ha llegado?

Me masajeó mi corazón, para darle un poco de alivio de todo el veneno que estaba recibiendo. Lo sentía morirse en mis brazos, y ella también lo sentía.

— Llamó hoy — susurró, en medio de una cardiografía. Mi pulso disminuyó — Dice que está ocupada.

No contesté, la miré, y lloré en silencio, no aparté mi mirada de ella, y levanté una ceja, ahogando una roca dentro de mí, tragando cada escombro que me impedía hablar.

— No sabe lo que me duele — sentencié — que me diga que ni a mi propia madre ya no le importo más.

¿Por Qué Nadie Viene A Verme? #PGP2021Where stories live. Discover now