Capítulo 5: ¿Qué hace él aquí?

316 23 3
                                    

   Durante la cena Evan estuvo en todo momento chocando sus piernas contra las mías, mientras conversaba como si nada con las personas a nuestro alrededor. ¿En serio él era Evan?, realmente tenia que ser un muy gran error.

- ¿Te acuerdas de ello Angie? - Evan me miro con una sonrisa divertida en su rostro. Toda la atención se centró en mí. Realmente lo iba a matar cuando tuviera la oportunidad, el sabía que estaba demasiado concentrada en mis pensamientos como para poner atención a lo que fuera que estuviera hablando, por eso llevo toda la conversación hacia mí. Lo fulmine con la mirada y su sonrisa se ensancho aún más. ¡Puto!

-Responde hija, Evan te acaba de hacer una pregunta-. Insistió mi madre una vez se percató de que me estaba demorando demasiado en contestar. Pude notar en su tono la ansiedad. Era una de las cosas que a veces me molestaban de ella. Siempre quería que toda la familia se comportara de manera correcta cuando alguien nos venía a visitar.

- ¿Si recuerdo que? - Le pregunte a Evan con un tono que dejaba en evidencia las enormes ganas que tenia de matarlo. Ganándome una mala mirada por parte de mi madre.

-Si recuerdas esa vez que nos casamos, cuando jugábamos en la casita que estaba en el jardín-. Un pequeño brillo de malicia cubrió sus ojos cuando mis mejillas se sonrojaron. ¡Claro que lo recordaba! había sido algo muy vergonzoso que sucedió cuando tenía 5 años.

-Si, lo recuerdo- Sentí como mi rostro ardía de vergüenza. ¿Qué diablos estaba pasando por su cabeza?

- ¿Y recuerdas lo que sucedió después? -. Me dio un pequeño apretón en el hombro, instándome a seguir.

-No, no lo recuerdo-. Mentí. Me encontré contando mentalmente para no saltar sobre Evan y ahorcarlo en este momento.

- ¡Oh! que lastima. Yo lo recuerdo perfectamente-. Una sonrisa maliciosa apareció en su rostro mientras decía estas últimas palabras. No pude evitar mirarlo de manera suplicante. Había prometido que ningún hombre causaría algún efecto en mí. Pero sabia que eso no sucedería, era algo imposible. Además, no quería que las personas a mi alrededor, menos aún mis padres, se enteraran de lo ridícula que podía ser. Evan ignoro por completo mis suplicas y se dirigió hacia los demás con una mirada divertida en su rostro. - Estábamos jugando en el patio, cuando Angie ofreció la idea de ir a la casita de muñecas que tenían en ese entonces allí. Nos pusimos a jugar a la Mamá y al Papá, así que lo primero que hicimos fue planear el casamiento. Nos llevamos todos los peluches que Angie tenía en su cuarto y los sentamos dentro de la casa haciéndoles pasar por testigos. En una mesa colocamos a un osito que era el juez-. Todos en la mesa sonrieron y suspiraron soñadoramente, mientras yo cubría mi rostro, suplicando en que no continuara con su relato. – Cuando teníamos todo preparado comenzamos con la ceremonia, pero habíamos metido tantos peluches dentro de la casa, que tuvimos que trasladar todo hacia el patio. Cuando al fin terminamos de organizar todo, retomamos nuevamente la ceremonia, estábamos a punto de besarnos cuan-.

- ¡Lo siento! -. Grite. Todos se me quedaron viendo de manera sorprendida. - Me siento mal, así que, si me disculpan iré a mi cuarto-. Me levanté y salí lo más rápido que pude de allí. Sabía que no era tan grave lo que Evan estaba contando, pero no me sentía preparada para que ellos se burlaran de mí, sobre todo por algo estúpido que me había ocurrido cuando pequeña. Entre en mi cuarto y le puse cerrojo a la puerta, no quería que nadie me molestara. Me sentía demasiado agotada para tener que soportar algo más durante este día.

*******************

Al día siguiente me desperté cerca del mediodía. Me sentía tan frustrada anoche, que me había quedado dormida sobre la cama. Me levanté y me dirigí inmediatamente hacia el baño. Estaba a punto de entrar en este, cuando me encontré con un par de ojos azules que me miraban curiosos.

- ¿Qué quieres ahora? -. Le pregunte aun molesta al ver que nada salía de su boca.

-Al parecer la señorita mapache se levantó de mal humor-. Evan se cruzó de brazos y me sonrió. ¿Acababa de llamarme mapache?

- ¿Señorita mapache? -. ¿No encontraba nada más divertido que inventarme sobrenombres sin lógica?

-Si, porque tus ojos están completamente negros. ¿Sabes?, comienzo a creer que tienes algún complejo de Digimon. Porque Digi evolucionaste de una verde Fiona a un mapache-. Lo fulmine con la mirada y él sonrió aún más. - ¿Eso es algo como uno de tus super poderes? Te debo avisar de antemano que no tienen efecto en mi-. Maldito.

- ¿No quedaste satisfecho con solo molestarme ayer? -. Me cruce de brazos.

- ¿Aún estás molesta por ello? -. Me miro de forma inofensiva. ¿En serio acababa de darme una mirada inofensiva?, Ya no lo aguantaba más.

- ¡Claro que estoy molesta!, lo único que has hecho desde que llegaste a esta casa es burlarte de mí, ¿Sabes algo? me gustaba el Evan de antes. Me gustaba el Evan que aquel día en el que nos casamos y un ave me cago encima e hizo que cayera sobre el lodo, se preocupó de mí y procuró que nadie lo supiera. No este Evan que apenas encuentra la oportunidad va y se lo cuenta a toda la familia solo para burlarse de mi-. Él me miro sorprendido y un rasgo de arrepentimiento cubrió su rostro. No necesitaba saber lo que tenía que decir, así que lo evite y continúe caminando hacia el baño. Cuando llegue al espejo me percaté de que realmente tenía todo el borde de mis ojos negros, busque algo para retirar la pintura de mi rostro.

-No le conté a nadie lo que sucedió ese día... y jamás lo haría- Me voltee para mirarlo, y por un momento pude ver a ese Evan que yo conocía. No dejaría que aquella expresión en su rostro me hiciera flaquear, me voltee y volví a retomar mi búsqueda. En una esquina del mueble encontré un pote de crema, pero estaba demasiado alto para lograr llegar a él, como pude intente alcanzarlo.

-Déjame ayudar-Dijo el rubio detrás de mí.

-No te preocupes, yo puedo sola-. Lo empuje fuertemente hacia atrás, pero lo único que logre con ese movimiento fue caer de trasero sobre él.

-Estas apretando mi zona-Dijo Evan cuando intente ponerme de pie. Esta vez me volteé sobre mí misma cayendo acostada a un lado de él. Estaba a punto de levantarme cuando Evan me lo impidió al colocarse sobre mí.

-Realmente lo lamento -. Una dulce mirada apareció en su rostro, con solo verlo podía saber que eran sinceras. Nos quedamos mirándonos en completo silencio y por un momento fui consciente de su cercanía, el mordió su labio suavemente y mentiría si no admitía que ese solo gesto provocaba algo en mi estómago. Evan comenzó a acercarse lentamente hacia mis labios ¿Que pensaba hacer? ¿iba a besarme?

-uh...oh.... yo lo lamento-. Dijo una voz cercana a nosotros. Mi corazón dio un gran brinco y mi estomago se contrajo aún más. Yo reconocía esa voz, podía reconocerla en cualquier sitio. Me volteé para verificar si estaba en lo cierto y sentí mi respiración detenerse un par de segundos ¿Que hacía Matt aquí?

Los Conflictos de ser fea.Where stories live. Discover now