Capítulo 2: Esto es sólo el comienzo.

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Me levante muy temprano en la mañana, así como July me lo había solicitado, o más bien, obligado. Era un desastre de persona a esas horas de la mañana, me costaba montones lograr levantarme antes de las 9 am. Yo me encontraba clasificada entre el grupo de personas que se mantienen despiertas durante casi toda la noche y que por las mañanas dormía hasta el mediodía. Mi pelo se encontraba revuelto por todos lados y mi aliento era peor que el de un muerto en una morgue. Tomo todo mi esfuerzo matutino lograr sentarme en la cama, para luego quedarme varios minutos mirando hacia la nada. Cuando finalmente me digné a mover mi trasero, me dirigí hacia el bañó arrastrando mis enormes pantuflas de osito en el proceso. Debido a los valiosos minutos que malgasté anteriormente, tuve que ducharme y lavar mis dientes lo más rápido que pude, tomé lo primero que encontré en el closet y salí de mi casa en busca de mi asombrosa amiga.

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Llegue al aeropuerto un poco antes de las 8 de la mañana. Habían transcurrido alrededor de 30 minutos desde aquello y aún no tenía señales de July. Me senté en una banca que estaba junto a mí y juro que tomo absolutamente todo mi esfuerzo no quedarme dormida en ese sitio. Tenía que hacer a July pagar por esto más tarde, las personas no podían bromear con las necesarias horas de sueño. Solté un gran bostezo, ni siquiera hice el intento de cubrir mi boca, cuando sentí a alguien tocar mi hombro.

- ¡Diablos, señorita! Casi te tragas el aeropuerto entero- Levante mi vista hacia la persona que se encontraba detrás de mi y juro que mi corazón exploto de felicidad.

- ¡July! - Salté inmediatamente de mi asiento y enredé mis brazos alrededor de su cuello. -No sabes cómo te extrañe-. La abrace aún más fuerte, finalmente se encontraba a mi lado.

-Yo también te extrañe montones-. July me devolvió el abrazo con la misma energía y una gran sonrisa lleno su rostro. Nos mantuvimos varios minutos así, sabia que ella me había extrañado tanto como yo lo había hecho. Finalmente, mi amiga se separó y tomo una de sus enormes maletas -Debemos irnos, tenemos mucho de que hablar. Debo contarte un montón de cosas, pero debido a esas enormes ojeras que cubren casi todo tu rostro, no creo que sea conveniente que permanezcas despierta por mucho más tiempo- Me dio una dulce sonrisa y luego me ofreció otra de sus maletas. Me quede mirándola algo perpleja por unos segundos.

- Primero que nada, apoyo la idea de marcharnos en este momento, sobre todo porque llevo unos buenos minutos jodida de sueño, ya que mi grandiosa amiga no tuvo consideración con mis preciadas horas de sueño. Y segundo ¿Por qué diablos debes traer maletas tan enormes? ¿Tú de verdad crees que yo podre con ella en mi estado?, en lo único que puedo pensar en este momento es en volver a dormir-. Hice un intento de bostezo para recalcar mi punto. July me dio una enorme y brillante sonrisa y volteo sus ojos.

-Tú nunca cambias Angie, eres tan quejumbrosa como siempre. Lo siento mucho por ti, pero no te queda opción. Además, debía de traerlas conmigo, ¿De que otra manera crees que hubiese podido traer toda la ropa y obsequios para ti? Prometo que morirás una vez veas todas las cosas hermosas que hay en ellas. Además, en aquella maleta es en donde se encuentran algunos de tus obsequios, pero para poder verlos, primero debemos volver a casa-. July me dio una de sus mejores sonrisas de victoria. No pude evitar sonreír, ella aun era la de siempre. Era una persona demasiado convincente y jamás perdía.

- Ya vámonos, antes de que me quede dormida en este sitio y debas cargar con mi cuerpo-. Tomé la enorme maleta y seguí a una victoriosa July hacia la salida.

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Una vez en casa, acompañe a July hasta la habitación de invitados, en donde se mantendría durante estas semanas de vacaciones. Debido a la insistencia de mi amiga, con respecto a mi apariencia de lucir demasiado exhausta y con el pretexto de que no quería mantener un ogro en su dormitorio mientras desempacaba, me dirigí a mi cuarto a tomar una pequeña siesta, para reponer las energías que me había tomado arrastrar esa enorme maleta.

Los Conflictos de ser fea.Where stories live. Discover now