2do Intento De Conquista.

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(Narradora): Un venezolano iba caminando tranquilamente hacia su casa, cuando de repente una camioneta negra se detiene frente de él, y alguien dentro de la camioneta le jaló del brazo bruscamente haciendo entrara en ella. Venezuela no entendía nada, por un momento pensó que era una especie de secuestro o algo así, pero aquel pensamiento se esfumó al ver a un brasileño cómodamente sentado en unos de los asientos de aquel vehículo mientras mantenía una sonrisa sutil.

Brasil: Olá, Vene! Como vai você? (Hola, Vene! Cómo te va?) -saludó alegremente a su amigo-

El ambiente quedó en silencio unos segundos.

Brasil: Vene-...

Venezuela: Te pica er culo?! -insultó al más alto- Sabes el susto que me diste, Nawebona'aaa!

Brasil: Você não precisa me insultar (No es necesario que me insultes) -el brasileño negó con la cabeza un par de veces-

Venezuela: Te voy a tasajea' el hígado cuando estés dormido -dijo para luego sentarse al lado del aquella nación de tez verde-

Brasil: Você vai me deixar falar? (Me vas a dejar hablar?) -preguntó el brasileño, y ganó una ligera respuesta; "Claro, porque debe se' que yo te tengo la jeta", el brasileño rodó los ojos hacia un lado mientras negaba- Você quer ir à praia? (Quieres ir a la playa?)

No sabía si la cara del venezolano era alegría o molestia, quizás ambas.

Venezuela: Para eso me secuestraste? -el venezolano lo miró de reojo-

Brasil: Ehhh algo assim (Ehhh, algo así) -dijo mientras soltaba una ligera risita-

Venezuela: Dale, está bien, pero que conste que si me pierdo va a ser tu culpa -lo miró mientras lo señalaba con el dedo- Pero mínimo dame comida, cuando me secuestraste estaba de camino a hacerme comida

Brasil: Sim, sim, acalme-se, você vai comer tudo o que quiser (Si, si, tranquilo, comerás todo lo que quieras) -depositó un pequeño beso en la mejilla del más pequeño, haciendo que el tricolor se enrojeciera-

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Y allí se encontraban aquellos dos sudamericanos, en una de las tantas casas que tenía el gigante sudamericano. Se encontraban en Río de Janeiro, estaban en una casa con vista al mar, muy hermoso de ver, pero cierto tricolor prefería comer antes de observar tan bella vista que les estaba regalando la naturaleza.

El tricolor se encontraba comiendo felizmente en la terraza de aquella casa, saboreaba aquellos alimentos lentamente, mientras tanto, el de habla portuguesa solo miraba atónito al venezolano, como podía comer tanto? El hispano ya iba por su tercer plato de comida, parecía alguna especie de pozo sin fondo.

Brasil: Meu deus (Dios mío) -dijo para sí mismo al ver a su amigo comer tanto-

El tricolor terminó de comer, tomó su jugo de naranja y luego dio un suspiro de alegría y satisfacción, ya se sentía completo nuevamente, ahora podía seguir viviendo en el tercermundismo con más energía.

El venezolano miró al brasileño quién se encontraba observándolo desde el marco de la puerta sorprendido.

Venezuela: Qué? -preguntó con la ceja alzada-

Brasil: Como pode comer tanto? (Como puedes comer tanto?) -preguntó viéndolo aún con cierta sorpresa-

Venezuela: No sé -alzó los hombros-

Un Cielo Estrellado (Brazuela)Where stories live. Discover now