1. ¿Tutor?

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Cada segundo en clase era una agonía para Jungkook, quien mantenía su rostro apoyado en su mano observando sin mucho interés a través de la ventana la lluvia caer. Eso era más interesante que las cosas sin sentido que explicaba su profesor.

Ni siquiera estaba consciente del tema de la clase en la que estaban; no le interesaba, mucho menos entendía. Solo quería que la tortura de aburrimiento terminara lo antes posible.

Cada tarde era igual. A la última clase su atención volaba lejos; en realidad durante todas las clases se hallaba algo ausente, pero nada comparado con su desinterés hacia la química.

—Jeon... ¡Jeon! —habló el profesor a su lado haciéndole volver a la realidad. Uh, ¿en serio tenía su mente en blanco?— ¿Puede dejar de observar por la ventana?

—No —respondió sin más y devolvió su cabeza a la posición de antes.

El rubio respiró hondo para no montar una escena ahí mismo, teniendo a los demás estudiantes como público.

Jungkook era un dolor de cabeza, el peor de todos. No le iba a dar el gusto de discutir con él como tantas veces ya, mejor ignorar, por eso sin mediar palabra más se devolvió al frente de la clase para continuar, ignorando el molesto golpeteo constante del lápiz del pelinegro contra la dura madera de su pupitre.

Afortunadamente, después de unos pocos minutos la campana escolar sonó, anunciando el fin del agotador día escolar y el comienzo de la euforia de los alumnos que en una milésima de segundo ya se hallaban saliendo de sus salones como caballos desbocados.

Finalmente Jungkook sintió su alma volver a su cuerpo. La tortura había terminado.

—Jeon —llamó el profesor en cuanto lo vio organizando los libros dentro de su mochila dispuesto a marcharse—, ¿puede venir un momento?

Este no evitó delatar su molestia rodando los ojos.

—¿Pasa algo? —preguntó sin mucho interés luego de colgarse la mochila de un hombro para acercarse a su escritorio.

—Hace unos días estuve revisando los expedientes. Algo rutinario —se encogió de hombros—, y me sorprendió mucho el suyo.

Por experiencia, ya sabía a dónde quería llegar.

—¿Por? —inquirió sin mucho interés.

—Verdaderamente se esforzó mucho el semestre pasado ¿no lo cree? —el ceño fruncido del otro le hizo entender que no sabía a lo que se refería, porque si del estudio se trataba debía ser un error— Cuatro peleas en una semana, casi la mitad de los exámenes suspendidos, una semana y media de ausencia —aclaró, este enseguida comprendió y asintió con la cabeza.

Su expresión no mostraba preocupación; no mostraba nada en realidad. El profesor anteriormente había pensado que hablando con él a solas lograría hacerlo entender, pero por lo visto iban por el mismo camino de siempre, y no estaba para perder su tiempo intentándolo de nuevo.

—Fue mi mejor récord —habló después de cierto tiempo con aire de mofa.

—¿Así lo ve: como un récord? —este sólo asintió— Okay, entonces veamos que piensa su padre de ese "récord" —sonrió ladino con cierta altanería al ver al pelinegro endurecer su semblante.

Rompiendo Las Reglas || TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora