Demons

Sin control

Los días habían pasado más rápido de lo esperado, llevábamos una semana en este estupido internado tratando de no matar a nadie.

Viatrix había intentado matar a la estupida vampira...

Aiden había tratado de seducir a una chica lobo con mate...

Y yo había peleado con un vampiro...

La cosa había estado tranquila , si consideramos que somos cazadores.

Éramos un peligro para todos...literalmente.

—¿Qué tanto piensas?—preguntó Viatrix

—En los problemas que tenemos—dije aún sin levantarme de la cama

—Deberías relajarte, solo es temporal. Muy pronto estaremos llenado a misiones y creando armas súper peligrosas —sonrió.

No creo que eso suceda...

—supongo que tienes razón—suspiré

—Levanta ese culo y vamos a arreglarnos, ninguno de nosotros puede andar en fachas. Eso nos quita poder.

Siempre tan vanidosa

—Bien, pero después quiero hablar con los demás cazadores—sentencié

—Sí, sí...como sea—dijo rodando los ojos.

Después de que Viatrix se tardara en arreglar su melena roja, nos dirijimos al centro de entrenamiento donde nos reuníamos desde hace unos días.

Me posicione en medio de todos y empecé a hablar.

—Es bueno saber que siguen entrenando a pesar de estar lejos de casa—hablé — pero esta vez tal vez no regresen...

Las caras de todos eran de shock. Incluso mis hermanos me miraron desconcertados.

—La razón por la que estamos aquí no es para estar protegidos o cuidarnos la espalda—mi mirada se hizo más fría —estamos aquí porque vamos a proteger a las razas del único peligro que sólo nosotros hemos enfrentado..., un demonio categoría 7.

Todos estaban molestos, pero otros aterrados. Este tipo de demonios eran considerados un peligro para la existencia sobrenatural y humana.

—Por qué vamos a proteger a aquellos que han matado a nuestras familias y humanos inocentes.—preguntó uno.

—Por qué tú vida depende de eso—contesté —nosotros protegemos un ciclo, y no trabajamos solo por gozo a ver quién es el más fuerte. Así que por favor no digan estupideces.

Mi mirada empezó a enfocarse en todos ellos.

—¡USTEDES SON GUERREROS, Y NO DEBEN TENER MIEDO!—grité—¡SU DEBER ES PROTEGER LA VIDA, ASÍ QUE CUMPLAN CON SU PROMESA! Sus familias esperan eso de ustedes, y si queremos sobrevivir será mejor que empecemos a hacer aliados. Todas las razas están uniéndose para acabar con el enemigo y si no nos unimos, nosotros seremos la carnada.

Todos se miraron entre sí asintiendo.

—Sean inteligentes, y sobrevivirán lo suficiente para regresar con su familia después de la guerra.

—¿Guerra?— una voz conocida hizo echó atrás de mí.

Mi mirada se centró en la ropa ajustada que llevaba y la forma en la que le sentaba.

Maldición, no era buen momento para las hormonas.

— Sí, una guerra— dije lo más segura posible— esto no es un juego lobo.