Los Enigmas del Pasado

221 2 0
                                    

Prologo

La mujer embarazada que Harry. Styles tenía delante no recordaba su nombre, ni quien era el padre de su futuro hijo. Pero ______ Banning era una mujer que Harry . nunca podría olvidar. La última vez que se habían visto ella le había dicho que lo odiaba y, una semana más tarde se había casado con su compañero del departamento de policía de los Angeles. Entonces ¿por qué había conducido cientos de kilómetros bajo una tormenta de nieve para llegar precisamente a su casa?

______ sabía que el honrado jefe de policía que le había ofrecido refugio escondía algo. Su tacto le resultaba familiar. Su amabilidad era desinteresada o... tendría que pagar un precio cuando se revelase la verdad?

Capítulo 1

El jefe de policía Harry Styles no podía dormir.

Seguramente era el silencio lo que lo había despertado, la sensación de que ocurría algo. Su corazón no latía acelerado por la vieja pesadilla, sino a causa de algo indefinible.

Harry, que había aprendido a confiar en su instinto, saltó de la cama y miró por la ventana. Poco después de medianoche había empezado a nevar con fuerza, obligando a los vecinos a dar por terminadas las celebraciones de Año Nuevo. Tres horas después, la nevada se había convertido en una tormenta de nieve.

En lugar de ponerse el uniforme, Harry eligió algo de más abrigo y se dirigió hacia la puerta con Agente, el perrito de raza Beagle que había heredado con su posición de jefe de policía, que lo siguió hasta la calle principal donde empezó a tomar la delantera. Protegidos de la nieve por los soportales de madera que cubrían las tiendas del pueblo y la pequeña comisaría, patrullaron aquel perdido rincón del mundo para asegurarse de que todo iba bien.

Acostumbrado a la rutina de su dueño, Agente se paró frente a la primera tienda y puso la nariz en el cristal .Harry empujó el picaporte y suspiró. De nuevo, la señora Foley había dejado su tienda de ropa interior abierta. Tres puertas después, en la tienda de accesorios de automóviles de Aaron Taylor, no brillaba la luz de la alarma. Como siempre.

Harry intentaba educar a sus convecinos, pero ellos seguían ajenos al peligro. El mayor delito cometido en el pueblo últimamente había sido una pintada y la propia madre del delincuente, después de reconocer la letra, lo había acompañado a la comisaría.

Era muy diferente de los nueve años que había pasado en el departamento de policía de Los Angeles. Un año en aquel pequeño pueblo en medio de la montaña era como un día en cualquier comisaría de la ciudad más peligrosa de Estados Unidos. Y Harry estaba encantado, especialmente porque, siendo el jefe de policía y el jefe de bomberos, no tenía ayudantes. Pero en un pueblo de 514 habitantes, con casas esparcidas a través de kilómetros de terreno, no podía aburrirse. Aunque tampoco podía recordar la última vez que se había tomado un fin de semana libre. ¿En septiembre quizá?

Agachando la cabeza para evitar el viento helado, Harry se metió las manos en los bolsillos de la cazadora.

- Un fin de semana en el Caribe no estaría mal, ¿eh? -sonrió, mirando a su perro-. ¿Te gustaría ponerte un bañador?

Agente ladró una vez, algo que Harry siempre tomaba por una afirmación, y después echó a correr en dirección a la comisaría.

Cuando Harry levantó la cabeza vio un bulto frente a la puerta. El viejo John, imaginó, demasiado borracho como para recordar que podía morir de frío. Demasiado borracho como para descolgar el teléfono que había en la puerta y que conectaba directamente con su casa.

La cola de Agente se movía como un metrónomo, con su trasero moviéndose a la misma velocidad. Cuando Harry se acercaba, el viento le llevó la suave risa de una mujer.

Adaptaciones Harry StylesWhere stories live. Discover now