Una chica, Mary Angel Hernandez Romero es su nombre,todos la consideran como un angel.
Este angel viajara hasta la ciudad de Los Angeles, California por un intercambio universitartio . Este pequeño viaje hara que su vida cambiara 180° en muchos sen...
Pues señores y señoras...se cumplió lo que yo había dicho, resulta que le gane a Matt en tiro al blanco, por pequeña diferencia pero le gane al fin y al cabo. De las 6 flechas que podíamos darle al blanco, Matt acertó al blanco 2 veces y yo acerté 4 veces, las otras 2 no las logre apuntar bien y falle y Matt fallo las otras cuatro veces.
- Ja ! te lo dije...gane gane -yo estaba feliz de haber ganado en el tiro al blanco-
- tenias razón linda enana - el estaba sonriendo al verme a mi tan feliz celebrando mi triunfo-
Después de ese pequeño triunfo que tuve contra Matt, empezamos a caminar pero Matt me llevo a otro puesto de juegos, esta vez era el juego de los aros, es decir, tenias que enchoclar los 3 aros en las tres botellas para ganar, Matt le pago al señor que estaba atendiendo el puesto, este le dio tres aros, yo estaba parada a un lado de Matt viendo lo que iba a hacer.
De repente vi una hazaña literalmente en menos de 1 minutos Matt había enchoclado los aros en las botellas, eso fue pum, pum, pum. De una y sin pensarlo.
- Bien hecho joven -dijo el encargado asombrado y es que hasta yo estaba así- aquí esta su premio -bajo con un palo un oso medio de color amarillo y en su cuello tenia amarrado un pañuelo color rojo, me recordaba tanto a Winnie Pooh "Pooh", un oso que me regalaron en mi primera navidad y que hasta el dia de hoy esta conmigo, de hecho se quedo en mi cama en casa de mi mama-
- muchas gracias -Matt le sonrió amablemente mientras recibía a el gemelo de Pooh- Ten linda enana
- Gracias Matt -sonreía al abrazar a mi oso, enserio me daba ternura que Matt ganara el oso para mi- eres muy lindo
- De nada linda enana -el sonrió mientras me daba otro beso en la frente- tu eres aun mas linda
No se como chingados hacia para hacerme sonreír con una sola palabra, como con unas pocas palabras hacia que mi corazón empezara a salir fuerte, mis mejillas empezaran a tomar un color mas notable, me temblaran las piernas y las manos, sintiera burbujitas en la panza.
- ¿Que te parece ir a la rueda de la fortuna? -me miro a los ojos cosa que aumento las burbujitas en mi estomago y hizo que me pusiera mas nerviosa-
- Claro, seria perfecto -no se ni como estaba hablando sin tartamudear ya que al tenerlo tan cerca era como que mi sistema nervioso estaba en su punto mas alto-
- Esta bien, vamos -dijo sonriendo mientras sus ojos marrones oscuros seguían conectados a mis ojos mieles oscuros-
Caminamos uno al lado de otro y nuestras manos rozaban, lo que provocaba que mi sonrojo se hiciera notorio una vez mas, llegamos a esa enorme rueda que justo estaba a la orilla del parque, ya que el parque estaba ubicado en un gran muelle sobre el mar, no era el puente de Santa Monica Beach, era otro distinto.
Hicimos la fila para subir, y después de unos momentos, ya estábamos subiéndonos a una de las sillas, nos ajustaron la barra de seguridad y empezamos a subir poco a poco, justamente estaba cayendo el atardecer, se veía hermoso sus tonos anaranjados, amarillos, mostazas, enserio me recordaban a los atardeceres de mi hermosa Popayan, enserio aparte de la gastronomía típica de la ciudad, sus atardeceres son la segunda cosa que mas amo en el mundo. Les dejare una pequeña recopilación fotográfica de algunos de los hermosos atardeceres que se han podido presenciar y apreciar en mi ciudad.
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