39. Un último baile

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—No, tengo planes —respondió en automático.

Era siempre la misma mierda.

Noah dio un paso hacia atrás para poder verla mejor.

—¿De verdad tienes planes o simplemente no quieres que te vean conmigo?

Ella rodó los ojos.

—No soy tu novia. Va a quedar raro que vaya contigo.

—No, claro que no —le respondió. Eso era estúpido—. Nadie habría pensado eso. E incluso si lo hicieran ¿Cuál es tu problema?

Clara pareció comenzar a perder la paciencia. Era extraño verla alterada, pero también lo era que Noah se enfadara. Y ahí estaban las dos.

—Mi problema es que...

—Tu problema es que no te importa nadie más que tú. Te he dicho que no quiero ir sola y a ti sólo te importa que no te vean con la chica de secundaria. Dices que sólo somos amigas pero ni para eso eres buena.

Clara miró a su alrededor y Noah imitó su gesto. La gente estaba en silencio. Todos las miraban.

Sólo pudo pensar en una sola cosa en ese momento.

Salir de allí.

ALANA

Alana odiaba la escuela. La odió toda su vida. Las clases, los profesores, los salones sin calefacción, que siempre le tocara la silla rota o que no le dejaran llevar camisetas sin mangas a clases.

Pero tenía que darle puntos a los directivos por alquilar un sitio tan bonito para la ceremonia.

El instituto era un edificio histórico con cosas geniales como un ascensor que dejaba de funcionar cada semana, un piano de cola en la biblioteca o un nido de palomas en el armario de su salón. Pero eso no significara que pudiera utilizarse para una ceremonia relativamente elegante.

Así que tuvieron que alquilar el salón de otro instituto mucho más grande, limpio y costoso.

El salón parecía el interior de un teatro y la entrada era lo suficientemente elegante como para que todos quisieran tomarse fotografías en las escaleras.

Jade y Charlie la obligaron a posar contra su voluntad bajo la promesa (o amenaza) de imprimir todas las fotografías. No fue hasta que llegó Andy, tarde como siempre, que la dejaron libre. Secuestraron a la recién llegada y ella aprovechó para alejarse.

Salió un momento afuera del edificio para sentarse, pero entonces notó a alguien en las escaleras.

Noah estaba ahí, sentada. Tenía puesto un vestido corto y sencillo de color rojo, como si hubiera tomado algo de su guardarropa con prisa. Llevaba un pequeño vaso descartable entre sus manos con lo que parecía ser café.

—POV: Un duende se aparece en tu graduación.

Los hombros desnudos de Noah se tensaron. Alana supo que ni siquiera hizo falta que se volteara para verla, porque la había reconocido por su voz. Aún así la miró por sobre su hombro.

—¿Qué quieres?

—Nada —se sinceró Alana.

Le había guardado rencor a Noah por tanto tiempo luego de dejar que la culparan por el incidente en el concierto. Incluso había llegado a temer que Charlie y Andy dejaran de ser su amiga y se colocaran del lado de Noah.

Creyó que si conseguía devolvérselo se sentiría mejor, pero nunca se lo devolvió y con el tiempo dejó de importarle. Ahora tenía a Noah sentada frente a ella y sabía que estaba vulnerable. La había escuchado pelear con Clara en la tienda.

¿Escuchas Girl in Red? | PRONTO EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now