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El 16 de enero de 1998, Umiko Aishi, una heredera multimillonaria y Yasahiro Takeuchi, un líder de la mafia y el capo más buscado de todo Japón; tuvieron a las que serían sus primeras hijas. Hanako y Misaki, dos preciosas gemelas, ambas con grandes ojos color verde esmeralda y un cabello negro heredado de su madre.
Las bebés nacieron en Tokio. La pareja vivían en un barrio lujoso de la mencionada ciudad, Omotesando. Sin embargo un año más tarde tuvieron que mudarse a Denenchofu, un pequeño vecindario de Tokio igual a Londres, y por supuesto exclusivo. La razón de la repentina mudanza fue por problemas legales, ya que Yasahiro aún estaba siendo buscado. De alguna forma dieron con el paradero de Yasahiro y para no poner en riesgo la vida de sus hijas y su mujer, lo mejor fue mudarse.
Y así fue como en 1999, tuvieron a su tercer hija, Taeko. A los pocos meses de nacer esta bebé, una niña de un año y medio llegó a sus vidas. Era Kaori, la hija del mejor amigo de Yasahiro, su amigo había sido brutalmente asesinado por una mafia rival. Era el único que cuidaba de Kaori ya que su madre renunció a todo y se fue al extranjero. Ahora eran cuatro niñas en la familia, pero eso no suponía ningún tipo de problema financiero ya que eran ridículamente multimillonarios. La familia con más dinero en todo Japón, y quizá, en toda Asia.
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