Entonces cuando baje la mirada a mis labios, se reflejó algo en los asientos traseros, un rojo intenso. Pegue un grito, volteándome

El pelirrojo sonrío.

—Hola— Saluda.

Jessica entra al auto suspirando, y yo la mire buscando explicación de su tranquilidad ante la presencia del hermano de Ziah, Ignis Eckvan. Unos segundos después, Zept y Amina subieron, dejando al chico justo en medio.

Deje de ver el sonriente hibrido para voltear hacia Jessica.

—Tenemos que hablar muchas cosas, Diana. ¿Quieres un helado? — Fruncí mi ceño sin entender nada.

...

—¿Entonces el límite de verdad se está debilitando? —Susurre. Asiente, mirando alrededor de la heladería mundana en la cual todos los humanos fueron hipnotizados para tener privacidad —¿Nara no puede arreglarlo?

Ella baja la cabeza. La intuición no me falla, Jessica no baja la cabeza nunca, entonces supuse lo peor.

—No—Mis ojos se empañaron, tome su mano para llamar su atención—Jessica, por favor, dime que no...

Levanta su mirada brillosa.

—Un hibrido la atrapo desprevenida, sabíamos que sus andanzas eran peligrosas...

Dejé el helado de fresa a un lado, para cubrirme la cara, niego la cabeza frenéticamente sin poder aceptarlo. Rápidamente la humedad llega a mis ojos al no oírla arrepentirse de esa fea broma.

Nara no puede estar muerta, diosa, no puede. Es una de las pocas personas que podía responder las preguntas de tu existencia, ella era uno de los guardianes de la Alianza, si ella se fue, Jessica se quedara sola en esa obligación. Vendrán por ella todos los enemigos.

—Bombón, no podía decirte... necesitabas estar tranquila en ese lugar.

—¿Cuándo? —Solloce.

—El mes pasado— Susurró.

Sentí como me envolvió con sus brazos, y dejó un beso en mi cabello, varias de mis lagrimas cayeron en la mesa. Pegue mi puño en la zona del corazón, he hice pequeñas contracciones para distraer el dolor, incredula de lo que está pasando.

—¿Y Nikolas? —Pregunte sin fuerza.

Jugué con las líneas de la palma de su mano buscando fortaleza.

—Necesita tiempo.

—No entiendo que tienen que ver los Eckvan aquí, Jessica, ellos son los responsables de su muerte—Escupí enojada.

—¿Recuerdas cuando entraste al límite y las sombras negras? —Fue suave su tono de voz demostrando la delicadez de la situación., yo asentí con la cabeza, mientras descansaba en su pecho— Ya tenemos un problema con la alianza Eckvan, no voy a arriesgar a mi pueblo a conocer otro bando de híbridos vengativos. Y al parecer, Ziah tampoco.

Levante mi cabeza hacia ella, con mis cabellos erizados.

—¿Otro bando? ¿Quienes?

La silla de al frente rechino, y en ella se sentó el pelirrojo.

—Mi padre—Dice — ¿Creen que nosotros los odiamos por dejar que nos pudriéramos en ese infierno? Aun no lo conocen a él, su rencor supera su ego.

Me acurruque en los brazos de Jessica. Estar protegida por la alfa suprema me dio más valentía, me sentía invencible.

—¿Tienen papá, animal? —Pregunte, fastidiada por su presencia aquí.

Black Onyx [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora