Extra

10.2K 1.6K 2.2K
                                    

Esto va dedicado a CChachel ❤️
Es una especie de family-horror (ni siquiera sabía que podía escribir algo así, jAJAJAJA). Fue una experiencia interesante releer esta historia, hay partes que son como "geniaaaal, no puedo creer que escribí esto" y otras de "¿pERO POR QUÉ ESCRIBÍ ESTO?".

¡Espero les guste, flancitos!



—Si lo quisiera, podríamos…

El Rey León gira el rostro y su mirada lo dice todo: si valora su vida, será mejor que no siga por ese camino. No terminará bien para nadie.

Es uno de esos días que aparentan ser tranquilos en el castillo que es la base del reinado del mundo mágico. El Rey León observa, desde su trono, un duelo de estudiantes de segundo año que le resulta mucho más aburrido que cualquiera que él hubiese tenido a su edad con su igual, hasta que oye una curiosa maldición y se inclina hacia adelante en el asiento.

—Dijimos que nada de hechizos corta extremidades, Jo —Uno de los gemelos Granger le frunce el ceño a la niña en la tarima de duelo. Son los últimos descendientes de Hermione, y por supuesto que han permanecido toda su vida con los Reyes.

Harry agita una mano para pedirle silencio y alienta a la niña.

—Fue un buen hechizo. Pruébalo en un maniquí primero. O en tu propia mano —Ya que ella empalideció, el Rey León arquea las cejas—. Cuando lanzas un hechizo corta extremidades, debes estar preparada para que te lo regresen, Jo.

Eso es suficiente para que todos los que le siguen acaten la norma impuesta por los gemelos de nada de maldiciones que tengan más de un cierto nivel de daño. Y volvieron a los duelos aburridos.

Los gemelos son tan responsables y listos como su madre, pero entienden que no vale la pena dar advertencias o hacer preguntas innecesarias. Ni siquiera lo cuestionaron cuando Harry formó un horrocrux para cada uno y los escondió. Se ocupan de organizar las clases, ayudar a otros estudiantes y mantener el nivel de fastidio de los Reyes al mínimo.

De esta manera, mientras uno les recuerda las normas a los niños y otro evita que algún estudiante curioso se meta en la clase que no le corresponde, Harry se puede limitar a dar las indicaciones que cree que les hacen falta a los chicos.

No grites el hechizo, no te va a salir mejor por alzar la voz. Incluso un susurro sirve.

¿Acabas de intentar atacar a alguien con un hechizo que quema la sangre? Eso es muy complicado para un niño de doce años, ¿de quién lo aprendiste? ¿De Draco?

Serpientes —En esta ocasión, Harry ladea la cabeza y sonríe apenas—. Draco también usaba serpientes a los doce años. Claro que no eran serpientes de dos metros come gente…los niños son cada vez mejores.

Casi al final de la práctica, una persona entra al Gran Comedor y los movimientos se ralentizan, se vuelven más precisos, porque todos saben que si se atreven a darle, aunque sólo sea con un confundus, sufrirán. Así, Luna alcanza el otro extremo de la sala, tarareando y jugueteando con los horrocruxes en forma de baratijas que le cuelgan del cuello.

Harry le dice a uno de los gemelos que supervise a los que quedan y se concentra en ella. Luna se sienta en un cojín junto a su trono, apoya los brazos en el costado del asiento, y le habla en voz baja.

Uno de sus ojos está por completo negro y el otro lado de su rostro tiene una gran marca oscura que indica que se encuentra en contacto con Ellos en ese instante.

ReyesWhere stories live. Discover now