Nunca•La Hija Perdida | Draco Malfoy

Capítulo 13 - Hogsmeade

"La sangre sucia tiene lengua. No sabía que supiera hablar". La verdad es que hasta yo misma estaba asombrada por lo que acababa de decir.

"¡Bueno, yo también estoy sorprendida! Veo que tú también puedes hablar. Qué raro. Pensaba que se necesitaba un cerebro para hablar. Ustedes dos son unos monstruos de naturaleza ya que ni siquiera sabéis lo que significa cerebro".

"Pequeña y asquerosa..."

"¡Crabbe! ¡Goyle! ¿Qué están haciendo aquí?" Apareció Draco.

"Oye, ¿te acuerdas de ella? Es la chica de la Torre de Astronomía. La que se desmayó en el tren", sonrió Goyle mientras Draco se acercaba.

"La sangre sucia", explicó Crabbe.

"Woah, todos se parecen, ¿no?", rió mientras se acercaba. Crabbe y Goyle le siguieron la corriente para reírse, esperaron a que los alcanzara y se quedaron detrás de él.

"Oh, no, no lo hizo", susurró Luna sin aliento.

"No sé qué es lo que pretende. Todo el mundo dice que te gusta", dijo Goyle. Los pies se me pusieron fríos y no era por la nieve.

"¡Oh, es ella! Escucha, sangre sucia, no sé qué clase de juego te traes entre manos, pero nadie se cree los rumores que estás difundiendo. Es patético", dijo con orgullo y se volvió hacia sus amigos. "¡Apuesto a que está obsesionada conmigo!"

"¿Estás bromeando?" Dije, sin saber qué hacer.

"¡No me extraña, Draco! Es la mejor amiga de la loca!" dijo Crabbe y señalo a Luna.

"¡Sí, está demasiado loca y es muy sangre sucia para mi gusto!". Draco se rió a carcajadas.

"¡Ya está bien!" Grité y saqué mi varita. Apunté directamente a Crabbe y lo fulminé con la mirada. En este momento, no podía importarme menos Draco y su hipocresía. Mi mente estaba sumida en la rabia por el mayor matón de Luna, Crabbe.

"¡Anne!" dijo Luna con calma. "Vamos, no hay razón para que te metas en problemas por nada. Esta gente es ridícula. No pierdas tu tiempo con ellos".

"¿CÓMO TE ATREVES A HABLARLE ASÍ?"

Crabbe ni siquiera sacó su varita. Nunca una chica le había levantado la voz, así que parecía muy asustado. Pasé rápidamente junto a Draco y me dirigí directamente a Crabbe, con mi varita aún apuntando a su cara.

"¡Wallis!" La voz de Draco resonó en medio del prado. Cuando me giré para mirar, me estaba apuntando con su propia varita y amenazando. "Baja tú varita ahora mismo o te lanzaré un hechizo".

"¡Me gustaría ver cómo lo intentas, Malfoy! ¡Eres el peor de todos!"

"Vamos a calmarnos todos, ahora", Luna corrió hacia mí y me jalo el brazo para que quedara abajo. Me sujetó la mano con firmeza y me alejó de la escena. "Por favor, Anne, eres mejor que esto. No valen nada, te lo digo yo".

Me costó tragarme mi orgullo pero finalmente seguí a Luna. Mientras nos alejábamos oí risas a mis espaldas y me giré para mirar a Draco por última vez. Me estaba mirando.

Todas las innumerables horas que habíamos pasado, cada acto ordinario de amabilidad que había reunido, ahora se había estremecido. Era exactamente lo que pensaba que iba a pasar. Todas mis dudas sobre él eran ciertas.

Cuando llegamos a un lugar seguro donde no podían vernos ni oírnos, Luna me abrazó con fuerza y me dio las gracias.

"Gracias por luchar contra ellos", dijo casi llorando. "Nadie más haría eso por mí".

Nos quedamos en ese abrazo durante mucho tiempo. Ambas necesitábamos un poco de paz y tranquilidad después de aquel extraño encuentro. Sentíamos que la nieve caía más espesa a nuestro alrededor. Era hora de volver al pueblo.

"No te preocupes, Luna. Te cubro la espalda", le dije.

"¡No dejes que te alcancen, Anne!", proclamó ella. "No te metas en una pelea por mí. No valen ni un segundo de tu tiempo", repitió una última vez y pateó el suelo embarrado.

Cuando ambas nos calmamos, empezamos a caminar de vuelta al pueblo.

"¡No me lo puedo creer! ¡Le creí, Luna! ¡Realmente le creí! Si encontrara a la yo del año pasado no me reconocería", le dije, más frustrada que dolida.

"Pues a mí también me engañó, Anne. Realmente te había mostrado una cara diferente", admitió. Todavía había algo de duda en su voz, un matiz que estaba oculto y que yo ignoraba en mi enfado.

"Pero renunciar a todo eso sólo para mantener su reputación frente a sus amigos... Todo estaba bien hasta que la gente empezó a darse cuenta". Me burlé y maldije. "Tenía razón sobre él; todo era un juego. Sólo quería meterse con los nacidos de muggles, pero no lo hacía en serio. A la primera oportunidad que tiene, vuelve a la normalidad".

Luna fue paciente conmigo. Se mantuvo tranquila y serena mientras yo divagaba sobre Draco.

"¿Sabes qué? Es bueno que haya ocurrido tan pronto. Ahora sé que no debo pensar, ver o hablar con él nunca más. Así de simple. Y todo volverá a la normalidad", dije.

"Sí...", dijo con tranquilidad, volviendo a aparecer en su voz la insinuación oculta.

"¿Qué pasa, Luna?" pregunté.

"Es que lo he estado apoyando todo este tiempo. Me gustaría escuchar su excusa".

"¿Qué?" Grité.

"¡No me grites!" dijo ella pero luego se rió para calmarme.

"Lo siento, Luna, pero ¿en serio estás defendiendo a nuestro matón?".

"No, no lo estoy defendiendo. Pero me has dicho innumerables veces que parece haber crecido en un ambiente realmente insano. No es de extrañar que no pueda expresar sus sentimientos de forma sana...", explicó ella.

"Esto no es sólo insano, Luna. Esto es hipocresía. ¿A dónde quieres llegar con esto?"

"Sólo me pregunto, qué podría decir por sí mismo", explicó ella.

Lo dejamos así. Yo seguía con mi día, como siempre, lo hacía todo como estaba previsto. Luna me ofreció volver a Hogwarts si no me apetecía pasar el día de compras, pero me negué a admitir que Draco pudiera tener suficiente poder sobre mí como para arruinar mi estado de ánimo. Cuando nuestros caminos volvieron a cruzarse en la plaza, evité su mirada y me dirigí rápidamente a la siguiente tienda, sólo para notar con mi visión periférica que tenía sus ojos constantemente puestos en mí.

*      *     *

Como puedes ver, a Draco le cuesta mucho mostrar afecto a Anne cuando está en público y vuelve a lo que sabe. Una persona con problemas caerá en trampas hasta el final.

*     *     *

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