Y así dejé de cantar, porque me daba vergüenza y para mí cantar era privado y personal.

Por lo tanto, con mis manos y pies, empecé a hacer ritmos. Al principio no tenían ningún orden. Y creo que aún no lo siguen teniendo, pero cuando tenía once años, en esos minutos de aburrimiento, cualquier cosa me entretenía y mantenía un ritmo. Un sonido peculiar.

La rueda de la camilla girando del hombre del brazo mutilado, los gritos del niño esquizofrénico, el tamborileo de los dedos del hombre en la sala de espera, el movimiento de los dientes frotarse de la enfermera, cada uno mantenía un orden y yo lo seguí con ritmos con mis manos sobre mis muslos o sobre la silla.

Mis padres tardaron más de lo normal en salir. Salieron llorando. Suelen hacerlo, y por una parte, lo comprendo... Su hija ha perdido parte de su memoria y no lo recuerda ni por asomo. Pero sólo eran dos lágrimas las que derramaban, luego enseguida se las quitaban y me sonreían para ir a por un helado. Pero hoy, pequeñas cascadas de cristal caían de sus ojos y ambos se estaban abrazando. No sabía lo que les había dicho el señor Horan, y por una parte, no quería saber.

-¿Qué pasa?

Negaron con la cabeza y se limitaron a cogerme del brazo cariñosamente y a guiarme hasta la salida, donde habíamos dejado el coche. Sonreí recordando que ahora llegaba el momento de mi postre de una bola de dulce de leche con caramelo, pero la curva en la que deberíamos de haber girado para ir a la heladería, pasó de largo como lo hicieron los árboles, y personas en la calle.

No dije nada y conecté los auriculares en mi móvil para después ponerme todo el álbum completo de Born To Die. Quedé pensando en lo que qué podrían haber escuchado mis padres esta vez como para que les afectara tanto. Aunque cabe la posibilidad de que solo llorasen como siempre, y yo esté maquinando cosas extrañas sin razón.

Dark Paradise. Cerré los ojos.Tenía ganas de gritar. Fuertes. Quería levantarme de donde estoy, cogerle el volante del coche a mi padre y girar de manera desborradora y volver hacia atrás para ir y comprar mi helado. Desde pequeña lo hacíamos y el hecho de que ese algo les haya afectado tanto, me ha perjudicado. De una forma u otra.

Blue Jeans. Mi padre alzó la mano y colocó el retrovisor de forma en la que podía verme. Sonreí como pude y él lo hizo también. Suspiré cuando volvió a colocarlo en su sitio y ya no podía verme.

Mi ánimo se intensificó cuando vi un mensaje de Niall. Él no sabe nada de mi amnesia.

My boy a Yo:

Hola bebé.

Yo:

Hola Niall.

My boy:

¿Nos vemos hoy?

Yo:

Ven a casa de nuevo.

Hoy he tenido revisión en el médico. Estoy cansada.

La próxima saldremos.

My boy:

Tengo dos teorías totalmente lógicas y de acuerdo con esta situación.

No estás enferma, y no quieres salir de tu casa porque a) eres un vampiro y la luz del Sol te dañaría tu preciosa piel, o b) te quieres acostar conmigo.

Ambos sabemos que es b), ya que ya te he visto en plena luz del día.

Yo:

Genial, me has pillado.

Con lo excitante que sería que Presidente Miau nos mirara mientras.

Ñññññññññññ.

Perdón, ha sido Presidente Miau. Dice que está de acuerdo.

Yo a Ashlove:

Ha sido súper raro hoy en la consulta con el señor Horan.

No sé. El señor Horan me ha preguntado algo extraño y encima mis padres salieron igual. Extraño.

Lo juro, la mierda de la amne me repugna.

Recordé cuando Ashley me dijo de llamar "amnesia", amne, para que fuera más cómodo y rápido de escribir y decir.

Pero lo peor fue cuando me di cuenta de que el último mensaje se lo envié a Niall.

Yo a My Boy:

Olvida eso. Me he equivocado.

My Boy:

Oh. Está bien.

Ábreme, ya he llegado.

Yo:

Ya te ha abierto Luke.

Sube a mi habitación.

Tengo la cuarta temporada de American Horror Story. Y palomitas.

My Boy:

Me he caido por las escaleras, ya llego.

Reí tras ver a Niall entrar por la puerta de mi cuarto sobándose el hombro. Me levanté y le di un beso en la mejilla para ir después juntos hacia la cama y preparar el portátil con la temporada.

Whatsapp (Niall Horan)Where stories live. Discover now