Capítulo 26

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Nota previa de la Autora:

Ya queda poco para que podáis disfrutar de un nuevo capítulo de Yaguareté·Abà III. En realidad, si seguís bajando, la historia comenzará, pero... pero me gustaría que me dierais tan solo un minuto de vuestro tiempo para daros las gracias.

Querría agradeceros a todos toda la paciencia, todo el apoyo y toda la positividad que me habéis dado por medio de vuestros comentarios públicos, privados e, incluso de los que ya considero amigos, por WhatsApp.

De verdad. Muchísimas gracias.

Y ahora sí, sin más dilación, os dejo con la historia. Justo donde lo habíamos dejado...

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Unos golpes en la puerta hicieron que un par de orbes dorados se abrieran y, con ello, un llanto que resonó por todo el edificio.

-Mierda... - murmuró un irritado moreno yendo a recoger de la cunita al diminuto bulto que ocasionaba tanto escándalo. -¿No le dijiste que no llamara a la puerta?
El interpelado salió del cuarto, tan solo cubierto por una toalla, en dirección a la puerta de entrada. Armado con una sonrisa por el inconfundible sonido del coraóon que se escondía tras la puerta, tiró del pomo para encontrarse al sheriff Stilinski, su padre, con mueca de arrepentimiento.
-Lo siento, se me apagó el teléfono en el avión y no recuerdo el código...
Su hijo, en cambio, sonrió aún más abiertamente y se lanzó a abrazarlo. A su padre, el que durante un tiempo creyó su ancla (hasta enterarse de que los jaguares carecían de ancla).
-Buenos días, sheriff. -saludó un moreno recién llegado por la espalda de Stiles.
-Buenos días, Der... -pero la voz y la sonrisa se esfumaron para mirar con total atención, con todos sus sentidos, la pequeña bola de piel y pelo negro que sostenía el lobo.
Obviamente, John Stilinski estaba al tanto de las noticias: Sabía todo lo referente a la extraña enfermedad que había acaecido al moreno y también sabia de la 'cura'.
¿Que era raro? Por supuesto... hacía años que había asumido que poco había "normal" a su alrededor debido a su nada normal hijo.
-¿Puedo tomarlo? -preguntó, sin embargo, sin apartar la mirada de la pequeña bolita enfundada en un body naraja.
Derek no contestó, solo bufó en su mas típica risa (esa que volvía loco a Stiles) y le acercó a Tyler John. En cuanto lo tuvo en brazos, el pequeño se aferró con sus manitas a su camisa y lo miró con unos enormes ojos.
-Vaya... es como... es igual a ti. -dijo esta vez si mirando al lobo, que sonrió de medio lado dispuesto a contestar, pero Stiles se adelantó.
-Es que es el... en realidad es más tocanarices que el mismo y original Derek. -bufó con humor el jaguar.
-Eso es porque es tu beta. -espetó el lobo antes de darse media vuelta e ir a la cocina para servir una taza de café al recien llegado. - Y vístete para ir al examen o llegarás tarde.
Stiles iba a replicar bajo la atenta mirada de su padre que, con una sonrisa, seguía sosteniendo a Tyler John, que estaba entonces entretenido chupando uno de los botones de su camisa.
-Ven, papá, que te enseño la casa. -dijo sin embargo, mostrando a su padre, uno por uno, los cuartos de su "nidito de amor".
Finalmente, Stiles se fue a preparar tal y como le había dicho Derek porque tal y como le había dicho Derek, llegaba tarde a su último examen.
-¡Nos vemos luego!
-Mucha suerte -se despidió su padre, viendo como su hijo daba un beso a lobo y su pequeño beta.
-Corre o llegarás tarde.
Una vez el jaguar salió corriendo de la casa, Derek y John se tomaron en silencio el café, sin apenas apartar la mirada del pequeño Tyler John que se cogía uno de sus piececitos.John suspiró con una leve sonrisa y miró entonces hacia el techo, hasta donde casi llegaban los armarios de la cocina. En el pequeño hueco que había, estaba Nana mirando al bebé con atención. El sheriff no pudo evitar sonreír y miró de nuevo a su alrededor.
-Pues no esta nada mal la casa.
Derek le miró y sonrió de medio lado, mirando a un nervioso sheriff quien, finalmente, le enfrento la mirada.
Derek no era tonto. Y había trabajado con el sheriff en la comisaría de Beacon. Por no contar que, obviamente, sufría a Stiles a diario desde mucho tiempo... Tal vez demasiado, pensó con humor el lobo. Así que sí. Derek podía presumir de conocer a la perfección a su suegro y sabía que sin duda necesitaba decir algo.
-Porque, sin duda, es lo único que realmente te apetece decir. -dijo con buen humor Derek, aligerando cualquier mínima tensión.
-Así que... Stiles y tu teneis sexo.
Derek se hubiera esperado cualquier cosa... menos eso. Un carcajada incrédula salió del pecho del lobo, llamando la atencion del pequeño jaguar que lo miró, perdiendo todo el interés en su piececito. John, en cambio, miró al adulto como si le hubiera salido una segunda cabeza.

¿Desde cuándo reía de esa manera? Vale, sí, estaba al corriente de que el lobo no era tan amargado como en un principio había creído y sí, le habia visto reír en alguna ocasión pero no... Nunca... Nunca así.

Derek termino con un suspiro y asintió, mirando sereno y con buen humor al sheriff.
-Si, John. -dijo con una leve sonrisa. -Pero T. J. no es hijo de Stiles.
-Ya, si... algo me intentó explicar Deaton, pero... es demasiado raro dentro del rango de "raro" al que me tenéis acostumbrado... Y he de decir que todo es bastante raro a vuestro alrededor.
-T.J. es... -intentó comenzar a explicar Derek. Finalmente asintió. -Sí. Es raro.
-Eso creía yo.
Derek sonrió, acercando el dedo a la nariz del pequeño jaguar, que lo agarró con agilidad y se lo llevó a la boca, mordiendo con fiereza.
-Deaton me explicó que era un reflejo de ti. Un... ¿tú? -comenzó el sheriff que, tras percibir el asentimiento del lobo, continuó. -Y se formó porque Stiles te mordió y te convirtió en jaguar... que no era posible y por eso estabas muriendo... y Deaton sacó a tu tú bebé de ti.Derek achicó los ojos pensando. ¿Cómo explicar algo que ni él mismo entendía? Finalmente asintió conforme con el resumen. No se le ocurría nada mejor, en realidad.
-Algo así. Aunque todo son conjeturas. -acotó Derek. -Es la primera vez que sucede algo así... o al menos, si sucedió, no hay nada que lo demuestre ni nos explique.
-De acuerdo. -asintió el sheriff. -Deaton tambien dijo que eventualmente desaparecería como si nunca hubiera existido. -continuó y, aunque afirmaba, terminó en tono de duda.
Derek lo miró a los ojos, inexpresivo. Stiles y él lo sabían. O, mejor dicho, sabían lo que pensaba el emisario. Y aunque al principio lo tenían más asumido e intentaban no encariñarse con el pequeño T.J. ¡Si habían tardado siglos en ponerle nombre! Veían tambien que el tiempo iba pasando y que T.J. se iba desarrollando tal y como lo hacía un bebé normal, un bebé gestado y nacido.
Con el tiempo, tanto Derek como Stiles habían terminado por incumplir todas y cada una de las normas que Deaton les había impuesto: le habían cogido cariño, lo trataban como a un bebé de verdad, le sentían como hijo y... le habían puesto nombre.
Y es que, joder, qué bien se sentía tener ese amasijo de mimos siempre a su lado. No podían permitir que desapareciera. No podian permitir que se esfumara, sin más.
-Se llama T.J. -dijo Derek como toda respuesta, a lo que John suspiró y se apretó el puente de la nariz.
-Deaton...
-Deaton a veces se equivoca. -dijo tajante el lobo. -Sé que es una locura... No, sabemos que es una locura, que no tiene ningún sentido... pero no podemos decir "eventualmente se evaporará". -dijo Derek, rememorando cada sentimiento que le atravesaba cuando habían tenido Stiles y él esa conversación. -¿Cuál sería la solución? ¿Dejarlo en un rincón hasta que "eventualmente desaparezca"? No... eso no es una solución. -suspiró Derek para finalizar. -No, no hay solución proque T.J. no es un "problema". John, T.J. es uno más de la familia.John lo miró a los ojos y de nuevo miró al bebé. Ciertamente parecía un bebé normal, olía a bebé, se comportaba como un bebé, sonaba a bebé y parecia un bebé.
-Si suena como un pato, camina como un pato y se comporta como un pato... -musitó el mayor de los presentes.
Derek sonrió de medio lado. Conocía esa expresión a la perfección, pues el propio Stiles la repetía continuamente.
-...es un pato. -terminó Derek con una sonrisa dibujada en los labios. Sonrisa acorde con la que aparecía dibujada en los del sheriff de Beacon.
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NOTA DE AUTORA #2
"Si grazna como un pato, camina como un pato y se comporta como un pato, entonces, ¡seguramente es un pato! "

No sé si en sus países usan/conocen esta expresión... pero mi madre, que es una en quien más me he apoyado esta época tan convulsa de bajón y completo bloqueo, lo dice continuamente. Este es mi "pequeño homenaje" a ella. 

¡¡Viva la madre que me parió!!

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