3

46 4 0
                                    




Avril

    — ¿Por qué no os venís las dos a la fiesta del viernes? — Preguntó el ojiverde mirando a Olivia de arriba abajo.
    Dios. Cómo era tan descarado. Estoy segura de que muchas chicas desearían la invitación de Dylan a cualquier lado. Sabía moldear su personalidad según le convenía, podías encontrarte al chico más agradable y dulce al igual que podía ser frio y pasota. Para mí era el engreído de turno. Aunque quizás podía permitírselo, para qué voy a mentirme a mí misma, es jodidamente guapo. Pero no solo guapo a secas, sabe cómo imponerte con esa mirada penetrante, cómo sacarte de quicio y qué movimientos y gestos hacer que caigas rendida a sus pies.
    Las dos nos miramos ante esa pregunta que nos acababa de formular.
    — ¿Vas a estar tú? — Contestó Olivia poniendo sus manos sobre la mesa del chico.
    Noté como los ojos de él se llenaban de brillo.
     — Por supuesto — Respondió balanceándose sobre la silla apoyada únicamente por las patas traseras.
    Ojalá empujarlo y que haga el ridículo por una vez en su vida.
    — Entonces no iremos — dije uniéndome a la conversación sin dirigir la mirada a ninguno de los dos.
    Olivia soltó una carcajada girando su cuerpo hacia mí que retumbó por el eco de la clase vacía y me ofreció su puño con intención de chocarlo.
    — Avril y yo ya tenemos planes — añadió ella después de mi choque.
    Dylan rio por nuestro juego y se incorporó en la silla acercándose demasiado a Olivia.
    Noté como el cuerpo de ella se tensaba. Apreté los puños y deseé no haber incentivado esta situación.
    Entonces Dylan levantó su cabeza por encima del hombro de ella y me miró
    — Pues que te diviertas señorita trencitas.
    Lanzó una última mirada a Olivia y se marchó del aula con una sonrisa sarcástica.
    En ese momento fui consciente que nos habíamos quedado solas en clase y miré a Olivia que aún estaba mirando la puerta por la que se había marchado Dylan.
    —Vaya tío — Dijo sin aún girarse.
    — ¿Te gusta? — Pregunté tímidamente
    Ella no contestó, recogió sus cosas de encima de la mesa para meterlas en su bolso y me regaló una sonrisa.
    Me levanté para seguirla, con suerte tendría las mismas asignaturas que yo y no estaría sola todo el día.
    Al vernos las dos al lado me di cuenta de que era un poco más bajita que yo, y también un poco más delgada, de verdad que parecía una niña.
    Éramos bastante diferentes, mi pelo negro y mi piel morena, que aún lo era por el sol que había tomado este verano, contrastaban con su casi blanco cabello y piel blanquita. Pero lo que más me llamaba la atención y la verdad es que me encantaban eran sus pecas, creo que incentivaban su dulzura.
    — Pues ahora deberíamos tener un plan para el viernes — Comentó para romper el silencio mientras caminábamos por el pasillo para llegar a la siguiente clase.
    — Iremos a esa fiesta — Dije sonriente caminando hacia delante y dejándola atrás. Será mi primera fiesta universitaria y necesito hacer amigos nuevos.
    Olivia dio un pequeño grito de emoción y unos saltitos para rodearme por detrás con sus brazos.
    — Pues entonces no podemos perdérnosla amiga.
     Pasé al aula con ella y nos sentamos por el principio ya que ella dejó primero su bolso ahí. Ojeé sin éxito por el aula a ver si Dylan estaba allí.
    ¿Por qué lo estaba buscando?

ErroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora