Capítulo 1 ~

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El historial de YouTube de Hinata Shoyo era enfermizo. Una fuerte obsesión lo seguía desde hace semanas y claramente no era de las pasajeras. Desde que vió el documental "cosmos" su interés por el universo, los planetas, las lunas y las estrellas sólo iba en aumento. Se aferró tanto a la astronomía que era lo único que veía en su tiempo libre.
Hinata trabajaba en un museo, como guía. Empezó por su amor a la mitología griega, pero últimamente un área en específico del museo lo volvía loco.
El planetario era la principal atracción de ese lugar. Podría ser por lo interesante del tema, o tal vez a las personas les encanta ver el espectáculo de luces que son las estrellas reflejadas. Pero una cosa es segura, Shoyo daría cualquier cosa para trabajar allí.

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El peli naranja almorzaba tranquilo con sus compañeros de trabajo. Tanaka y Noya, otros guías con los que se llevaba muy bien, estaban a su izquierda haciendo el alboroto de siempre.

— ¡Hinata! ¿Estás bien? Llevas mirando un punto fijo como 5 minutos. - dijo Akaashi, un famoso escritor e historiador que trabajaba por él área en el que Shoyo guiaba.

Ah, ¡si! Solo estoy un poco distraído.

— ¿Te desvelaste otra vez viendo videos de estrellitas? - preguntó Kenma, uno de los administradores del lugar y un amigo cercano de Hinata.

— ...no voy a responder esa pregunta.

Los tres jóvenes se rieron, llamando la atención del resto de la mesa. Osamu, quien estaba un poco más lejos se unió a la conversación.

— ¿Porqué no vas a darle un vistazo al planetario? Mi hermano es muy amigo del encargado de allá.

— Me encantaría pero mi área queda del otro lado del museo, sería complicado encontrar tanto tiempo para realmente disfrutar el paseo. Mis pausas entre recorrido no son tan largas.

— Hablando de distancias, sabían que movieron las oficinas de Kiyoko al área de historia? - dijo Daichi, el guardia de seguridad.

— ¡¿QUE?! - preguntaron Noya y Tanaka en unísono, causando que varias personas los miraran extrañados y que un cierto grupo de personas hicieran caras molestas.

— Shhh, van a molestar al jefe. - dijo Yachi, una diseñadora gráfica muy talentosa, apuntando a la mesa de atrás. Allí se sentaba Sakusa, la cabeza del museo, con sus amigos más cercanos del trabajo,

— Uy, lo siento. - dijeron ambos susurrando.

— Pero, ¿es enserio? ¡Eso es lo más lejos qué hay de donde yo doy guía! - continuó Tanaka, todavía susurrando y un poco molesto.

— Ah, cierto que das guía en el planetario. - dijo el zoólogo Bokuto, con una expresión simpática.

— Suertudo. - dijo Hinata haciendo puchero.

— ¡El suertudo eres tú! Puedes estar cerca de la diosa, la reina, la inigualable Kiyoko.

— Entonces... ya que Hinata quiere trabajar en el planetario y Tanaka en el área de historia, ¿porqué no le preguntan a Sakusa si pueden intercambiar? - propuso Akaashi con su ya típica cara seria.

— ¡Agasheee! ¡Eres un genio! - respondió Bokuto con admiración.

Los ojos de Shoyo se iluminaron, y una esperanza le invadió el cuerpo. Rápidamente giró su cabeza hacia el pelado, quien también lo miró emocionado. Sin pensarlo dos veces, Hinata sacó su celular y le mandó un mensaje a su jefe. Con suerte podría trabajar en su lugar soñado.

— ¡Hey! ¡Osamu! ¿Como te fue en tu primer día? ¿Las oficinas siguen igual a como las recordabas? - preguntó Bokuto, curioso.

— Ah, si, no cambiaron mucho. Solo hay un par de personas que no trabajaban aquí cuando yo estaba.

Osamu ya había trabajado en ese museo hace unos años, pero lo transfirieron a otro. Con el tiempo las ganas de volver se hicieron más grandes, y Sakusa decidió traerlo de vuelta para darle una mano a sus otros dos contadores, Suna y Yumi.

— ¿Y como son los compañeros? - preguntó Yachi con un tono dulce.

— Bien, solo hay dos contadores allá. Una chica que no paraba de coquetearme y un chico bonito que parece medio drogado.

— Ese es Suna, hablamos unas pocas veces y me cae bien. - comentó Kenma, desanimado como siempre.

— Eso, Suna. ¿Ese es del grupo de Sakusa?

— Al parecer si. - dijo Noya, mirando a la mesa de enfrente, donde se sentaban Suna, Sakusa, Atsumu y otros amigos del jefe.

Un chico en especial le llamó la atención a Hinata. Su aura intimidante y mirada desinteresada le parecían familiar. Ese era Kageyama Tobio, el encargado del planetario. Al recordar este hecho, Hinata se llenó de una mezcla de celos y admiración. Ese chico debía ser un genio para trabajar en tal puesto a una edad tan corta, además de ser muy amigo del jefe. Por un segundo, Kageyama sintió la mirada del peli naranja y giró la cabeza en su dirección. Sus miradas se encontraron por unos segundo, hasta que ambos la desviaron avergonzados. Ya se habían visto algunas veces por el museo, pero jamás cruzaron una sola palabra. Tobio no le parecía muy amigable a Hinata, y Hinata le parecía demasiado amigable a Tobio.
Lo que ambos jóvenes no habían notado, es que Akaashi y Shirabu vieron ese intercambio de miradas, lo que les despertó un fuerte presentimiento.

Todos terminaron de almorzar y volvieron a sus respectivos trabajos. Los pasos de Shoyo resonaban por el suelo, hoy el museo estaba especialmente vacío. A las 14:30 tendría que dar una guía, pero hasta entonces tenía bastante tiempo libre. Caminaba sin rumbo aparente, visitando las áreas cercanas que veía tan seguido. Rápidamente miró la hora en su celular. "14:03"...todavía tenía media hora, ¿alcanzaba para un rápido paseo por el planetario? Sin prensarlo demasiado se arriesgó y comenzó a dirigirse a ese hermoso lugar. Los planetas en las paredes, las imágenes de estrellas, los meteoritos dentro de esas brillantes cajas de vidrio, todo en ese lugar era perfecto. Pero su lugar favorito, sin lugar a dudas, era la cúpula que durante la noche se abría para poder captar las constelaciones con el telescopio. Ahora mismo estaba cerrada, y se podían apreciar dibujos de planetas por toda su superficie. Acercándose al enorme telescopio en el centro de la sala, Hinata se percató de algo. Tobio se encontraba explicando unas cosas muy interesantes a unos visitantes del museo. Lo deben haber confundido con un guía. Pero, a pesar de ser muy antipático, a ese chico le brillaban los ojos con tan solo hablar del tema. Shoyo se acercó un poco más para oír la pequeña charla de Kageyama sobre las estrellas.

— Las estrellas están hechas de plasma, una fusión termonuclear entre el helio y el hidrógeno. Muchos tienen la falsa idea de que son bolas de fuego, pero eso no es así. Para reconocerlas más fácilmente, los grupos de estrellas fueron agrupados en constelaciones, y las más brillantes tienen sus propios nombres. La estrella más brillante que podemos ver en el cielo terrestre es Sirius. ¿Conocen la historia de Peter Pan? En esa historia, lo niños vuelan en dirección a la estrella más brillante. Esa misma es. Nuestro sol es una estrella  y, sorprendentemente, es de las pequeñas.

Los visitantes parecían asombrados, al igual que Hinata, quien se asomaba por atrás del telescopio. El tema de por si ya era muy interesante, pero Kageyama lo decía con tanta pasión que uno parecía sumergirse en cada palabra que soltaba. Shoyo volvió a la realidad con el sonido de la alarma de su celular, lo que atrajo la mirada de los allí presentes. ¡Ya era hora de volver! ¡Mierda! El guía salió corriendo para llegar a tiempo, dejando confundido al que antes estaba explicando. Talvez trabajar con ese chico tan antipático no sería un problema tan grave.

Kagehina ~ Larga vida al sol (AU Museo/Planetario)Where stories live. Discover now