LA CHICA DEL COPETE

UNO

Catra entró a su nueva clase, completamente nerviosa por dentro, pero mostrando una expresión impasible para evitarse peleas innecesarias. Su remera negra hacia juego con sus jeans del mismo color. Toda ella estaba enfundada en el oscuro color a excepción de sus ojos.

Ella lucía intimidante. Nadie imaginaría que apenas llegaba a su casa le gustaba tirarse a su cama con un montón de dulces para ver películas de princesas, mientras imitaba de memoria los diálogos de las Barbies. Y quién pudiera calmarla una vez que ponía un clásico de Disney. Ni el mismo Satanás.

Se sentó en la tercera mesa que daba hacia la ventana, un poco triste, porque ninguno de sus amigos cursaba la misma clase para ser compañeros; sólo le quedaba el consuelo de poder verles en los recesos.

Las personas iban entrando hasta llenar el lugar con pláticas, risas y gritos y ella aún no había emitido palabra alguna, limitándose a mirar a través del vidrio con el pequeño dibujo de un pene en una de sus esquinas. Se preguntaba si alguien lo había notado antes y había tenido demasiada pereza de borrarlo; aburrida, decidió pasar sus ojos por todas las esquinas para ver qué más arte escondido había. Entonces la encontró.

El profesor ya había entrado y se estaba presentando con una voz fuerte pero ella apenas podía prestarle atención porque más abajo, corriendo para entrar al instituto, estaba una chica con cabello rubio, recogido en una cola y con copete encima de su frente, calzaba zapatos tan brillantes como si tuviera diamantina encima.

Parpadeo.

¿Qué rayos...?

ꟷEstoy seguro de que la mayoría aquí ya ha dado esta clase ꟷCatra giró, saliendo de su aturdimientoꟷ. Así que, empezaremos con un pequeño trabajo dual para que puedan conocerse y de paso compartir conocimient...

La puerta se abrió de golpe y la misma chica rubia entró tranquilamente con la frente en alto como si minutos antes no hubiera estado corriendo como si tuviera el culo en llamas para salvar su primer día. Catra le miró, tan sorprendida como unos pocos nuevos.

ꟷPor fin nos honra con su presencia, Adora ꟷel profesor saludó con desdénꟷ. Siéntese, en un momento les asignaré un trabajo. Más le vale haber repasado algo de mis clases en estas vacaciones.

ꟷPor supuesto que sí ꟷesbozó una sonrisa llena de inocenciaꟷ, he escuchado un montón de usted cada que iba a las tiendas; son un poco diferentes a las cosas que usted solía contar pero siempre dice que hay que consultar en distintas fuentes para asegurar la información.

Y se giró para buscar un lugar, dejando al mayor con la palabra en la boca y fijando los ojos en el asiento libre al lado de Catra. Ésta continuaba mirándola sin escuchado una sola palabra, pero es que cómo no hacerlo si tenía unos shorts vaqueros enormes que dejaban ver sus piernas, un feroz suéter rosa pastel en la que parecía estar nadando y, todo esto podría haber sido sólo un poquito raro y no gran cosa si no fuera por los zapatos plateados que brillaban más que el futuro de los alumnos de esa clase.

Qué adorable

La chica caminó con elegancia hasta el asiento, como si estuviera en una pasarela, para luego dejarse caer como un costal de papas sobre él. Giró un poco la cabeza hacia Catra y esta creyó que iba a saludarla pero sólo mantuvo los ojos fijos en su rostro, sin parpadear. La pelicastaña miró al frente, nerviosa, notando por el rabillo del ojo que la chica daba un lento recorrido por su cuerpo antes de curvar la comisura de sus labios en una sonrisa casi imperceptible.

El profesor, un poco cortado, dictó el trabajo que harían, repartiendo un libro por cada mesa. Catra anotó todo ya que notó que la chica ni siquiera había sacado una pluma; lo único que había hecho era colocar los codos en la mesa y apoyar su mentón sobre las palmas de sus manos para poder ver a la pelicastaña con más comodidad.

ꟷBueno, chica emo ꟷdijo de repente, sobresaltándolaꟷ; empieza ya.

ꟷ¿Qué con este cambio tan brusco? ꟷbajó su lápiz, completamente indignadaꟷ. Creí que ibas a ser dulce con todo eso rosa que llevas...

ꟷ¿Eso qué tiene que ver? ꟷarqueó una cejaꟷ. Mi cuca es rosa y no por eso es dulce... pero, para descartar dudas, ¿quieres probar?

Sí, el instituto iba a ser duro.