Capitulo 1

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—Dios! Me muero de hambre, invítame a comer Camile — dijo mi ruidosa acompañante.

—Lo siento hoy no puedo, tengo que ayudar a mamá con un encargo—.

—Okey está ves iré sola, compraré unas hamburguesas con papas y un gran refresco—.

—No entiendo cómo es que comes demasiado y tienes una gran figura—.

—Meh, ni idea—.

—Bueno nos vemos después, te quiero— le dije a mi amiga Ava dándole un abrazo.

—y yo a ti linda— dijo correspondiendo a mi abrazo y dándome un beso en la mejilla.

Di la vuelta y comencé mi recorrido hacia mi casa tendría que irme en autobús ya que aún no se conducir además que no tengo auto.

Camine a la parada de autobuses y espere 5 minutos a que llegará.

Subí, pague mi pasaje y me senté en uno de los primeros asientos como siempre lo hacia.

En el recorrido sentía la mirada de alguien y eso era todos los días, siempre que me subía al autobús sentía que alguien me miraba todo el camino. Al principio no le tome importancia pero cuando era muy seguido comencé a asustarme y más cuando una ves llegaron a seguirme hasta mi casa, pero nunca llegue a ver quién era. Desde entonces siempre que salgo del colegio tengo listo mi celular para marcar el número de la policía y en mi mochila llevo una pequeña navaja para defenderme. Por suerte no he tenido que usarla.

Baje del autobús y camine hacia mi casa.

De pronto de nuevo sentí que me seguían pero está ves no era una persona, era una camioneta negra.
Comencé a entrar en pánico, busque mi celular en mi bolsillo del pantalón luego disimuladamente saque la navaja y la escondí en la manga del saco que traía puesto estaba lista en caso de que algo pasara, o eso pensaba.

Camine dos cuadras, solo me faltaba una y estaría a salvó, solo dar vuelta en la esquina y podría haber evitado todo, pero no fui lo suficientemente rápida...esa fue mi equivocación.

Todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos.

Alguien me tomo de las dos manos no tuve la oportunidad de cortarlo con la navaja, tampoco pude llamarle a la policía mi celular se callo de mis manos.

Quedé paralizada por un momento.

Me pusieron una tela en la nariz y la  boca, empeze a ver borroso, no podía gritar estaba perdiendo mi fuerza, sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas de desesperación, solo pedía que alguien viera lo que estaba pasando, que me rescatarán.

Y entonces caí inconsciente.

without suspicionsWhere stories live. Discover now