INFIDELIDAD I

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[] POV: Marbella []

Aquel día, mi marido y yo fuimos, como tantas otras veces, a tomar el sol a la playa nudista d'es Cavallet. Solíamos ir después de echar un rato la siesta, para luego permanecer allí hasta última hora, las ocho, más o menos.

Buscamos un rincón que no estuviera muy concurrido y allí extendimos nuestras toallas. Mi marido Jesús, colocó metódicamente la sombrilla para guarecerse durante las horas de más calor. Irónicamente, yo, que soy por naturaleza de piel morena, me tumbé al sol.

Jesús, mi marido, se echó boca abajo. Yo, sin embargo, me quedé boca arriba apoyada sobre los codos. Quería contemplar el mar y la gente que paseaba por la orilla, cuando entonces llegó aquel chico y se puso justo enfrente de nosotros. No estaba al lado, aunque sí bastante cerca. La cosa es que me extrañó dada la cantidad de sitio disponible, si bien en un principio no le di mayor importancia.

La verdad es que, sin ser una belleza de muchacho, yo lo encontré bien parecido. Era moreno, bastante alto y fornido. De modo que, cuando comenzó a desvestirse, no perdí detalle. Primero se quitó la camiseta, luego las bermudas y, claro, a mí me picó la curiosidad de saber si además estaría bien dotado. Cuando por fin se desprendió del bóxer me llevé una grata sorpresa. No estaba nada mal.

El chico se tumbó boca abajo en su toalla como si fuese a dormir la siesta a pleno sol.

Mientras mi marido dormitaba, yo permanecí boca arriba divisando la orilla y revisando de vez en cuando el cuerpo del muchacho. Tanto me embelesé una de esas veces que él levantó la cabeza y me pilló mirándole. ¡Qué vergüenza! Sentí como me ruborizaba, sabía que él se había dado cuenta y entonces, él me sonrió. Me quedé tan consternada que me retrasé unas décimas de segundo en devolverle la sonrisa. Me sentí estúpida, acababa de comportarme como una adolescente cuando, seguramente aquel muchacho era mucho más joven que yo.

Luego, el chico se puso unos auriculares, pero continuó boca abajo con la barbilla apoyada sobre sus manos entrelazadas. Yo miré hacia otro lado, pero poco después nuestras miradas volvieron a encontrarse y ambos sonreímos nuevamente, sólo que esta vez él permaneció mirándome. Sus ojos oscuros empezaron a ponerme nerviosa y, de repente, vi cómo me guiñaba uno de ellos y esbozaba una pícara sonrisa.

Yo me quedé muy cortada y debí abrir los ojos como platos porque entonces el chico sonrió divertido mostrándome su magnífica dentadura. Me sentí tan turbada que me giré de inmediato hacia abajo.

Con el brusco movimiento de mi cuerpo, mi marido pareció despertarse. Jesús me pidió que le acercara un cigarrillo de la bolsa de playa. Se lo entregué junto con el mechero y le avisé que era el último de la cajetilla. Jesús lo encendió y empezó a fumar despreocupadamente.

Aproveché su silencio para contarle en voz baja lo que me había pasado con el chico de enfrente, incluso lo de que me había guiñado un ojo. Lo hice con intención de evitar que mi marido se extrañase si aquel chico volvía a mirarme. Además, yo sabía que ese tipo de situaciones le divierten y hasta le excitan un poco. De hecho, Jesús continuó fumando sin hacer comentario alguno.

Ocurre que, en nuestros ratos de intimidad, a veces fantaseamos con la infidelidad. Es un tema que nos excita, sobre todo a él. Le gusta imaginarse que es otro hombre, casi siempre uno de mis compañeros de trabajo de quien le he hablado en alguna ocasión. He de reconocer que a mí también me pone muchísimo que finja ser mi compañero, ya que es con diferencia el hombre más arrebatador que conozco.

Volviendo a lo que estaba contando, mi marido y yo permanecimos un rato en silencio. Después, al terminarse su cigarro, Jesúso anunció que iría a la tienda a comprar más tabaco y que, de paso, aprovecharía para tomarse un café. Me preguntó si le acompañaba, pero a mí no me apetecía. Mi marido se puso las bermudas, cogió las chanclas y entonces se acercó a mí y, al oído, me sugirió que jugase un poco con el chico de enfrente para ver hasta dónde se atrevía a llegar.

Piel Morena [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora