Louis es un omega que está a punto de casarse con Will, un hermoso Alfa hijo del dueño del bufete de abogados más famoso de Londres, tras las locuras de su rubio amigo y diciéndole que este necesitaba una despedida de soltero, terminará conociendo u...
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"Me iba a casar con él" Harry lo mira, sus ojos verdes encontrándose con los azules del omega "Claro que debía hacerlo"
La cara de dolor del Alfa le pone en alerta ¿Pero que se supone que tiene que decir? Conoció a Harry en una noche donde lo único que pensaba era en aparearse. Y con Will se iba a casarse, los sentimientos no desaparecen de la noche a la mañana.
"Me tengo que ir, Louis" El omega en su interior sinte un retorcijón, no se atreve a decir que no lo deje, pero es tarde demasiado tarde cuando el Alfa desaparece por la puerta.
Pasan solitarios días, en donde Harry no llega por él al trabajo y tampoco le ofrece comida, en donde lo único que tiene de él es una chamarra que poco a poco desapare su olor familiar. Louis no lo nota al principio, pero con el pasar de los días se va convirtiendo en una flor marchita que no es regada por falta de atención.
Niall tiene la intención de ir a donde Harry trabaja y escupirle en la cara. El omega le dice que no es necesario, no quiere poner presión en algo que el Alfa tendría que hacer por obligación.
Ahora esta con dos meses de embarazo y el médico le ha examinado dándole una ecografía y diciéndole algo que le deja consternado.
Todo omega para que su cachorro sobreviva tiene que ser marcado.
Louis a este punto esta llorando, si Harry no lo quiere como omega no podra concebir este cachorro sin su ayuda. Esta solo en esto y eso lo aterra. Tiene unas inmensas ganas de llamar a Will y decirle que le perdone, duda que el Alfa acepte, su orgullo es más grande.
Sus días han sido amargos, gime y suelta lagrimas cada que tiene oportunidad, la única ventaja era que Niall se ha propuesto a levantarse en las madrugadas para traerle del trabajo.
Si, es su única ventaja en este cruel mundo horripilante.
Sin darse cuenta cuando va a la cama después de su jornada sintiendo un vacío interno, donde solo la luz de la luna le hace compañía. Empieza a llamar a su Alfa, lamentos tortuosos y agobiantes, pero nadie responde a su llamado. Nadie.
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