Parte 2

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12 de mayo

Ya eran las 2 de la mañana y aun no me había conseguido dormir. No paraba de pensar en cómo podía ayudar a Ale. De momento lo único que sabía es que eso no se podía quedar así. No quería que mi mejor amigo estuviera sufriendo por alguien que ni si quiera es su padre de sangre. Se me ocurrieron varias ideas, pero lo único que harían seria empeorar más las cosas. Creo que esa noche no llegue a dormir nada.

Al día siguiente, ya en clase seguía con lo mismo. Me preguntaron varias veces que si estaba bien o que si había dormido algo. Ambas preguntar me las hicieron profesores y amigos. Pero en ninguno de lo casos conteste. Estaba tan metido en el tema que cualquiera que me hablase era como si no existiera. Recuerdo que hasta un amigo me llego a preguntar que si estaba sordo. Igual es por eso por lo que desde ese momento solo me habla en lengua de señas. Por la tarde no estudie nada, y por la noche tampoco dormí. En consecuencia, suspendí el examen de Lengua. Y lo de no estudiar tampoco influyo tanto, yo sabía que perfectamente lo podía aprobar sin estudiar, el problema es que si al no estudiar le sumas el no dormir y estar pensando en otra cosa que no sea el examen... pues todo eso es igual a suspenso.

El viernes por la tarde no quede, yo seguía en mi estado pensativo, incluso después del suspenso. Mis amigos se extrañaron, pero no les importo. Tambien porque yo puse la excusa de que después de suspender el examen mi madre no me dejaba quedar, aun así, les pareció raro. Y a mi también me lo hubiese parecido, ya que mi madre nunca me ha castigado sin salir por suspender, también te digo, e suspendido dos veces en mi vida.

Ya eran las 3:00 am, y yo seguía ideando mi plan. Tenía una tabla y todo. Mi papelera estaba a rebosar de planes convertidos en trozos de papel rotos y tirados. Ya había gastado un cuaderno entero, y ahora iba por la mitad del segundo. Todas las ideas que se me ocurrían tenían variantes que podían acabar bien y mal. Y no quería arriesgarme, ya que acabarían mal para Alejandro, no para mí. En el caso de que encontrase una que solo acabase mal para mí, la analizaría más afondo. Me daba igual lo que me pasase, con tal de que Ale estuviese bien me valía. Decidí irme a dormir, que, si no me iba a pasar como en el examen de lengua, y yo no quería eso. Así que en silencio me puse el pijama, las alarmas y me metí en la cama. Creo que tarde bastante en dormirme.

Era sábado, y como no tenía instituto me levante a las 14:34 pm. Eso es lo que pasa cuando no duermes por casi dos días. Baje al salón y la comida ya estaba preparada. Mi madre me esperaba sentada en la mesa.

Buenos días Leo- me dijo con una sonrisa

Buenos días mama, que buena pinta tiene la comida- conteste

Muchas gracias, si que has dormido hoy. Se nota que tenías sueño- sí, lo tenía y mucho

Sí, estuve hasta las 3 de la mañana despierto- no quería decirle que estuve haciendo así que solo le di esa información, pero ella me regalo la excusa perfecta

¿estudiando? - sí, porque no joajana

Sí- no podía decir que no aparte así quedaba bien y nunca sabría que estuve haciendo.

Que orgullosa estoy de ti, bueno siéntate.

Estuvimos comiendo y hablando. Tambien me regaño un poco por mi examen de legua, pero tenía toda la razón así que no le conteste. Después de comer decidí dar un paseo para despejarme un poco. Me lleve mi libro tenía pensado ir al parque y terminármelo, ya solo me quedaban 35 páginas. Cuando llegué al parque me senté en un banco y me puse a leer. Me adentre en el mundo de asesinos, era tan interesante el final que cunado lo acabe no sabía ni donde estaba. Me quede en estado de recapacitar en qué momento había llegado hasta allí, luego ya voli a la realidad. Antes de volver a casa fui a por un helado, me apetecía. Pero después de ver lo que vi, ya no me dieron ganas de comérmelo. En el puesto, estaban un padre y un hijo. Al principio yo pensé que el padre le estaba comprando un helado a su hijo ya que él lo estaba pidiendo a gritos. Pero después me di cuenta de que el padre simplemente se habia comprado el helado para ver y hacer sufrir a su hijo. Ya que al niño parecía apetecerle mogollón el helado, y el padre simplemente lo compro para darle envidia al hijo y hacerle sufrir en el camino de vuelta a casa viendo como su padre disfruta del helado que él no tiene. Lo más triste es que el niño debía de tener unos 5 años, y el asqueroso de su padre estaba disfrutando de verle sufrir.

Esta situación me hizo estallar de rabia, no podía imaginarme lo que le estaría sucediendo ahora mismo a Ale en su casa. Corrí a casa lo más rápido que pude, una vez allí me fui directo a mi cuarto y no descanse hasta lograr unan manera de acabar con eso. Hasta que recordé el libro que me acababa de terminar. En el aparecía un caso similar, pero en vez de un padre y un hijo, era un rico y su mujer. El esposo la maltrataba, la trataba como su esclava, hasta que un día la mujer se hartó y decidió cometer un asesinato. A las 4.15 de la mañana, hora la en la cual nadie transita por la calle, Maria Claey mato a su esposo. Él estaba dormido, así que, aprovechando la situación, cogió un cuchillo y lo apuñalo varias veces hasta matarlo. Después, cogió su cadáver envuelto en las sabanas de la cama y lo arrastro hasta el coche. Se fue a un bosque bastante lejos de su casa, se llevó una pala y acido, con el cual después de enterrar a su marido se lo echaría por encima para disolver el cadáver. Después de esto volvería a casa, y al día siguiente denunciaría la desaparición de su marido, con la cuartada de que: un día se despertó y vio que ni su marido ni las sabanas estaban en la cama, seguidamente lo busco por toda la casa y no lo encontró, despues pregunto a gente y vecinos que si habían visto algo. Y así se libró de su marido y de la cárcel. Pero años despues, con el caso aun abierto la pillaron.

Todo eso me dio una idea muy descabellada. Pero tenía que planearlo, un mínimo error podría llevarme directo a prisión.

La peor pero mejor experiencia de mi vidaWhere stories live. Discover now