Familia (III)

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-Sam no hagas eso.- Repitió Dean por quinta vez haciendo que su hermano soltara el puñado de arena que tenía pensado meterse en la boca.

Estaba exhausto, nunca pensó que cuidar de bebé Sammy otra vez le supondría tal cansancio. Cuando realmente era un bebé era bastante tranquilo, ahora parecía un pequeño terremoto de babas y palabras a medio decir.

Por eso había decidido ir al parque, para que el pequeño gastara un poco las energías y estuviera un poco más tranquilo.

Cosa que pareció funcionar los primeros minutos, hasta que Sam quiso meterse arena en la boca.

-Den- Bajó la mirada a su hermano cuando escuchó que le llamaba. - ¿Qué pasó Sammy?

-Sas- Contestó el pequeño.

-Cas está haciendo cosas de ángeles Sam.

-¡Sas!- Repitió más enérgicamente.

-Venga Sammy, Cas está muy ocupado y no podemos llamarle por capricho. Pero a la noche seguro que está con nosotros.- No sabía si lo decía para tranquilizar a su hermano o para tranquilizarse él mismo.

-Sas!- El castaño frunció los labios en un puchero al mismo tiempo que cruzaba los brazos.

-Sam deja de ser un caprichoso te he dicho que...

-Hola Dean.

El nombrado se llevó una mano al pecho del susto que le provocó la súbita presencia del ángel.

Por mucho tiempo que pase no va acostumbrarse a ese mal hábito que tiene Cas de aparecerse de la nada como si su único objetivo fuera provocarle infartos.
El tipo era tan jodidamente sigiloso y escurridizo como un gato, quizá si le ponía un cascabel en el cuello como a un felino dejaría de tener taquicardias por su culpa.

Bebé Sammy empezó a aplaudir mientras reía eufórico y a daba saltitos en las piernas de Dean.

-Te vas a caer.- Dijo el rubio tratando de sujetar a su hiperactivo hermano.

Este estiró los brazos en dirección a Cas y el ojiazul, por fin acostumbrado a tratar con un bebé, lo cogió en brazos.

-Cas no hace falta que estés aquí siempre, sabes que entiendo el que tengas que irte por todas esas cosas de ángeles.

-Dean no te preocupes por eso. - El pelinegro sonrió al cazador tratando de tranquilizarle.

-¿Estás seguro? Yo me puedo apañar bien con Sammy.

Cas sabía que eso era verdad, pero también sabía que el rubio no dormía bien y que se pasaba las noches pensando en que le podría pasar a su hermano.

Castiel conocía a Dean y por eso iba a ayudar en lo que pudiera.

-Estoy seguro.- Miró al bebe que ahora estaba muy entretenido tratando de meterse todo el puño en la boca. - Además, me gusta pasar tiempo con vosotros.

Dean dio un trago a la cerveza que tenía en la mano para esconder...para esconder nada, el no había sonreído por el comentario de Cas.

Desde luego.

Voy a llevar a Sam a los columpios, puedes ir a casa y dormir un poco.- Antes de que Dean pudiera contestar, Cas ya se había levantado del banco.

No se molestó en levantarse o ni en tan siquiera declinar la oferta del ángel. Podía descansar perfectamente sentado en el banco con cerveza en mano.
Además no tenía que estar pendiente de Sam-quiero comerme toda la arena del parque-Winchester, confiaba en Cas.

Él confiaba, Cas había demostrado en los últimos días saber cuidar de un bebé.

En quien no confiaba era en su hermano y su obsesión de comer arena o su puño.

Buscó a ambos con la mirada y se encontró a su hermano tratando de meterse en la boca la corbata de Cas.

El cuál no parecía estar prestando atención a ese pequeño detalle.

Es más, parecía estar más entretenido hablando con una chica que sonreía demasiado para su gusto.

Levantó una ceja al ver a la chica acercarse más al ojiazul. Rodó los ojos y se levantó acercándose a ellos.

-Cas deberíamos irnos. Sam parece cansado.- Y para su suerte así era. Su hermano había empezado a cabecear y parecía que le costaba mantener los ojos abiertos.

-Perdón, creo que no escuché bien cuando te presentaste.- Dijo la morena mirando a Dean.

-Oh cierto, perdona. Él es Dean.- sonrió el ángel- Dean, ella es Melisa. Es la madre de Ian.- dijo señalando al niño en los brazos de Melisa.

-Sam e Ian parecían estar entretenidos hasta que aquel niño llegó a molestar a Ian y tuvimos que intervenir.- habló la madre mirando a Dean.

Dean no era tonto. Él sabía captar las indirectas.

-Si y así fue como empezamos a hablar.- dijo un muy sonriente ojiazul totalmente ajeno a la guerra de miradas entre el rubio y Melisa. Él no era muy bueno en cuanto a indirectas.

-Ajá, lo que sea. Cas, Sam necesita dormir ahora, sabes que si no al llegar a casa nos va a dar problemas para dormir.
La cama ya se nos hace pequeña a nosotros y solo somos dos. Con Sam moviéndose toda la noche va a ser aún peor.- Dean también sabía mandar indirectas.

-Está bien, creo que sí que nos vamos a tener que ir. Supongo que nos veremos otro día.- Dijo Cas mirando a Melisa.

-Si, yo también me voy a tener que marchar que Ian parece cansado también.

-Bien, adiós.- Dean puso una mano en el brazo de Cas empujándole hacia el coche.

-Solo una pregunta.- la voz de Melisa detuvo a Dean en su plan de escape.

-¿Si?- preguntó el ángel mirándola.

-¿Qué relación tenéis?

Cas iba a contestar pero fue interrumpido por Dean.

-Compañeros.

-¿Compañeros de qué, de piso?

Dean sonrió de lado mirando a la chica y procedió a hacer su movimiento.
Se acercó al ojiazul pasando un brazo por los hombros de este para después besar la frente de Sam.

-Si, compañeros de piso o de hogar. Como prefieras llamarle.

-Somos una familia, un poco pequeña pero una familia después de todo- sonrió el pelinegro al ver a Melisa un poco perdida.

Dean no sabía si reírse o felicitar a Cas, aunque él no sabía lo que estaba pasando y había contestado como siempre. Al fin y al cabo si que eran una familia.

-Yo...e...creo que voy a casa. Hasta otro día.- murmuró la chica y al momento se fue.

-¿Crees que le pasa algo Dean?- preguntó Cas bastante extrañado ante la repentina acción de la morena.

-Solo cosas de humanos Cas, vamos a casa.- contestó el rubio sonriéndole.

El nombrado asintió para luego sonreírle el también y fue al coche.

Dean suspiró viéndole.

-Una familia.- murmuró para sí y fue hacia el coche en cuanto escuchó a Cas llamarle.

Su familia. Extraña, pero suya.

Cosas de humanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora