Capítulo I

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SAGE

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SAGE

Las vistas de Alnilam desde mi ventana eran sorprendentes, podría decir que casi tanto como en mi reino de origen. El bosque a mi derecha se extendía hasta los límites del castillo, la primavera notándose en las hojas verdes de los árboles y el calor del lugar. Y aunque Alnitak fuera helado la mayor parte del año, había aprendido a tomarle cariño, después de todo, es donde nací. A mi lado izquierdo podía notar el precioso azul del mar, que se encontraba a escasos kilómetros de lo que se convertiría en mi nuevo hogar.

—Estamos por llegar al castillo —me informó el soldado después de un rato y simplemente asentí, ya lo había asumido.

Comencé a repasar lo que haría en cuanto llegara.

Mi misión era sencilla: entrar en la guardia real, averiguar los planes del Rey y detener su mandato. La reina Simoné de Alnitak y yo habíamos pasado semanas ideando el plan perfecto contra el rey Boswell de Alnilam, todo a espaldas de nuestros aliados.

La alianza Orión se conformaba por los tres reinos más poderosos de la región: el frío Alnitak con su política y orden, el cálido Alnilam con su ejército y el caluroso Mintaka con sus raciones de comida y sus prisiones.

Unión que había permanecido intacta por más de un siglo, hasta ahora.

¿Y por qué se requería de un plan tan elaborado para derrocar a un Reino aliado?

Hace años notamos que las decisiones del idiota de Boswell amenazaban la integridad de Orión, pues no éramos los asesinos despiadados que él quería usar para someter aldeas fuera de la alianza. Sin embargo, Boswell contaba con una guardia real conformada por 9 jóvenes letales conocidos como zynuks, imposibilitando que alguien se acercara al Rey lo suficiente como para dañarlo, pero de la que yo pronto formaría parte según lo planeado.

Divisé el castillo frente a nosotros y a un señor mayor de complexión alta y cabello canoso esperando mi llegada en la entrada. Bajé de la carroza con la expresión más seria que pude reunir, pues sabía que me recibiría el consejero de Boswell y debía parecer disciplinada.

—Bienvenida a Alnilam, zynuk Evonee —dijo mientras nos adentrábamos en el castillo y me sonrió—. Esperamos que cumpla con sus expectativas.

—Es un honor servirle a su majestad el Rey —contesté con seguridad.

Mentirosa.

Me hizo seguirlo por los pasillos amplios de mármol oscuro que ya había memorizado antes de venir, hasta detenernos frente a una puerta de madera blanca.

—La dejo en su habitación para que pueda instalarse. Es libre de salir a familiarizarse con el castillo y sus alrededores, después de todo, será su nuevo hogar. La cena se la traerán a su habitación a las 8:30 p.m. y media hora más tarde vendré por usted para que me acompañe a prepararla para mañana.

—¿Y el resto de la guardia real? —cuestioné consciente de que preguntar directamente por Boswell sería muy comprometedor.

—Los verá mañana zynuck Evonee, compermiso —dijo alejándose por el pasillo.

Uhhh, mira esa cama.

Cálmate, pareces adolescente en plena pubertad.

Una vez instalé mis cosas y comprobé la suavidad de mi nueva cama, salí a recorrer el palacio siguiendo la ruta que aprendí semanas antes para verificar que todo fuera como lo había estudiado. Aún no ponía en marcha la misión, pero todo iba como lo esperaba.


***

Minutos después de regresar a mi habitación y terminar mi cena, el ayudante de Boswell tocó mi puerta y salí al pasillo.

—Me alegra ver que es puntual zynuck Evonee. Sígame.

Uh, formalidad. El esclavo de Boswell es amigable.

No venimos a hacer amigos.

La diversión sin amigos no vendrá sola, Sage. Sabes que no aguantarías meses sin alguien en tu cama.

—¿Zynuk Evonee?

Contéstale idiota, si quieres seducirlo no puedes ignorarlo así.

Es un SEÑOR, ilusa.

—Lo escucho.

—Le decía que deberá someterse a un procedimiento obligatorio para formar parte de la guardia. Es protocolo, por protección a su majestad.

—Entiendo, ¿en qué consiste?

—Nada que vaya a afectar su desempeño aquí —me dijo con seriedad.

Nos detuvimos frente a la enfermería y entré para encontrarme con la que supuse sería la doctora, quien me sonrió amablemente.

—¡Sage!, te estaba esperando.

Me tensé al escuchar mi nombre viniendo de ella, pero forcé una sonrisa.

—El proceso será rápido, es solo una inyección que te hará dormir por un par de horas y luego seguirás como si nada.

—¿No tiene efectos secundarios?

Ella dudó claramente al responder.

—No, ninguno, será como si nunca hubiera sucedido.

Me estaba mintiendo.

Sabía lo que estaba a punto de pasar, la reina Simoné me había advertido y por eso había practicado para combatirlo.

Intentarían borrar mi memoria.

Así que mis recuerdos de los meses pasados serían eliminados, a excepción de mi personalidad, familia y probablemente mis habilidades. Pero estaba preparada.

Me giré hacia la doctora y lo último que sentí antes de desplomarme fue un pinchazo a la altura de mi cuello.

Estaba hecho.


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~Zhaleena🦋

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