04; Miedo y odio.

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El señor Kim se mantuvo rígido mientras veía el rostro serio de su hija y los ojos de la mujer a la que tanto respetaba y temia, la "dueña del pueblo", mirándola con aquellos ojos de los que tanto había escuchado hablar.

El ambiente silencioso y tenso de la cocina fue interrumpido por los pasos apresurados de alguien en el pasillo. Jongdae ingresó jadeante a la escena, su cuerpo tembló al ver la figura de su hermana a sólo metros de Manoban, quien lo vio levemente y regresó sus atención hacía la castaña que la miraba sin parpadear.

El semblante de la joven maestra se mantuvo inmutable en cuanto su hermano alcanzó a tomarla del brazo.

- Jongdae.- Saludó Lisa, con una voz tan pesada como un bloque de concreto.

El muchacho se volvió hasta ella con una sonrisa nerviosa, pero no soltó el brazo de Jennie.

- Señorita Manoban.- Hizo una reverencia, regresandole el saludo.- ¿Cómo ha estado?..

Preguntó en un vago intento por romper la tensión que incrementaba en la habitación. Pero su pregunta vago en el aire, porque Lisa jamás respondió. Sus ojos se posaron nuevamente en la joven que, ahora, liberaba su brazo del agarre de su hermano y avanzaba hasta su padre.

- ¿Dónde está el dinero?.- Cuestionó con impaciencia a su padre.

- Jennie.

El hombre intento ocultar su regaño bajo un tono dulce forzado, que sólo logró exasperar más a la castaña.

- ¿Dónde- está- el- dinero?.- Repitió con fuerza una a una las palabras de la oración.

Lisa se mantuvo en silencio, observado la interacción de la chica que desconocía con Kim. Jennie. Repitió mentalmente.

Ella no recordaba haber escuchado ese nombre antes por el pueblo y podía deducir por la ropa que llevaba puesta, que la joven no era de por aquí. Entonces ¿Quién era ésta Jennie? Y ¿Por qué parecía inmune ante su presencia?

Jongdae advirtió la mirada curiosa de Lisa y rápidamente corrió para tomar a su hermana del brazo.

- Ven conmigo, papá tiene asuntos que resolver.

Dijo entonces mientras intentaba sacarla de la habitación. La chica se opuso y nuevamente se liberó de su agarre, cuando Jongdae volvió sus ojos hasta ella, una pregunta dejó a los dos hombres congelados.

- ¿Padre?.- Ambos se volvieron hasta Lisa, quién los observaba con una ceja enarcada. La única que parecía completamente ajena a la situación, era Jennie.- ¡Vaya! Realmente no tenía idea que usted tenía una hija, Kim.- Añadió con genuina sorpresa, sin alejar sus ojos del rostro de Jennie.

Kim tragó grueso y sintió la terrible necesidad de desaparecer a su hija de aquella escena. No le agradaba para nada el interés escondido en las palabras de Lisa. Quería a esa mujer lejos de su hija, tan lejos como pudiera. Pero sabía que aquello era inútil porque ahora Jennie viviría allí y, a menos que la encerrara otra vez en casa como cuando era una niña, nada podía hacer para evitar que en algún momento se cruzara con ella. Era un pueblo pequeño, tarde o temprano la encontraría.

- Claro.- Afirmó con voz cargada de seguridad. Su rostro se torno serio al instante.- Usted no sabía, señorita Manoban. Jennie estuvo viviendo en la capital desde muy pequeña.- Comentó vagamente, evitando los detalles de los motivos de aquel viaje.

Los ojos de Jennie se mantenían firme en ninguna parte, primero parecía discutir silenciosamente con su hermano y luego con su padre. Hasta que finalmente volvió los ojos al frente y sus miradas chocaron.

"LOST ON YOU" | JenLisa G!PWhere stories live. Discover now