Lejos de casa, pero aún te necesito

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Narrador omnisciente

Dos semanas habían pasado del incidente con Regulus. Albus Dumbledore había hablado con Orión Black, y ambos habían llegado a la conclusión de que lo mejor era internar a Regulus en un hospital psiquiátrico, pues luego de ese incidente todo se había puesto peor.
Regulus había vuelto a la enfermería tres veces en una semana, su aspecto se veía muy deteriorado. Dormía solo dos horas por noche y su estabilidad mental ya no existía, estaba destruido.

Orión lo llevaría esa tarde, por lo que aún tenía tiempo para estar con su novia y amigos. Decidió pasar el desayuno y un par de clases con sus compañeros de habitación, los iba a extrañar mucho, y a las noches de Scrabble.
Luego de salir de su segunda clase, fue a buscar a su novia, que estaba sentada sola en el Gran Comedor, esperándolo en la mesa de Slytherin, como se había hecho costumbre en esos cuatro años que se habían conocido.

Ella no sabía que Regulus había salido de su habitación ese día, por lo que sus ojos se llenaron de lágrimas al verlo otra vez después de pasar una semana encerrado en su cuarto.
Ni siquiera tuvo fuerza de voluntad para levantarse a abrazarlo, estaba realmente agotada. Sin poder dormir bien, tampoco había comido mucho, le costaba poner atención en clase y sus amigos no sabían que hacer para que se sienta mejor, todos estaban muy preocupados.

Pero Remus y Sirius eran los que peores se sentían al respecto. Pensaban que el colapso que Regulus había tenido ese día había sido culpa de ellos y como lo hicieron sentir.
Sirius no había dejado de llorar en el baño, pensando en que podía perder a su hermano, prefería morir antes.

Volviendo a Vee y Reg en el Gran Comedor.
Regulus se sentó al lado de su novia, y la abrazó, durante el tiempo necesario para compensar los abrazos que no le había dado en toda esa semana.

-Reg: Te extrañé mucho, me hiciste demasiada falta, sé que tal vez crees que no es muy saludable que te necesite tanto- dejó de hablar al sentir los labios de su novia contra los de él.

-Vee: No me interesa ya si es saludable o no la dependencia, yo también te necesito mucho- se quedó apoyada contra su pecho con los ojos cerrados.

Un rato más tarde, se unieron Narcissa y Andrómeda a ellos. Su tío les había contado por carta, y se sentían mal por no haber estado con él cuando más necesitaba ayuda.

-Cissy: ¿Y no sabes cuándo saldrás?

-Reg: Supuestamente, cuando me sienta mejor y vean que logré un avance, que no sé cuando será eso- vio a su novia, que se había quedado dormida en su hombro.

Las dos chicas la vieron con pena y ternura. Eran amigas de la novia de su primo, y sabían que lo había pasado mal también.

-Andy: ¿Te dejamos con ella?- le preguntó en voz baja.

-Reg: No, quiero estar con ustedes también, las voy a extrañar- sonrió sin mostrar los dientes, le dolía despedirse-. No se olviden de mandarme cartas, yo también lo haré. Y las visitas son los viernes, de tres a cinco.

-Andy: ¿De la tarde?

-Cissy: Pues si, no te van a despertar a las tres de la madrugada para una visita, Andrómeda- la miró con cara de "¿te gusta ser tonta?".

De repente, Sirius se acercó a ellos, algo avergonzado. Sus amigos lo veían desde la mesa de Gryffindor.

-Sirius: ¿Les molesta si me siento con ustedes?

She is a MarauderWhere stories live. Discover now