Enséñame a querer #1 |+18| (EN LIBRERÍAS)

"Ojitos"

*Sebastian: ¿ocupada?*

*yo: Estudiando*

*Sebastian: mañana no hay clase chica nueva. Vamos a salir, Aiden va a por ti en 20 minutos, te espera en la puerta de la residencia. Se puntual.

¿Que? ¿Es que no sabía lo que significaba "estudiando"?

Mañana no hay clase.

Sabia que mañana no había clase por que era el día de nose qué y teníamos puente, pero ¿y que? Así podría adelantar trabajo.

*Sebastian: no pienses tanto*

Volvió a escribirme, como si supiera que estaba pensando en si salir o no.

*Yo: no voy a salir, tengo que adelantar trabajo*

No iba a salir, no teniendo que hacer cosas. Puse el móvil en silencio y boca abajo en el escritorio y seguí con el trabajo.

<<Veinticinco minutos después>>

Sigo empollando, como buena universitaria que quiere sacarse la carrera con buenas notas. pero alguien me interrumpe tocando a la puerta impacientemente.

-¡¡Joder. Voy, deja de tocar ya te he escuchado!!- grite abriendo.

-¿Que haces? Llevo esperando cinco minutos en el coche y no contestas al móvil- pregunta Aiden nada más abrir la puerta.

Ya es que lo tengo en silencio para no contestaros a ninguno.

-¿Yo? No, perdona ¿Que haces tú?

-Venir a recogerte, vamos a salir- dice entrando a la habitación.

-Vamos no. Vais- le corregí.

-Vamos- insistió.

Respiré hondo.

-No voy a discutir contigo, es perder el tiempo.

-Sabia decisión- dijo sentándose en mi cama- vístete, no tengo toda la tarde y no soy la niñera de nadie y mucho menos un chofer.

-Nadie te ha pedido que vengas, por mi puedes irte- dije señalando la puerta volviendo al escritorio para seguir con lo que estaba haciendo.

Escuché como se levantaba a la cama y me relaje al creer que se iba. Error.

En lugar de irse abrió mi armario y empezó a mirar mi ropa como si estuviese buscando algo en concreto.

Pero al darme cuenta que se iba a los cajones de abajo- donde estaba mi ropa interior -me levanté corriendo y me puse delante de él.

-¿Que haces?- pregunté.

-Pues elegirte la ropa que te vas a poner, ya que tú no vas a elegirla. Ya te he dicho que no tengo toda la tarde, ojitos.

¿Ojitos? ¿Me acaba de llamar ojitos?

Si, lo ha hecho.

Me pillo desprevenida cuando me apartó y abrió el cajón.

Mierda.