-Voy a salir fuera, necesito aire fresco- le dije desde el otro lado de la puerta.

-Vale!

Me encamine como pude a la salida y una vez fuera respiré. Estaba sudando y ni siquiera me había movido de mi sitio en la mesa.
Me volví a apoyar en una de las paredes y tomé el aire fresco.

Vi a un grupo de chicos fumando mientras se reían de algo.
Uno de ellos empezó a caminar en mi dirección  muy seguro de él mismo.

-Hola preciosa.

Lo miré, pero no le dije nada. Parecía el típico creído que podía llevarse a cualquiera a su cama, pero conmigo se equivocaba.

-¿Tienes nombre?- volvió a hablar.

-No- respondí sería.

-Vaya, ¿Seguro?- volvió a insistir sonriendo.

Volví a ignorarlo.
Me despegué de la pared y empecé a caminar de nuevo hacia la entrada, pero una mano me agarró del brazo y me freno.

-¿No me vas a decir como te llamas?

-Dejame tranquila- dije soltándome de su agarre.

-Venga no seas así.

-Ya te ha dicho que la dejes tranquila, no me hagas repetírtelo yo- escuche que decían a mi espalda.

Me giré y lo vi. Aiden.

-Estaba hablando con ella no contigo- le contesto el tío pesado.

-Pues ahora estás hablando conmigo, así que, date la vuelta y piérdete- dijo Aiden.

El otro no se lo pensó dos veces, se dió la vuelta y se fue con los de su grupo.

-Podia sola- le dije cuando volví a darme la vuelta para mirarlo.

Mentirosa.

No me dijo nada, simplemente se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la entrada mientras yo lo seguía.

Al entrar vi que Amber ya estaba con los demás y volví a sentarme en mi sitio.
Ellos siguieron con los chupitos, yo por mi parte me bebí uno más y decidí parar.
No quería acabar vomitando

Finalmente decidimos irnos. Me volví a sentar atrás en el coche de Sebastian y nos llevo a Amber y a mi a la residencia.

-Buenas noches- dije antes de salir del coche.

**

Por la mañana cuando me desperté Amber ya estaba vestida para irse con los de anoche. Yo prefería pasarme el día en la cama hablando por Skype con mi madre.

-¿segura de que no quieres venir?- volvió a preguntar Amber cogiendo el bolso.

-Segura. Voy a hablar con mi madre por Skype y me pasaré el día aquí- expliqué sonriendo.

-Esta bien. Si te arrepientes dímelo y le digo a alguno de los chicos que pase a buscarte.

Al final se fue y yo me puse un chandal y fui a la maquina del final del pasillo- por que no tenía ganas de ir a la cafetería -a comprarme un sándwich para desayunar.
Conecté el portátil y llame a mi madre.

-Hola mamá- le dije cuando apareció en la pantalla.

Se me llenaron los ojos de lagrimas. No sabia que me hacía sentir  peor; el no llamarla o el llamarla y verla.

Me tiré hablando con mi madre toda la mañana. Me pregunto mil veces si estaba bien, si comía bien, si estaba agusto o quería volver...
Y sinceramente, a todas les respondí que si sinceramente pero a la última no sabía que si era del todo cierto.

¿Quería volver? Si, ¿iba a hacerlo? No.

Cuando di la noticia de que me vendría a estudiar a Londres nadie creyó en mi. Solo mi madre, mis abuelos y un par de personas más.
Pero bueno, estaba acostumbrada a contar solo con los que siempre estaban conmigo- pocas personas -.

Para almorzar si fui a la cafetería- los sándwiches de la maquina estaban asquerosos -cogí la comida y me senté en una mesa al lado del ventanal. Afuera no paraba de llover.

Comí observando la lluvia, las gotas que se deslizaban por la ventana, los charcos, las tormentas...

Me decidí por un yogurt de postre y me subí de nuevo a la habitación, me metí en la cama y puse una película en Netflix
Así era un día perfecto para mi.

Enséñame a querer #1 |+18| (EN LIBRERÍAS)Where stories live. Discover now