LA HIJA DE MI JEFE (Henry Danger X Tu)

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-AAAAA, que bonito! Miren ese hermoso pingüino! – Dije saltando como una niña pequeña –ES TAN ESPONJOSO QUE VOY A MORIR!!! – Dije emocionada.

-Yo te lo conseguiré – Me dijeron Henry, Aidan y Dante acercándose a donde estaba.

Oh, oh, esto será un caos.

-Saben qué? Ya no lo quiero, vamos a otro juego – Les dije.

-No! Tú quieres ese pingüino y yo te conseguiré ese pingüino – Me dijo Aidan.

-No!! Yo te lo conseguiré! – Me dijo Henry.

-Yo me voy de aquí – Dijo Dante.

-Espera, no me dejes con ellos – Le dije.

-Es tu culpa por tener amigos celosos – Me dijo.

-Entonces también eres celoso? – Le pregunte.

-No, yo soy sobreprotector – Me dijo.

-No es lo mismo solo que con diferentes palabras que hacen que suene mucho mejor? – Le pregunte y se rio.

-Puede ser – Me dijo.

-Por qué dijiste que me ibas a conseguir ese pingüino? – Le pregunte.

-No pensé que Henry o Aidan te iban a decir lo mismo – Me dijo.

-Enserio? – Le pregunte.

-Te lo prometo – Me dijo sonriendo.

-Amoor!! – Me llamo Henry.

-Que paso? – Le pregunte volteándolo a ver.

-Ese pingüino será tuyo – Me dijo y le dio dinero al señor del puesto.

-Pues sabes que _____? Yo te conseguiré ese pingüino – Me dijo Aidan dándole también dinero al señor.

-Y sabes que _____? Yo me voy de aquí – Me dijo Dante pero lo detuve.

-No te vayas, mejor vamos al puesto de acá atrás – Le dije señalando el puesto de atrás de nosotros.

-Okay vamos – Me dijo.

-Hola, queríamos jugar – Le dije al señor.

-De acuerdo – Nos dijo y le dimos el dinero –El juego es sencillo, con las pistolas de agua que están acá deben hacer que la línea llegue hasta la cima, si lo logran se ganan un premio si no, no hay premio – Nos dijo –De acuerdo y... comiencen –

Dante y yo tomamos las pistolas y empezamos a lanzar el agua.

-Vas a perder Albidone – Le dije porque iba ganando.

-Ya veremos Jones – Me dijo y empezó a hacerme cosquillas mientras seguía disparando.

-Dante no! Eso es trampa – Le dije entre risas.

-Nadie puso reglas – Me dijo mientras me seguía haciendo cosquillas.

-Noo, detente – Le dije mientras me seguía riendo y no podía apuntar bien.

-Y... yo gane! – Me dijo Dante y sonó una alarma.

-No es justo – Le dije.

-Felicidades gano! Escoja su premio – Le dijo el señor a Dante.

-Quiero ese – Le dijo Dante señalando un cerdito.

-Aquí lo tiene – Le dijo el señor dándole el cerdito.

-Gracias – Le dijo Dante y me dio el cerdito.

-Mhm? – Le pregunte.

-Es para ti, considéralo un regalo de tu persona favorita – Me dijo y me reí.