Capítulo 27

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- México -

El plan era sencillo. La gente distraería a los militares que están en el gobierno, mientras que Rusia y yo entrábamos al castillo en busca de Calderón con ayuda de Mini Méx. Le damos un buen estate quieto y que se aplaque y todos felices.

- Tu plan es imperfecto - Rusia se cruzó de brazos.

- Bésame entonces - le levante el dedo de en medio.

Me tomo la mano besándola.

- ¿Así? - se acercó a mi mejilla y la beso - ¿O así?.

- Ay cabron cálmate - lo aleje lentamente sonriendo como un tonto.

- Eh chicos - Mini Méx nos observó incómodo - Estoy aquí.

- Ya ya perdón - sacudí las manos regresando al plan - ¿Entendiste?.

- No - contestó mini Méx.

Llevábamos una hora en el café sentados explicándole lo que tenía que hacer y todavía no captaba el morro.

- ¿A ver morro tienes alguna discapacidad mental o por qué no entiendes? - le troné los dedos enfrente de su cara para que no se nos vaya a otro planeta.

- Es que llevas discutiendo y cambiando el plan desde que llegue - se cruzó de brazos - Primero dijiste que ibas a romper la reja con un tanque de guerra, luego que ibas a mandar un misil al castillo, luego que iba a entrar como Jesucristo en un burro mientras todos te abanicaban con palmas y luego lo de que entrarían disfrazados.

- Es que estaría muy chingon - me giré a Rusia - Sería algo así como el nuevo mesías.

- No me importa tu religión - Rusia suspiro masajeándose la frente.

- No me vengas a ofender eh cabron.

- Esta es lo que haremos - Rusia se plantó - Entraremos al castillo para hablar con el presidente Calderon y si no colabora hacemos otro golpe de estado en ese momento y México se lanzará para presidente.

- Ay mi amor, que hermoso plan - le susurre.

- Tu seguirás siendo representante - Rusia apuntó a Mini Méx - y todos felices.

- Ahuevo me late - mire a Mini Méx - ¿Que tal?.

Se nos quedó viendo un rato con una mirada insatisfecha, se acomodó en el asiento pensando en que decirnos

- Voy a renunciar - susurro mirando la mesa.

- ¿Eh? - exclamamos Rusia y yo al mismo tiempo.

- No... no soporto el estrés - No quizo ni siquiera mirarnos mientras hablaba - No soy apto para esto.

Sentí un poco de pena por él. Se nota que lo estaban tratando igual de mal que a mi cuando estaba en el gobierno.

- Puedes hacer de tu vida lo que quieras chico - Rusia lo alentó.

- La verdad es que quiero irme a Estados Unidos con el que me gusta - se mordió la lengua en la última
palabra.

Me le quede viendo en shock

- ¿TE GUSTA ALGUIEN? - grite a los cuatro vientos.

Asintió cubriéndose la cara apenado

- Si...

- ¿QUIEN? - me acerqué más.

- Bueno... es alto, serio, musculoso - susurro.

Mire a mi hombre, que tiene la misma descripción, volteándome a mini Méx

- A ver a ver a ver, consíguete al tuyo este ya está apartado - le tome la mano a Rusia.

- NO - saltó de su asiento - Para nada, quédate con él, no me gustan rubios.

- Gracias - Rusia sonrió.

- Es... Alemania... solo que le dije y salió corriendo - nos miró a ambos desconcertando - Creó que lo asuste.

Bueno, jamás había visto a Alemania de tal forma, quizás si estaba asustado. A Rusia le salió una risa ahogada que me hizo saltar de mi silla sacando de pedo, se cubrió la cara todavía riéndose.

- Disculpa, disculpa - Rusia agito su mano tomando aire - Es que.

Se volvió a reír golpeando la mesa, casi tumbando nuestros cafés y papeles.

- Oye amor te quejas de que yo soy bien pinches escandaloso y tu eres peor - le susurre calmándolo por que todo el mundo lo miraba.

- Ya ya, disculpa pequeño México - le dio unas palmaditas en el hombro - Es que el aleman es muy... enclosetado.

- ¿Como por que? - pregunto desconcertado.

- No entendí muy bien cuando me explico pero creo que alguien lo bateó tan feo que se traumo - se rascó la oreja sonriendo - Que chistoso.

- ¿Y por que te dio risa? - lo mire enojado - Tu igual estabas bien pinché enclosetado.

- Por que ahora entiendo por que toda su reacción, hablaré después con él para ayudarlo - tomo su teléfono checándolo.

- Bueno ya tenemos el plan - Sacudí a Mini Méx - Tu sabes que hacer.

- Mantener a Calderón entretenido - asintió - Entendido.

Me levante abrazándolo para que se sintiera apoyado, dándole palmadas en la espalda. Se fue de regreso al castillo contento.

- Estuvo bien - voltee a ver a Rusia sonriendo al teléfono - ¿Que pasa?.

- Sofi nos mando un mensaje diciendo que nos extraña - se cubrió la boca escondiendo su sonrisa - Ternurita.

- AY CABRON NO LE RESPONDÍ - saqué mi teléfono - Le diré que la amo.

Cheque el chat viendo un mensaje de Rusia que decía
"Estoy muy orgulloso de ti enana, sigue así".

- AWWWW - abrace a Rusia lleno de amor - Eres un tierno.

Me dio palmaditas en la espalda asintiendo.

- Mini Méx -

Llegue al castillo completamente agotado.
Pero este sería mi último trabajo como representante, después de esto me retiraré a vivir la vida tranquila.

Entre a mi oficina quitándome el saco

- Valentina, ¿ya ordenaste mi papeleo? - me giré al frente tocando la boca de una pistola con la frente.

- Ay México - Calderón habló desde mi asiento, con los brazos y piernas cruzadas - Íbamos taaaan bien.

Mire alrededor sin moverme, viendo a un civil... o mejor dicho a un militar vestido de civil, y a una armada apuntándome.

- ¿Que es todo esto? - mire a Calderón.

- Te dije... que cuando un empleado no sirve, se va - se acercó a mi con una foto en la mano - Y sabes que odio a los traicioneros.

Era una foto de mi de hace unas horas con Rusia y México sentados en el café.
Mierda, me atraparon.

- Cuando ya me estabas empezando a caer bien - agito los puños con una sonrisa sarcástica - Pero venga, acompáñame.

Se abrió la puerta, los propios policías sabían de esto.

- Ven - Calderón salió al pasillo - Sígueme o ellos te llevarán a rastras.

Giré a ver a los militares apuntándome.
Ya no me quedaba de otra.

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