El SILENCIO TAMBIÉN HIERE

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- Bien, pero.. ¿Qué hay de Wei Ying? ¿No quieres que Wei Ying esté orgulloso de ti? - cuestionó viéndolo serio

Los ojitos del menor brillaron, su hermano mayor le decía que si aprendía a andar en bicicleta solo, él iba a estar orgulloso, estaba más que feliz por escuchar aquello.

- Si, Chengcheng logrará hacer sentir orgulloso a Wei-gege - sonrió tomando la bicicleta para continuar aprendiendo 

...

Pasaron alrededor de 2 horas y Jiang Cheng apenas podía mantener el equilibrio, lo estaba logrando y dentro de poco lo dominaría a la perfección para que sus hermanos lo miraran llenos de orgullo.

Intento No. 50 ¿quizás 60? Jiang Cheng había perdido la cuenta, a decir verdad, estaba más concentrado en avanzar que en contar.

- ¡LO LOGRÉ! ¡WEI-GEGE, A-JIE VEAN, LO LOGRÉ! - Jiang Cheng gritó orgulloso buscando a sus hermanos que... ya no estaban ahí... al ver la banca vacía Jiang Cheng se estrelló contra el árbol más próximo a él.

Las lágrimas caían de sus pequeños ojos a prisa, no sabía qué le dolía más, el golpe o que sus hermanos se fueran sin él a pesar de que estaba intentando impresionarlos a ellos en primer lugar.

Un chico de más o menos la edad de su hermano mayor se acercó a él y extendió su mano para levantarlo, su sonrisa era dulce e hizo sentir a Jiang Cheng seguro por un momento, limpió su carita con la manga de su ropa y tomó la mano del desconocido.

- Lo hiciste muy bien pequeño - el mayor acarició su pequeña cabecita y le sonrió con orgullo 

- ¿Yo lo hice bien? - cuestionó con su vocecita rota por el llanto 

- Si, eras tan veloz que apenas te vi pasar - comentó el mayor aún acariciando su cabeza 

- ¿Enserio? ¿tan veloz como un cohete? - cuestionó con un brillo en sus ojos 

- Aún más veloz - respondió con una sonrisa tan dulce que hizo que el pequeño Jiang sintiera que en verdad lo había hecho bastante bien 

- ¿Quieres verlo otra vez? prometo no caer ahora - dijo el menor 

- Claro, me gustaría verte de nuevo - sonrió viendo al pequeño, él tenía un hermano menor de más o menos esa edad y quería que si alguna vez caía, alguien le tendiera la mano tan amablemente como él lo hacia con este pequeño, ese fue su primer pensamiento al verlo caer, pero ahora que le había hablado, él en verdad quería acercarse a ese pequeño.

- Mírame Gege, Chengcheng es tan veloz como un rayo - la risa del menor era como música para sus oídos hasta que sintió la mano de alguien en su hombro 

- Debemos irnos, tu padre ha terminado su reunión y hoy volveremos a Gusu - le dijo su tío 

- ¿Puedo despedirme del pequeño? Creo que esta solo - preguntó amable 

- Si, pero que sea rápido porque tu padre está por llegar - se fue 

- ¡Pequeño! - alzó un poco la voz para que el menor lo viera y se acercara a él 

- Gege ¿me viste Gege? - sonreía el pequeño con sus mejillas sonrojadas 

- Si, te he visto, pero debo irme a casa - explicó el mayor 

- Oh, está bien, gracias por verme - sonrió el pequeño haciendo una reverencia 

- No fue nada, en verdad lo hacías bien, espero verte pronto - sonrió y se alejó lentamente, giró su cabeza dos veces para ver que el menor seguía ahí de pie despidiéndose con su pequeña mano.

- ¡JIANG WAYIN! - la voz de su madre sonó clara y fuerte 

- ¡A-NIANG! - exclamó alegre el menor

- ¡¿Por qué te alejaste de tus hermanos?! ¡eres un niño muy irresponsable y desobediente, claramente te dije que no te alejaras de tu hermana y cuando la veo llegar angustiada a casa porque no estabas por ningún lado! - gritaba molesta Madame Yu mientras tomaba de la oreja al pequeño y se alejaban del parque hacia el auto de los Jiang, su bicicleta se quedó ahí sobre el césped y sus lágrimas adornaron sus bellos ojos violetas mientras veía a sus hermanos que o decían nada para ayudarlo, Wei Ying sonreía y Yanli solo estaba ahí, viendo hacia la ventana como si fuera lo más maravilloso del mundo...

...

- Comida mexicana entonces, son los lugares más fáciles donde comer, además de que si pedimos para llevar quizás nos den uno de esos que se llaman tacos, mejor comamos tacos, no creo que podamos avanzar y comer, pero creo que habrá tráfico en la ciudad así que podemos comer mientras estemos detenidos por todos los autos - la voz de Xue Yang lo trajo a la realidad

- Lo que sea esta bien, mientras no me intoxiques no tendré queja alguna - dijo Jiang Cheng viendo inconscientemente los ojos de su amigo, no era "él", "él" tenía unos ojos café claro y la sonrisa más dulce de todo el mundo, además, había pasado mucho tiempo, "él" seguramente lo había olvidado.

- ¿Ves? hasta tu quedas hipnotizado con mi belleza - sonrió orgulloso Xue Yang, la mayor diferencia entre su amigo y "él" era la sonrisa, su amigo parecía un mafioso que huía de la ley 

- Belleza mi trasero - Jiang Cheng recalculó sus palabras 

- Oh si, es un muy buen trasero - respondió Xue Yang 

- ¡Desvergonzado!, ¡cállate y ve por la comida! - gritó mientras el otro simplemente reía con ganas 

NO ME PIDAS DEJARTE IRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora