— Pues hazlo.- Mencionó sin importancia, encogiéndose de hombros.

No creía que algo fuera a cambiar con o sin alma; entendía que su madre había querido que se quedara con ella, pero Tweek no la quería. No la necesitaba; mucho menos si Damien tenía razón y realmente existía esa tontería de las almas gemelas. No quería estar ligado a alguien, le molestaba pensar que algún día Craig moriría y él seguiría atado a esa alma que se usaría en otro ser, en alguien que no sería Craig. Eso para él era una falta de respeto. Con o sin alma seguiría amando a Craig por el resto de su vida.

De todas formas él sabía, mejor que nadie, que su alma debía ser destruida, después de todo era un alma mixta. No podía volver a ser usada. Y almacenarla dentro de él lo único que hacía era ponerlo en riesgo.

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Craig

Con el paso del tiempo Craig retomó su vida. No había renunciado a la idea de esperar a Tweek. No había dejado de quererlo, cosa que era raro para él, ya que anteriormente no había tenido un amor que durara tanto tiempo, incluso recibiendo el cariño y teniendo la presencia de la persona. Sabía que no podía estancar su vida sin hacer nada. Normalmente estaba muy atareado y eso lo ayudaba a distraerse un poco. Cada día se levantaba temprano por la mañana, limpiaba su habitación de la facultad, ponía música o alguna serie, y hacía tarea. Luego bajaba a desayunar, antes de entrar a clases, y aprovechaba para convivir con sus compañeros de clase. Por cuestiones de salud quién sería su compañero de habitación no pudo asistir ese año a la universidad, por lo que era un poco más de trabajo para él. Tampoco es que le molestara la soledad.

Tomaba clases hasta las cinco de la tarde, volvía a su habitación para hacer tarea, hablar con su familia un par de horas, se iba a bañar y finalmente se dejaba caer en su cama con cansancio durmiendo en cuestión de minutos. Así eran la mayoría de sus días; y realmente no le molestaba la rutina, de hecho era precisamente eso lo que lo hacía sentir tranquilo. Desde su operación no se había presentado ningún problema con su marcapasos, y mentiría si dijera que ya no tenía miedo de usar algún electrodoméstico.

De cualquier forma siempre había tenido que mantener cierta distancia; de vez en cuando se descubría a sí mismo saltando del susto por ver de reojo el microondas del comedor principal demasiado cerca de él, y luego su madre llamándolo a los segundos porque le había saltado la alerta. Quizá debería plantearse seriamente evitar esa zona del comedor, es decir, no necesitaba usar el microondas para nada, de hecho prefería tomarse el café frío antes que acercarse. Y cuando compraba comida para llevar nunca era algo que le molestara comerse frío.

En general había podido adaptarse bastante bien a su nueva realidad. No había algo que le representara un problema, lo cual le alegraba, de cierta forma eso le ayudaba a pensar que estaría bien viviendo solo. De vez en cuando se preguntaba cómo sería vivir con Tweek. Compartir un espacio sólo para ellos.

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Tweek

Habían estado discutiendo por un rato. Tweek estaba molesto; le picaba la nariz y sentía una presión en la garganta. Damien se mostraba súper tranquilo y eso de alguna forma sólo lograba molestarlo más.

— No entiendo por qué te pones así.- le reprochó Damien.

Tweek sintió una picazón en la coronilla, sus cuernos salieron segundos después. Miró a Damien con molestia, él sólo alzó una ceja en su dirección, ni siquiera se había inmutado. Se dejó caer en el sillón y suspiró profundo. No tenía sentido. Alterarse ahora no resolvería nada.

— No quiero ver morir a alguien más.- Murmuró.- No voy a soportar perder de nuevo a alguien que amo.- escuchó a Damien suspirar con profundidad.

Alma Brillante ~Creek~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora