Capítul※ 3.-

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—¿Y ustedes lo ayudan?

—No hay mucho más interesante que hacer, además —vió a Minho quien hizo lo mismo— ya me ayudó muchas otras veces.

—Salgan, y llamen a los otros cinco, cuando lo tengamos listo se los hacemos llegar.

Asintieron y con la larga túnica cada uno empezó a caminar hasta salir de aquella habitación no fue necesario llamarlos ya que al parecer ya sabían que debían entrar, pues ya caminaban hacia la puerta.

Minho al ver cerrar la puerta suspiró caminando hacia otra dirección.

—Puedes pasear si quieres, el lugar es grande y se demoraran, siempre nos envían algún papel de recordatorio —le dijo Hoonjoong a la lejanía, y ya casi gritando dijo:—. ¡Pero no te pierdas!

Ignorando ello salió de la habitación en la que se encontraban los ocho, caminó sin rumbo por las habitaciones tratando de distraerse.

Observó su muñeca arrancando unas cuantas telas y pudo ver una marca de cicatriz con la letra "D", tenía todavía cincuenta días para poder entregar aquel tesoro.

Para un momento viendo tras el ventanal cómo es que aquella ciudad seguía creciendo, veía a las personas caminar de un lado a otro, saludándose entre sí. Pronto se preguntó cómo habían llegado allí, pero sabía que de todos modos nadie podría responderle ahora.

Siguió su andar ahora más pausado para detenerse a ver detalles aunque en realidad pensaba en otras cosas.

Llegó hasta una habitación con tres sillones, y en el centro un espejo, un espejo que apuntaba hacia el sillón del medio, pero que al pasar no se veía el sillón, sino él mismo.

Extrañandose se acercó hasta el espejo moviendo su cabeza a un lado, pero en su retrato se veía del otro lado.

Acercó su mano para tocar el espejo pero su reflejo allí se hizo para atrás, algo confuso y levemente espantado se hizo para atrás por igual y siguió caminando.

Bajó unas escaleras y trató de entrar a una habitación, pero tenía candado, luego trató de entrar a otra pero era más de lo mismo.

Vió su última escapatoria, que eran unas escaleras que iban aún más abajo, estaban totalmente oscuras, por un momento tuvo miedo de ello, así que volvió a subir.

Trató de entrar pero no pudo.

Como supo al instante que no debía romper ninguna puerta siguió bajando, muy a su pesar. Allí encontró tras cruzar una puerta el mismo espejo. Vió este de reojo, solo entró ya que el cuarto estaba iluminado.

De nuevo tras un gran y exhausto suspiro se acercó de nuevo a aquel espejo, pero ahora se veía solo el sillón, y él no se reflejaba.

Ahora pudo tocar el espejo, como si supiera lo que hace metió una mano dentro y pronto todo él estaba dentro, pero al ver hacia atrás ya no se encontraba.

—Deberían poner señales dentro de esa casa —se quejó ahora viendo donde se encontraba, pero inmediatamente lo reconoció, y le dió nostalgia.

Vió el Calyphso navegando, a pesar de la tormenta que había en podía caminar tranquilamente, pero todos allí sufrían el ataque de la tormenta, a la lejos vió otro barco.

Oh, era ese día.

—Quizá deberíamos zarpar, no sabemos de lo que hablan —escuchó varias voces diciendo que "sí", en ese momento se dijo que tal vez hubiera sido lo mejor.

—¡Esperaremos a nuestro capitán! —la voz de Felix y Chan sonó casi al unísono, sonrió al volverlos a escuchar, pero hubiera deseado en ese momento que se fueran.

¡Capitán Lee! - #hyunho/hyunknow (2da temporada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora