Capítulo 10: Un poco diferente

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Un músico me dijo algo hace algunos años: “La música no es solo lo que ejecutas o el sonido que sale al momento de tocar. La música está cargada de nuestros sentimientos; sentimientos que fluyen dentro, en todo momento, como la sangre. Son estos sentimientos por lo que cada vez que entramos en un escenario nuestro corazón se acelera, diciéndonos que quiere que transmitamos en cada nota nuestras emociones. Es aquí cuando la música del alma sale a relucir”

«Tenía razón en lo que decía. La música es como la sangre para nosotros. Si no hay música es como si no tuviéramos vida, sin embargo, durante todo este tiempo aún no he logrado escuchar esa música del alma de la que él tanto hablaba. Si al menos aún le pudiera preguntar a qué se refería cuando mencionó eso, solo que… talvez ahora sea imposible»

. . .

*Aeropuerto de Haneda, Tokyo*

El clima era bastante frio. Pese a que no estábamos en invierno la época aún podía congelar las manos. 

Era primavera, para ser específicos a mediados de abril. La caída de las flores de cerezo ya había pasado. Habría deseado poder verla.

Al salir del aeropuerto tomé un taxi el cual me llevó hasta el centro de la ciudad.

Mientras miraba por la ventana quedaba impresionado. El paisaje había cambiado bastante durante este tiempo. Estaba un poco emocionado y a la vez nervioso.

El taxi paró cerca de un parque. Era un barrio al que nunca antes había entrado, pero al parecer la dirección que me habían entregado decía que era cerca de acá. 

Me bajé, le pagué al hombre que me había traído hasta acá y caminé unas cuantas cuadras.

Llegué frente a una casa de dos plantas un poco lujosa…

«Será aquí», me pregunté viendo la dirección en el celular «¡Parece que sí!»

Abrí un portoncito que tenía para entrar al patio delantero y entré.

*Toqué el timbre de la casa*

Nadie pareció salir a atenderme así que lo volví a presionarlo de nuevo…

Esta vez escuché a alguien que me hablaba desde adentro…

—¡Hai! ¡hai! —me decía como si yo le estuviera causando una molestia.

La puerta se abrió…

—¿Q… quién eres? —exclamó la chica extrañada.

Frente a mi había una adolecente talvez de unos 13 o 14 años. Tenía sus ojos negros y su pelo color caramelo.

Hubo un silencio incomodo…

«¿Será que me equivoqué de casa?», me decía asustado.

La chica me veía con una mirada sospechosa. Estaba de brazos cruzados moviendo su pierna. No parecía confiar en mí…

—Eto… —exclamé un poco avergonzado— busco a la dueña de la casa ¡hehe! No sé si… estará ¡heh!

«¿¡Cielos porqué me ponía nervioso frente a una adolecente!?»

La muchacha se volvió hacia adentro… 

—¡Mamá! ¡Hay un tipo raro en la puerta que dice que está buscándote!

Desde adentro escuché que respondieron… 

—¡Ah! ¡Dile que ya casi voy Koharu!

«¿Koharu?», exclamé extrañado, «Será que…»

En ese momento los dos escuchamos que unos libros se cayeron adentro en la sala. Al fondo del pasillo había una mujer sorprendida tapándose la boca con sus manos…

Shigatsu wa Kimi no Uso Nyuansu [Final Alternativo]Where stories live. Discover now